Luna Manzanares: “El jazz cubano está virgen todavía”

Foto: Cortesía de Luna Manzanares.

Aunque el jazz marcó sus inicios como cantante profesional, Luna Manzanares no lo considera el eje sobre el cual ha girado una prometedora carrera que suele desafiar variadas sonoridades o privilegiar la canción como sonido vocal.

Gracias a ese género de origen norteamericano, la joven cantante pudo acercarse a los jazzistas cubanos más avezados y pulir los estudios adquiridos en escuelas de música.

Su primera oportunidad de darse a conocer más ampliamente ante los más diversos públicos sucedió en el 2006, cuando estudiaba en el conservatorio Amadeo Roldán, en La Habana. Debido a su talento, Luna tuvo el privilegio de participar ese año en el concurso Jojazz, creado por el reconocido músico cubano Bobby Carcassés.

“Yo me sentía atraída por el jazz desde que era pequeña, gracias a la formación artística y estética que me dio mi familia. Inicialmente pensaba que era un concurso solamente para instrumentistas, pero me dijeron que podía participar como intérprete y me lancé. Tuve la dicha de contar con el apoyo de jazzistas consagrados como Amir Santacruz y Michel Herrera, que me dieron las herramientas técnicas para poder enfrentarme al certamen”.

Foto: Cortesía de Luna Manzanares.
Foto: Cortesía de Luna Manzanares.

“Fue una grata experiencia porque era la primera vez que interpretaba jazz bajo fuertes presiones de competitividad. Ese año se presentaron músicos con un elevado nivel artístico. Mi presencia en el evento fue un reto bastante fuerte, pero lo asumí con tremendo desenfado. Y recibir la primera mención fue algo impresionante para mí”, resalta la artista.

Para Luna, el Jojazz -evento que acaba de finalizar el pasado 22 de noviembre su más reciente edición- ha sido una de las iniciativas más trascendentales dentro del panorama musical cubano, en tanto supone una oportunidad al talento joven y la promoción de un género que precisa asirse con más fuerza en el gusto popular del cubano.

“En mi caso, el concurso fue el trampolín para empezar a trabajar con jazzistas de mi edad o mayores que yo; aunque generalmente se me asocia con una o dos generaciones anteriores a la mía. Muchos músicos que hacen cosas muy interesantes actualmente salieron del Jojazz. Es posible que la dinámica haya cambiado un poco y el jurado no sea el mismo; pero los músicos que participan en la producción siguen teniendo una calidad altísima”, señala Luna.

Según la artista, el jazz no está bien representado en los medios audiovisuales cubanos por ser, probablemente, un género de preferencia menor. Sin embargo, resalta, el gusto popular tiene mucho que ver con la propuesta que se haga, porque la gente no puede consumir culturalmente aquello que desconoce.

“Al jazz se le ha negado suficiente espacio por mucho tiempo, a pesar de la presencia de algún que otro programa en la radio y la televisión. Estoy convencida de que los cubanos están necesitados de buena música y ese género puede ser una excelente opción”, subraya.

Para la intérprete, los exponentes de este género no deben temer a las imposiciones del mercado cultural o a las nuevas tendencias rítmicas que dominan los escenarios nacionales e internacionales.

“Al contrario: deben sentir apego por el tipo de música que hacen, pues el jazz es un género complicado y muy completo. Se requieren todas las virtudes musicales de un artista para efectuarlo. Reconozco que la juventud cubana prefiere otros géneros de moda; pero yo sé bien a qué público dirigir mi repertorio.

“Yo no me considero propiamente una jazzista, a pesar de que empecé mi vida profesional por ese camino. Lo que más hago es canción, aunque trato de apoderarme de otros géneros como el jazz, el soul o el funk, que son mis preferidos”, afirma.

Foto: Cortesía de Luna Manzanares.
Foto: Cortesía de Luna Manzanares.

Luna cree fuertemente en el valor estético de los productos bien elaborados, aunque aborden los más disímiles géneros musicales. Aprecia, además, la habilidad de ser consecuentes con uno mismo, respetar las preferencias y gustos de los demás, y no dejarse arrastrar todo el tiempo por factores externos.

“Cada artista debe poseer una sonoridad particular porque eso vale mucho. Lo que más importa en Cuba y en el resto del mundo es tener un estilo propio. Eso es algo que los jóvenes músicos cubanos saben hacer bastante bien.

“Muchos jazzistas del mundo van a probarse a Nueva York, y el resultado de esa tendencia es que finalmente todos suenen muy parecido. En cambio, el jazz cubano muestra una sonoridad diferente, aunque lo considero muy virgen todavía”, destaca.

Luna reconoce la importancia que pudiera tener para un intérprete el hecho de perfilar sus conocimientos en un conjunto vocal antes de lanzarse como solista. Y no lo dice por capricho: la joven formó parte de la Schola Cantorum Coralina durante un año; y agradece las lecciones de Alina Orraca, así como la habilidades vocales adquiridas en esa agrupación, que le sirvieron de base para formar su propia banda en el 2012.

El interés de Luna por componer temas es una asignatura pendiente y, por tanto, prefiere enfocarse en su rol como intérprete y seguir desarrollando un repertorio que incluye melodías de Los Beatles, Pablo Milanés, David Torrens o Carlos Varela.

“He hecho música también para cine, televisión y audiovisuales de producción independiente. Ahora mismo estoy enfrascada en la culminación de mi primer disco, producido por Descemer Bueno; y trabajo en una segunda entrega, que comenzaré a grabar en enero próximo”, precisa la artista.

Luna Manzanares & Alejandro Falcon - Dont let me down.mpg

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