Uva de Aragón: un puente entre Cuba y Miami

Foto: René Pérez Massola / Trabajadores.

Foto: René Pérez Massola / Trabajadores.

Ediciones Holguín publicó y presentó en la Feria Internacional del Libro 2016 el volumen El mundo y mi Cuba en el Diario de la cubana residente en Miami Uva de Aragón, el cual recoge sesenta crónicas periodísticas escritas por la también narradora para El Diario de las Américas.

Recopiladas y seleccionadas por Vitalina Alfonso, estas crónicas tendrán una edición norteamericana a cargo de la editorial Books and Books y se darán a conocer en Estados Unidos el próximo dos de noviembre con la presencia de autora y compiladora.

Uva de Aragón (La Habana, 1944) comenzó a publicar desde los años sesenta en los rotativos de Estados Unidos y desde entonces mantiene una amplia producción periodística incluido su blog.

De Aragón ha incursionado en todos los géneros literarios y reside en Estados Unidos desde 1959. Se graduó en la Universidad de Miami, Florida, donde obtuvo un doctorado en literatura española y latinoamericana.

Uva de Aragón ha viajado varias veces a Cuba y ha ofrecido conferencias en la Universidad de La Habana, el Instituto de Literatura y Lingüística y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, entre otras instituciones. Se dio a conocer en nuestro país como escritora en la antología de cuentos femeninos Estatuas de Sal, realizada por Mirta Yánez y yo en la década del 90.

Ahora la investigadora y crítica cubana, especializada en temas de la diáspora, Vitalina Alfonso, regala a los cubanos de la Isla este libro que según ella refleja la dedicación y constancia de la cubana residente en Miami y nos ofrece una muestra de su evolución política desde el año 1987 hasta el 2014.

El volumen agrupa las crónicas en ocho secciones tituladas Historia de familia, Temas universales, Exilio, éxodo, reconciliación, Desde los Estados Unidos, Personalidades cubanas, Cultura Cubana, Lectura de Libros y Viajera incansable.

Según Alfonso “lograr un balance en calidad, proporción aceptable editorialmente, así como variedad de temas abordados, fue un arduo trabajo, pues significó realizar una selección dentro de una cifra considerable de crónicas publicadas a lo largo de más de treinta años”.

Añade Vitalina en su prólogo que la secuencia cronológica en cada sección posibilita a los lectores apreciar la evolución del pensamiento de la autora y sus posturas ideológicas así como su invariable afán por preservar el patrimonio histórico y cultural de la nación cubana, no solo mediante la pluma sino también propiciando reencuentros y diálogos.

Uva de Aragón y Vitalina Alfonso durante la Feria Internacional del Libro de La Habana. Foto: Tomada de El Nuevo Herald.
Uva de Aragón y Vitalina Alfonso durante la Feria Internacional del Libro de La Habana. Foto: Tomada de El Nuevo Herald.

La compiladora sostiene que Uva de Aragón (nieta del gran cuentista Alfonso Hernández Catá) ha hecho de la defensa a ultranza del uso del español en la escritura una forma de reafirmar una personal identidad y la evocación frecuente de lo dejado atrás, debido a la separación involuntaria impuesta por la partida que son motivos reiterados a lo largo de toda su obra y que se reconectan con esa autodefinición de exiliada.

La dispersión de la cultura cubana, añade, como consecuencia de la emigración podría considerarse un tema recurrente a lo largo de todas las crónicas de Uva en Diario… y ante tal dispersión asume de manera consciente y explícita el rescate para la memoria histórica –mediante semblanzas o panegíricos– del devenir de escritores, artistas y educadores nacidos en la Isla pero que se marcharon en distintas épocas y se establecieron primordialmente en Estados Unidos.

Al mismo tiempo –dice– alterna con figuras de renombre que nunca emigraron, lo que muestra una meritoria y lúcida visión integradora de la cultura, más allá de fronteras y diferencias ideológicas, anticipándose a los tiempos que corren.

En realidad leer este libro de Uva de Aragón proporciona al lector un pleno disfrute estético por la amenidad, la sinceridad y el dominio del oficio con que fueron escritas.

Su familia, integrada por destacadas personalidades del panorama cultural y político de Cuba, desfila en estos escritos vistos desde lo testimonial y lo sentimental, de manera que la autora se involucra en ellos con gran sensibilidad y emoción dándoles categoría casi literaria.

Quizás sean Historias de familia y Cultura cubana las secciones más atractivas y las que mejor muestran la aguzada mirada de la periodista y escritora que mantiene siempre una posición conciliadora y moderada.

De Aragón, con sus libros y sus crónicas, además de su relaciones personales en la Isla, a las que atribuye un gran poder para el entendimiento y el olvido de antiguos rencores, es sin duda una de las figuras que más ha contribuido a establecer puentes entre las dos orillas.

Es por ello que hay que agradecer a Vitalina Alfonso y a Ediciones Holguín este libro cargado de amor y comprensión. Es bueno entonces que también se presente en Miami.

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