Obama en el refugio habanero de Hemingway

Foto: Kurt Hutton / Stringer

Foto: Kurt Hutton / Stringer

En su estancia de tres días en Cuba, a Barack Obama tal vez el tiempo apenas le alcance para mirar y descubrirlo todo de una Isla que conoce por cuanto le han contado terceras personas. El Capitolio, la Bodeguita del Medio, el paseo del Prado o los muros centenarios de La Habana Vieja, son lugares por los que podemos apostar querrá caminar el Presidente, mientras saluda a los cubanos que encuentre en el camino.

Pero quizá después de descubrir estos y otros sitios de visita casi obligatoria, nos da por especular… puede que se le antoje un recorrido breve tras los pasos de otros estadounidenses que en algún momento del pasado hicieron suyo un pedazo de estas tierras. El refugio de Ernest Hemingway, por ejemplo, la finca donde únicamente le era posible al escritor encontrar paz para teclear descalzo frente a su máquina de escribir, podría estar en el itinerario tentativo de la comitiva de Obama.

Algunas pistas nos llevan a imaginar ahora la idea no tan descabellada del Presidente, junto a la Primera Dama, que llegan a Vigía en un Chevrolet o un Ford del ´57, descapotable y reluciente de pintura fresca. Podría ser,  ¿quién sabe?

Lo que sí es cierto es que otros americanos ya han mostrado por estos días su interés en preservar un sitio que es también icono de la cultura cubana y estadounidense.

Convertida hoy en una casa museo, la antigua finca acaba de recibir una donación de medio millón de dólares por parte de la compañía norteamericana Caterpillar. El dinero tendrá como destino la construcción de un edificio Taller para cobijar un laboratorio con un archivo de documentos y objetos de Hemingway.

El Taller sería el primer proyecto constructivo que emplea materiales estadounidenses en la Isla, desde que se decretara el bloqueo 55 años atrás.

Doug Oberhelman, presidente de la compañía, dijo en una nota de prensa sentirse orgulloso de ser parte de este proyecto, que estrecha su compromiso para ser un socio comercial y cultural de Cuba. “Por nuestra larga trayectoria y rico patrimonio, reconocemos la importancia de preservar la cultura de Hemingway que une la comunidad cubana y americana.”

En la primera visita de un presidente de Estados Unidos a Cuba en casi 90 años, se nos antoja imaginar a un Obama que hojea un ejemplar de El viejo y el mar, en el mismo sitio donde su autor concibió el libro. “Hablaban del mar como de un contendiente o un lugar, o incluso un enemigo. Pero el viejo lo concebía siempre como perteneciente al género femenino y como algo que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas perversas y terribles era porque no podía evitarlo. La luna, pensaba, le afectaba lo mismo que a una mujer”. Puede que leyera.

 

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