Conversación Continuada de Jazz entre Cuba y EE.UU.

Foto: Roberto Ruiz

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Dicen que aquel primer encuentro del norteamericano Dizzy Gillespie con el cubano Chano Pozo fue de reconocimiento mutuo a dos culturas esenciales. “Sin Cuba no hay jazz” fue la frase resultante de esa conversación. El género, gestado al sur de la nación norteña, recibió aportes sustanciales de los músicos de la Mayor de las Antillas.

Décadas cruciales para la sonoridad insular influenciaron de tal modo el jazz que hoy es indiscutible estudiar el estilo sin mencionar a artistas como el mismo Pozo, Chico O’ Farrill, Bebo Valdés o Cachao López.

Foto: Roberto Ruiz
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Fue ese diálogo entre Gillespie y Chano inspiración absoluta para el reencuentro entre Arturo O’ Farrill y un grupo de cubanos. El proyecto ya les ha tomado tres años. Conciertos en los prestigiosos Jazz Plaza de La Habana, una producción fonográfica y un posible periplo por la isla aderezan una iniciativa alentada por Arturo, sus colegas y las instituciones cubanas.

La Conversación Continuada es más que una frase que O’Farrill suscribe en sus últimas entrevistas. El pianista y líder de la Afro Latina Orchestra aseguró a OnCuba que su proyecto intenta “abrir puertas” y retomar el diálogo iniciado por grandes instrumentistas.

Foto: Roberto Ruiz
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Sin simplificarlo, se trata de revalidar ese concepto melódico que se enriqueció sobremanera con ese viaje de ida y vuelta entre La Habana y New Orleans, dos ciudades clave en el desarrollo del jazz. Aunque la propuesta de O’Farrill es ambiciosa y abarcadora, otro ejemplo cercano en el tiempo puede sumarse a su empresa como momento feliz de ese continuo intercambio, así como lo fue la visita de la Orquesta de Jazz del Lincoln Center de Nueva York en el teatro Mella de la capital cubana y las actuaciones de esa agrupación con el pianista Chucho Valdés en el Rose Teather de la ciudad de la gran manzana.

Todo resulta importante para Arturo O’ Farrill, quien es heredero del legado de su padre Chico, uno de los músicos cubanos más influyentes en el jazz latino. El pianista y compositor regresó el domingo último al teatro Mella para añadir páginas a su ya imprescindible proyecto la Conversación Continuada.

Foto: Roberto Ruiz
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Esta vez el motivo fue rendir tributo a Chano Pozo, en su centenario y a Dizzy Gillespie. “Este concierto fue un homenaje a dos hombres que entendieron que la conversación nunca debió detenerse, a gente de buena fe, de pueblo”, dijo O’ Farrill minutos después de su presentación.

Una pieza interesante por su complejidad reverenció al legendario percusionista cubano. A still voice se sale de la obra común de jazz al contar en su estructura con cuatro movimientos y se enriquece con la fuerza que le otorgan los cantores del Coro del ICRT.

Foto: Roberto Ruiz
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No faltó en la velada dominical el clásico Manteca, así como composiciones de Arturo que evocaron a Pozo entre ellas Pura emoción –a piano y trompeta solamente-, 24 horas en la vida de un perro y La llorona.

Acompañado de Pancho Terry, Yasek Manzano, Alexis Bosch, Adel González y la Afro Latina Orchestra, Arturo O’ Farrill estrechó esos lazos culturales que unen a Cuba y Estados Unidos.

“Todos aquellos grandes estaban en esa misma marcha, todos formaron parte de ese mismo sueño que hoy se está realizando poco a poco”, confesó O’ Farrill. Y para dejarnos con una mayor certeza de que su Conversación continuada no se detienen, anunció: “Hay un disco que va a salir en agosto, y después de eso vamos a recorrer la isla”.

Foto: Roberto Ruiz
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