“La Manigua”, donde está prohibido no tocar

"La Manigua" es un proyecto cultural y creativo para proteger y promocionar la cultura cubana a partir de la obra de Juan Padrón.

Juan Padrón. Foto: Foto: Mario Luis Reyes.

Juan Padrón. Foto: Foto: Mario Luis Reyes.

Silvia, hija menor de Juan Padrón, soñó un día, lejos de Cuba, con un lugar lleno de dibujos de su papá, a donde iba mucha gente e interactuaba con ellos. Empezó a darle vueltas la idea hasta que dos años más tarde regresó a cumplir lo soñado. Así surgió La Manigua.

Juan quería hacer un estudio para crear, pero Silvia le dijo que debería ser “algo más grande”, contó a OnCuba el autor de Elpidio Valdés. Padre e hija compartieron ideas y comenzaron a concebir un proyecto cuya esencia sería valorizar la cubanía a través de la obra de Juan Padrón, y de producciones artísticas afines. El proyecto cultural y creativo estaría orientado a la salvaguarda, protección y promoción de la diversidad de expresiones de la cultura cubana a partir de las creaciones del Premio Nacional de Cine y Premio Nacional del Humor.

“La Manigua” ofrecerá a la familia, y especialmente a los niños y niñas, experiencias significativas de juego, creatividad y aprendizaje relacionadas con la historia, el arte y la cultura cubanas. Foto: Otmaro Rodríguez.
Presentación del proyecto "La Manigua". Foto: Otmaro Rodríguez.

La Manigua, ubicado en Paseo y calle 35, Vedado, está aún en la primera fase de su proyecto ejecutivo.

“Soñar es la parte más fácil. Luego vinieron las reuniones para explicar el proyecto y que el gobierno lo aprobara, comentó el director de Vampiros en La Habana, cuya copia restaurada se proyectó en el 40 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.

Silvia agregó que entre los sitios que propuso el Ministro de Cultura escogieron este “por sus espacios y posibilidades”. El proyecto ha recibido el apoyo del Mincult y el Fondo Cubano de Bienes Culturales como “facilitadores para poder realizarlo”, comenta la psicóloga.

También colaboran el Ministerio de Planificación Física, la Maqueta de La Habana, y está incluido en las actividades por el 500 aniversario de La Habana. “Queremos tener contactos también con el Ministerio de Educación, que las escuelas lleven a los niños para que no sea solo tarea de los padres, y que el barrio se integre. Son sueños que tenemos”, dijo Silvia.

La Manigua ofrecerá a las familias, y especialmente a los niños y niñas, experiencias de juego, creatividad y aprendizaje relacionadas con la historia, el arte y la cultura cubanas. El proyecto evitará el adultocentrismo, con actividades y espacios diseñados con “ojos de niños”, teniendo en cuenta sus necesidades y características. Por ejemplo, en los baños, inodoros y lavamanos estarán a su altura, y las exposiciones serán montadas atendiendo a estas necesidades.

Se incentivará el placer por descubrir, conocer, imaginar y crear. Se conectarán niños y adultos a través de la generación de experiencias de humor y juego. Quieren que sea un espacio donde la risa y la diversión no vayan en detrimento de la dignidad de nadie, rechazando el bullying y cualquier otra forma de violencia con un espacio inclusivo y libre de barreras arquitectónicas.

El espacio de "La Manigua", ubicado en la esquina de las calles Paseo y 35. Foto: Cortesía de Silvia Padrón.
El espacio de "La Manigua", ubicado en la esquina de las calles Paseo y 35. Foto: Cortesía de Silvia Padrón.

Habrá una sala multifuncional de cine, que también acogerá actuaciones en vivo; la sala Oliverio, lugar interactivo diseñado especialmente para el descubrimiento lúdico de ciencia, tecnología e historia, bajo el nombre del mambí inventor; tres zonas de talleres de dibujo, fotografía, cine, pintura, diseño, así como con oficios como orfebrería, cocina, costura, etcétera.

La sala Fantasía tendrá un área para celebrar cumpleaños; la sala Edad temprana, donde los menores de 2 años tendrán una zona de estimulación temprana y juego para desarrollar sus potencialidades junto a padres y madres.

Maqueta 3D de una las áreas de "La Manigua". Foto: Cortesía de Silvia Padrón.
Maqueta 3D de una las áreas de “La Manigua”. Foto: Cortesía de Silvia Padrón.

Además, habrá un Área de juego al aire libre para correr, trepar, escalar, deslizarse… ¡como en La Manigua!; una Galería; una sala Patrimonio para proteger los originales vinculados a la obra de Juan Padrón con las condiciones necesarias para su digitalización; entre otros.

