Julio C. Castellón: un llamado a escribir

Julio César Castellón

Julio César Castellón / Foto: Cortesía del entrevistado.

Por: Mauricio Escuela

 

-¡Empuja que está abierta! –dijo desde el interior del apartamento uno de los personajes del cuento “Ojo con las paredes húmedas”, ganador del Concurso La Gaceta 2014. El agua había inundado la estancia, pero ahí estaba yo con mi traje de baño y dispuesto a hablar con Julio César Castellón, autor de aquella ficción.

-Les dije que te dieran un salvavidas, en caso de que lo necesitaras para cruzar la sala-, el escritor me sorprendió con esa frase, mientras tomé asiento sobre un montón de agua acumulada en galones.

-No todos los días se gana el Premio La Gaceta, sin embargo pocos han venido a entrevistarme a mi lejano pueblo, donde por lo visto no para de llover.

Intenté decirle a Julio que el problema del agua era sólo en su apartamento y específicamente en un cuento cuyas sensaciones de amenaza y soledad se mezclan con maestría narrativa.

-No intentes explicarme mi propia obra –interrumpió– sé exactamente de qué trata. Cuando comencé a escribirla, me sentí cómodo con el personaje central del ingeniero frustrado. Un tipo con el cual sin dudas tengo similitudes. Fue algo subconsciente, el cuento salió solo, en una noche de trabajo frente a la computadora. Llovía mucho y yo sentí que aquella agua me sepultaba.

¿Pero no crees que resulta un lugar común eso de las frustraciones como tema para una obra?

Es que el tema llama la atención, mucha gente se frustra y luego se siente reflejada en una obra como esta. Yo logré narrar una historia, pero simbolicé algo más amplio. Lo que se nombra corriente de pensamiento: un sentido filosófico que recorre toda la obra de manera subterránea y que sólo a ratos se vislumbra claramente. El agua y la humedad imparable resultan los símbolos de la tristeza que te conectan con la idea central. También el comportamiento de los personajes. Esto último marca la progresión de una acción simple en apariencia, si miramos sus escasos sucedidos.

Julio César Castellón junto a Eduardo Heras León en el Centro Onelio Jorge Cardoso
Julio César Castellón junto a Eduardo Heras León en el Centro Onelio Jorge Cardoso / Foto: Cortesía del entrevistado.

El Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso tiene un peso en tu vocación, ¿crees que para ser un buen escritor hoy resulta necesario pasar el Onelio?

No creo que sea indispensable, pero resulta muy útil. Ahí tú descubres el agua tibia más rápido. Pasan dos cosas: o te das cuenta de que tienes talento y sigues adelante o percibes que lo de escribir no va contigo y te retiras. Ese Centro te ahorra mucho tiempo en tu carrera o en tu proceso de autoconocimiento. A mí me ayudó de ambas maneras.

Pasemos a un lugar común: ¿cuál autor te influencia más a la hora de crear?

Sin dudas Julio Cortázar es un imprescindible. Un alimento espiritual. En cuanto a lugares comunes, olvidas que también por lo general se plantea lo de estar solo en una isla con algún libro favorito. Yo elegiría “Los Miserables”, texto que de tan largo llenaría todo mi aburrimiento.

El premio de La Gaceta es perseguido por autores consagrados y desconocidos

Cuando dieron la noticia me remonté a una lista de escritores canónicos de este país. Para mí fue un llamado a escribir. Hay que arriesgarse, tener confianza.

Generalmente, cuando se entrevista a los escritores consagrados se pregunta por consejos a los más jóvenes. ¿Qué aconsejarías tú a los autores consagrados?

Bueno, que sean justos como jurados de los premios. Mirar la obra y no su estilo diferente o su tema transgresor. Una mente abierta a muchachos con talento e ideas novedosas. Ayudarnos, porque lo necesitamos.

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