Editorial Samarcanda apunta a Cuba

Daniel Pinilla es un trotamundos que escribe. Ya con él hemos estado en Europa oriental, el Cáucaso y Centroamérica. Nos han quemado los ojos sus historias de pandillas, piratas, ritos satánicos, guerrilleros, naciones que nacen, se tuercen, se parten.

El invierno pasado la Editorial Samarcanda, donde publica y trabaja, anunciaba su viaje a “una de las islas más bellas y cargadas de Historia que existen en el mapamundi. Hablamos de Cuba”. Lo que no reveló la nota es que Pinilla llegaba además como “agente encubierto”, pero de literatura.

Para Samarcanda Daniel sería su “hombre en La Habana”, y tenía la misión de levantar lo mejor de la poética actual. El sello quería poner a competir a la Isla en los más exigentes mercados: Estados Unidos y Europa.

“No resiste comparación posible con ningún otro sitio y merece un libro en exclusiva”, posteó Samarcanda sobre Cuba, cuando Daniel iba a conocerla. Ya el periodismo deportivo era historia en su historia, y se metía de lleno en la Crónica de viaje. Cuando nos encontramos en el Centro Onelio Jorge Cardoso había cruzado el Atlántico para matarse mosquitos en las pantorrillas.

Llevaba barba de tres noches y ya conocía La Habana y Holguín, dos fuertes plazas literarias. Se había entrevistado con decenas de autores noveles y establecidos, recogido originales, visitado las más importantes instituciones culturales, impreso y reimpreso tarjetas de presentación.

Regresó a España. Entre julio y agosto el consejo editorial eligió dentro de la amplísima muestra a su disposición. La firma de contratos terminó con el verano y surgió Guantanamera, la colección de literatura cubana por la que está apostando Samarcanda con todo su arsenal.

El periodista y escritor español Daniel Pinilla.
El periodista y escritor español Daniel Pinilla. Foto: Daniel Pinilla en Facebook.

–  ¿Por qué decidieron crear un aparte para la literatura de aquí? –le pregunto, y me confiesa que como tantas veces sucede en la vida, la idea se origina en un cúmulo de circunstancias no previstas.

– A inicios de este año disfruté de un largo viaje por la isla. Me documentaba para el libro que estoy finalizando y también tuve la oportunidad de cubrir como periodista la visita de Obama.

A lo largo del periplo contactó con escritores y detectó la oportunidad “de construir algo con ellos para impulsar sus obras más allá de la frontera nacional. Era una epifanía que no podía dejar correr”.

– ¿Es la primera vez que hacen esto con literatos de un país en específico?

– Sí –me asegura–. En Lantia Publishing (que es la matriz de Samarcanda) contamos con autores de diversas nacionalidades, pero hasta ahora no se había realizado una apuesta concreta basada en escritores de una misma nacionalidad.

La selección fue heterogénea: novela, ensayo, periodismo narrativo, teatro, poesía; autores consagrados como el Premio Julián del Casal 1981, Alex Fleites; y los novatos especializados en ciencia ficción Anabel Enríquez y Daniel Burguet.

En un comunicado reciente Enrique Parrilla, al frente de Lantia Publishing, aseguró que la colección está inspirada en la figura del líder revolucionario y escritor habanero José Martí, “quien supo entender la importancia de la palabra”.

– ¿Qué valores identifican en la selección, en los autores cubanos?

-Resumido con brocha gorda, diría que se trata de muy buenos libros, de obras de mucho nivel donde palpita la cubana –explica Daniel-. Puede parecer un intangible, pero es algo más: un rápido vistazo a los libros que vamos a publicar lo explicará mucho mejor que yo.

Pero la criba no ha terminado. Samarcanda está interesada en que la colección no tenga una única aparición puntual en el mercado, sino “darle continuidad en el tiempo”.

– ¿Qué planes tienen con el capítulo cubano? Sé que habrá movimientos en las Ferias del Libro de Madrid y Frankfurt…

– Hay dos grandes líneas –comienza el joven reportero y se soba la barba negrísima–. De un lado está el propio vuelo que cada obra genere con nuestro modelo de negocio basado en la impresión bajo demanda, lo que en teoría puede abastecer el interés en el mercado que cada obra suscite. Por otro lado, queremos asistir a las principales ferias del sector para poner en valor los títulos de Guantanamera y maximizar su presencia a todos los públicos posibles.

Marilyn Bobes, Eduardo del Llano, Esther Suárez, David Curbelo cuentan entre los más reconocidos que publicará Samarcanda. Massiel Rubio, Marino Skerrit, Alexey Rodríguez, y otros de la más nueva camada.

"Daniel Pinilla prepara un nuevo desembarco literario: Cuba en el objetivo".
“Daniel Pinilla prepara un nuevo desembarco literario: Cuba en el objetivo”.

– ¿Qué criterios primaron en la selección?

– Simple: queremos los mejores textos. No nos limitamos por temáticas o géneros. Si consideramos que la obra en cuestión merece ser publicada, hacemos una oferta.

Ahora mismo están en fase de diseño los primeros títulos escogidos.

– Con nuestra mejor voluntad y nuestro desarrollo tecnológico esperamos estar a la altura de las circunstancias.

Samarcanda es un sello joven. Pero Lantia Publishing es pionera en campos de la autoedición y el crowfounding. Tanto que mereció el Red Herring Awards de innovación tecnológica, y logró llamar la atención de Paulo Coelho, que guste o no, vende, vende y vende.

– En los últimos años hemos crecido hasta convertirnos en referencia en Europa; con la puesta en marcha de un Congreso Internacional de Autoedición –y Daniel hace una pausa–. Samarcanda nació para erigirse en la apuesta de Lantia por el modelo de edición tradicional, aunque ajustado a las nuevos tiempos tecnológicos.

– Volviendo atrás, ¿qué fue lo que más te sorprendió en tu recorrido como cazatalentos por aquí?

– Yo soy un ferviente enamorado de Cuba. Emocionalmente la considero mi segundo hogar –dice Daniel y suena un manotazo en las piernas–. Lo que más me sorprendió fue el compañerismo que existe entre los autores: cómo se avisaban unos a otros de mi presencia y se ponían en alerta para no desaprovechar una posible oportunidad.

Dice Daniel que el nivel de los cubanos elegidos es excelente. “Parece algo que viene añadido en el ADN del país”, susurra y sonríe.

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