Silvia Padrón sabe que tiene un proyecto muy ambicioso; pero sueña más: “Queremos incluso que los talleres hagan sinergia con la obra de mi papá o la trascienda, en el sentido de que se crucen con lo que es la cubanía, por ejemplo, que aprendan orfebrería pero que sepan cómo eran las vasijas de los mambises o los indios de Cuba. O que si aprendes astronomía, sepas cómo los pescadores cubanos se han orientado por las estrellas y qué peculiaridad tiene verlas desde Cuba y no desde otra parte del mundo. Que sea un espacio de interlocución entre lo global y lo cubano”, resume.

Juan la sigue, con entusiasmo infantil, “y vamos a hacer talleres de dibujo, de animación, dibujos de historietas, fotografía, cine… Tendremos artistas invitados que harán exposiciones, talleres, conversatorios. Va a ser un lugar donde se van a tejer muchas relaciones de amistad”.

Juan Padrón durante la presentación del proyecto "La Manigua". Foto: Otmaro Rodríguez.
Juan Padrón durante la presentación del proyecto “La Manigua”. Foto: Otmaro Rodríguez.

Pocas creaciones artísticas son tan compartidas por cubanos y cubanas de todas las edades como las de Juan Padrón. En sí misma, su obra es una política cultural que refuerza la cubanía, pero las últimas décadas ese potencial se ha desaprovechado.

El propio Elpidio, arquetipo del héroe independentista, ha sido efectivo en un referente para varias generaciones. Sin embargo, su difusión no ha sido la suficiente o se ha maltratado, quedando muy por debajo de la comercialización de audiovisuales importados y sufriendo copias desautorizadas y tergiversadas del personaje.

Juan Padrón, un pillo manigüero

“Lo que ha aportado mi papá a este país es habernos enriquecido como seres humanos, sin la gente saber que lo estaba haciendo Juan Padrón. Ningún país se puede permitir que sus mejores obras y patrimonio se queden por ahí, por eso hay que potenciarlos. Hay que convivir con lo externo y enriquecerse de ello, pero siempre promoviendo lo tuyo. No creo que este espacio vaya a ser la solución, pero sí un granito más. Hacen falta muchas iniciativas como esta para que todo marche mejor. Esta será una y creo que puede ser buena porque la obra de Juan Padrón es buena. Lo único que espero es que esté a la altura de su obra”, aseguró Silvia. A lo que Juan agregó: “Y yo lo que espero es que nos divirtamos”.

Padre e hija aseguran que La Manigua será mucho más que la obra de Padrón porque brindará una programación variada y renovada cada mes con mucha diversión, dinamismo, color, aprendizaje, expresiones artísticas y donde experimentar todo un mundo de descubrimiento y sorpresas. La creación de este proyecto llega para enriquecer el panorama aún insuficiente de propuestas recreativas para la familia cubana. Los Padrón aportarán este espacio, un sueño cuya materialización podrá dar muchas alegrías. A ellos ya se las está dando.

Silvia Padrón: "Lo único que espero es que ("La Manigua") esté a la altura de la obra de Juan Padrón". Foto: Otmaro Rodríguez.
Silvia Padrón: “Lo único que espero es que (“La Manigua”) esté a la altura de la obra de Juan Padrón”. Foto: Otmaro Rodríguez.

Silvia se imagina el sitio “con familias que llegan, con espacios para cine de animación, cumpleaños, lugares para juego, un campamento mambí. Me imagino un lugar para la familia”. Y para Juan este será “un espacio donde los niños puedan ir, y que los familiares lleguen con placer sabiendo que sus hijos se van a desarrollar, divertir y van a aprender algo. Ese día van a salir un poquito más enriquecidos o por lo menos un poquito más felices”.

“Esto es mucho más abarcador de lo que yo me imaginaba -continuó Juan-. Me alegra mucho que esta idea se le haya ocurrido a mi hija y de verdad me ha abierto otras puertas y me ha dado otra visión del trabajo con niños. Ahora quiero volver a hacer historietas de Elpidio Valdés que serían los guiones para otra vez hacer las películas. Quiero probar otro acabado de Elpidio, otro más efectivo”.

“Yo creo que el proyecto surgió desde la nostalgia –concluye Silvia- y es muy interesante porque mi papá también creó Elpidio Valdés desde la nostalgia de Cuba. Pero sueño con que sea un sitio que trascienda la añoranza, que mire más hacia adelante, que encante y actualice todos los valores positivos de la obra de mi papá y de lo cubano. Yo me siento muy orgullosa de ser cubana sin dejar de sentirme orgullosa también de conocer el mundo, de haber vivido afuera y tener experiencias que te enriquecen, pero sin dejar de ser cubana. Mi sueño es que este sea un lugar donde esté prohibido no tocar”.

Juan Padrón, un pillo manigüero

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