Cubadisco 2015: encuentros y desencuentros

Constantemente se asegura que Cubadisco es el más importante evento de la discografía de la Isla, cuando en realidad es el único. Cada año la proximidad de la cita es marcada por el anuncio de los materiales nominados en las diferentes categorías que compiten por los premios. El concurso es, ciertamente, el más importante de su tipo en el país (también el único) y siempre suscita opiniones encontradas entre especialistas y seguidores.

Empecemos por algo elemental: Cubadisco 2015 está dedicado a la música coral y sinfónica, con una clara intención de visibilizar estos géneros que no son todo lo populares que podrían o deberían ser y sin embargo son de altísimos kilates en cuanto a su calidad.

Por un lógico seguimiento a esta línea cualquiera esperaría, por ejemplo, que de música coral existiera una amplia representación discográfica entre los nominados. Sin embargo aparece un solo fonograma en competencia, Oh, yes, el primero de su tipo grabado en Cuba con espiritual y gospel afroamericano a la cuenta del coro Entrevoces, dirigido por la maestra Digna Guerra y acuñado por Producciones Colibrí.

En la Isla existem 27 coros profesionales, a los que se suman los de aficionados y otras muchas cantorías infantiles. Entonces sería válido preguntarse ¿por qué para esta edición no se potenció la producción de materiales de este tipo?

La pobre presencia de álbumes de música coral no es nada nuevo. Solo para que se tenga una idea señalo que en la edición anterior concursaron par de discos: Cantar de cantares, del coro Cantores de Cienfuegos, y O magnum mysterium, de la Schola Cantorum Coralina; y en 2013 solo uno: San Juan Murmurante, del Coro de Cámara de Matanzas.

Otro punto que provoca criterios encontrados está en la definición de las categorías en sí. Aclaremos: este año el Comité del premio incluyó un nuevo apartado, el de Música Popular Bailable (Novedades) en el que aparecen varios álbumes que repiten en el de Ópera Prima.

Cada disco que sale es una novedad, por lo que la confusión es muy válida, aunque queda claro que no tiene que ser el debut fonográfico de determinado artista o agrupación (para eso existe Ópera Prima). Si se trata este asunto con justeza también se deberían incorporar secciones de novedades acompañadas de Jazz Cubano, Jazz, Trova-Pop-Rock, Cancionística, Rock, o cualquier otro género.

Manteniéndonos en esta cuerda, echémosle un vistazo a lo que nos propone el apartado Video Clip. Primero se debe aclarar que Cubadisco es un evento dirigido a premiar y promover la discografía nacional, y dentro de esto se incluyen DVDs, conciertos audiovisuales, materiales didácticos y otros, lo que se traduce en que música e imagen en movimiento. Ya no es noticia para nadie, marchan juntos en perfecta armonía. Pero el video clip cubano ya tiene su espacio, bien establecido, reconocido y  seguido por la mayoría: el programa televisivo Lucas.

Más allá de seguidores y detractores, Lucas y sus premios ya están y Cubadisco nomina y premia a materiales que ya compitieron en televisión, por lo que no está clara la intención del los organizadores del certamen con esta categoría.

Por último, aunque hay mucha tela por donde cortar, señalo algo obvio. Esta edición tiene a Rusia como País Invitado de Honor, pero solo un disco de ese país compite por el Premio Internacional, el álbum Suite sinfónica Otoño en San Petersburgo, del músico, productor y director Stas Namin. Además solo está confirmada la asistencia al evento de la cantante Arminé Sarkisian.

¿Poca o ninguna comunicación? ¿Lentitud en las gestiones?

A esto sumemos que en años anteriores se anuncia a qué nación estará dedicada la próxima edición al terminar el Festival. En esta ocasión se anunció la elección de Rusia como invitado en marzo pasado, apenas dos meses antes de la inauguración.

De cualquier manera hubiese sido una buena ocasión para conocer por dónde anda en Rusia el tema de la creación y la industria fonográfica en general.

En acto de justicia debe quedar claro que Cubadisco es un gran evento, que a pesar de estas y otras consideraciones, es un Festival serio, donde en materia discográfica se premia la calidad y no la popularidad (lo popular y lo bueno no son siempre sinónimos) y que además, en sus 19 ediciones, mucho ha aportado desde el punto de vista académico con la concreción de espacios propicios de reflexión y debate para teóricos, creadores y ejecutivos de la música. En ellos se abordan temáticas sobre la creación y la enseñanza musical, la industria de la música y el patrimonio cultural con el ánimo de resaltar los logros y defectos de la industria discográfica cubana.

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