Por: Vladimir Pardo
Ha muerto Yasar Kemal, algo que dicho así quizás le resbale a muchos. Sin embargo, si precisamos que se trata del autor de la novela El Halcón, que inspiró aquella aventura homónima protagonizada por Jorge Villazón a inicios de los años 1980, entonces uno de los más grandes exponentes de la literatura turca comienza sernos más cercano…
Yasar, cuyo verdadero nombre era Kemal Sadik Gokceli, falleció este sábado a los 92 años de edad, luego de pasar más de mes hospitalizado con problemas respiratorios y una arritmia en su curtido e infatigable corazón. Se apagaba así la vida del primer turco nominado al Premio Nobel de Literatura, por demás un destacado activista social.
Sus libros fueron traducidos a unos 40 idiomas y en 1972 fue nominado al Nobel de Literatura. Nunca se lo dieron, quizás por la competencia, quizás por sus simpatías con las izquierdas y su defensa a ultranza de la libertad de prensa y los derechos humanos, en especial los de las minorías kurdas.
En 1984 fue nombrado Comandante de la Legion de Honor de Francia, pero a inicios de 1990 lo acusaron de hacerle apología al separatismo y vivió cierto ostracismo. Pero como suele pasar en estos casos, nadie pudo confinar su obra.
No sé si El Halcón fue un éxito editorial en Cuba, pero la lucha de Memed el Flaco marcó un hito en el espacio aventuras de nuestra televisión. Tanto fue así, que Villazón ganó en 1981 el Premio Girasol de la Revista Opina por su actuación en ese serial, que legó interpretaciones y frases memorables.
Por ejemplo, muchos puros y medio-tiempos aún recuerdan a Villazón encarando a Armando Soler (Cholito), quien hacía del malvado terrateniente Abdi Alí Aga Khan. En aquella escena climática, Memed gritaba: “¡Aga, ya no eres dueño de cinco aldeas; las tierras son de los campesinos!”. Y a erizarse…
En aquellas aventuras se lucieron igual José Corrales, Manuel Porto, Irela Bravo y el inmenso Durdu el Loco que encarnó Manolo Melián, quien después legara personajes también inolvidables, como el Quiroga de Los Pequeños Fugitivos, o el Bolito de El año que Viene. Eran, hay que decirlo así, los buenos viejos tiempos de las aventuras. Y no es que extrañe al héroe de los Montes Tauro, es que ya ni aventuras hay…
