Celebración de todo el mundo: XII Festival de Música de Cámara

Un panegírico sobre grandes compositores de todos los tiempos será la XII edición del Festival de Música de Cámara (del 18 al 25 de abril), evento que desde su nacimiento no ha sido más que una apuesta a todas por resaltar lo mejor del repertorio camerístico internacional, pero con especial énfasis en las producciones para formato orquestal que están firmadas por autores cubanos.

No ha sido nada fácil para los organizadores de tan importante festival mantenerse trabajando en un segmento de la creación musical tan complejo, pues requiere de muchos elementos y valores por parte de los autores, los intérpretes y, sobre todo, del público, ese destinatario que no siempre es capaz de apreciar las cualidades de determinadas piezas en todas sus dimensiones.

Otra vez bajo la impecable dirección del maestro Frank Fernández, el más notable de los pianistas de concierto de la Isla, y organizado por el Centro Nacional de Música de Concierto, el Festival de Música de Cámara se propone celebrar la impronta de gigantes universales como el ruso Dimitri Shostakovich, creador de la monumental Sinfonía N.º 1, y la ópera La nariz; el alemán nacionalizado británico Georg Friedrich Haendel, autor de Música para los reales fuegos de artificio y el concerto grosso en do mayor Alexander’s Feast; y de su compatriota Johann Sebastian Bach, compositor de las Suites para violonchelo solo y Toccata and fugue in d minor.

También se le rendirá culto a la obra de otros grandes como el francés Maurice Ravel (Rapsodia española y Concierto para la mano izquierda), y los cubanos Edgardo Martín (Concierto para nueve instrumentos de viento y Tres sonetos por Marinello), la musicóloga Carmen Valdés y el trascendental pianista Ignacio Cervantes creador de las famosas 45 Danzas Cubanas.

Ahora bien, para esta edición del festival vuelve a ser importante la presencia de músicos extranjeros, entre los que destacan un quinteto del mundialmente reconocido Instituto de Cuerdas de Ravinia, Estados Unidos; los violinistas, también estadounidenses, Paul Biss, Stella Chen, Tessa Lark, y el violista Steven Laraia, a los que se suman el cellista israelí Haran Meltzer y el boricua Francisco Cabán.

Por la Isla estará parte de lo que más vale y brilla de la música cubana. Entre ellos figuran los jóvenes pianistas Aldo López-Gavilán y Harold López-Nussa, la Orquesta de Cámara de La Habana, el conjunto de música antigua Ars Longa, el saxofonista Javier Zalba y el Quinteto Ventus Habana.

Como ya es tradición los conciertos transcurrirán en los predios del casco histórico de la ciudad, donde se alzan como sedes ideales la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, el Oratorio San Felipe Neri, la sala Cervantes, la Iglesia de Paula, y el Hemiciclo del Museo Nacional de Bellas Artes. Mientras que fuera de esa zona de la capital estará a disposición de la cita la sala Covarrubias del teatro nacional de Cuba.

El XII Festival de Música de Cámara arrancará el 18 de abril a las seis de la tarde en la Basílica con el concierto que ofrecerá el maestro Frank Fernández acompañado de los músicos norteamericanos del Instituto de Cuerdas Ravinia, quienes de conjunto interpretarán una de las obras claves dentro de la historia de la música: el Quinteto para piano y cuerdas en Mi bemol mayor op. 44, el primero de su tipo y compuesto por el alemán Robert Schumann, estrenado por Mendelssohn en 1842 durante un concierto privado.

Tras tan especial gala de apertura el programa de presentaciones hará un recorrido por lo más representativo del repertorio concebido para cámara de los siglos XIX, XX y lo que ha transcurrido del XXI, donde además de las consagradas por el paso del tiempo serán interpretadas  las obras de otros grandes como Juan Piñera, Héctor Angulo, Jorge López Marín Agustín Barrios y Manuel Ponce.

La cartelera del festival incluye además el necesario intercambio entre compositores, intérpretes, especialistas, estudiosos y entusiastas seguidores de la música de cámara en Cuba a partir de encuentros teóricos, clases magistrales, talleres y conferencias, donde entre tantas cosas se conocerá más sobre la importante labor musicológica y pedagógica de Carmen Valdés.

El universo de la música de cámara encuentra en La Habana cada año por esta fecha un templo donde a conciencia se respeta y reconoce la importancia de la trascendencia de una manifestación y forma de componer e interpretar que ya hoy no conoce de divisiones entre estilos, escuelas, y sobre todo entre lo culto y lo popular.

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