David Calzado, un atrevido en la música

David Calzado. Foto: Tomada de Cubarte

David Calzado. Foto: Tomada de Cubarte

Una veintena de álbumes exitosos de la Charanga Habanera ubican a David Calzado entre los directores de orquestas más destacados de la música popular cubana.

Aunque están lejos los días de su paso por las agrupaciones de Pancho el Bravo y la mítica Ritmo Oriental, y los agitados momentos fundacionales de su Charanga Habanera, Calzado mantiene frescos los recuerdos de aquellos masivos conciertos y la euforia generada por la “pegada” de las canciones de sus primeros discos.

David y sus muchachos fueron protagonistas activos en los drásticos cambios que vivió la música popular bailable con la revolución timbera de los primeros años de la década de 1990. Su desempeño trascendió las fronteras melódicas para ocupar también un espacio como fieles cronistas de la nueva dinámica social.

Los compactos Me sube la fiebre, Hey you loca y Pa’ que se entere La Habana  –que marcaron la transición entre la estética de los anteriores y los nuevos conceptos manejados en Tremendo delirio (el último antes del cisma que sufrió la agrupación en 1998)– son reconocidos por musicólogos y la crítica especializada como grabaciones de culto, de conceptos sonoros sólidos y adelantados desde lo creativo.

Calzado removió, a su muy particular manera, la plataforma sobre la que se movían las orquestas del momento. A diferencia del resto –exceptuando solo a NG la Banda que, con el Tosco al timón, es un caso excepcional–, la Charanga y su director se convierten en narradores sui generis del entorno. Trabajan un discurso en sintonía con el habla popular, donde no solo incorporan las palabras que van apareciendo, sino las que inventan, al tiempo que trabajan el doble sentido y el humor, y en determinados temas no son nada figurativos al recrear la Cuba de mediados de los 90.

Fue siempre el bailador el objetivo de David. Conquistarlo lo llevó –y es una estrategia que ha mantenido desde entonces– a ponerlo todo en función suya. Cada coro, cada arreglo de metales, busca satisfacerlo. Y lo ha logrado. La Charanga no es una orquesta del momento, o de un tema; es una agrupación de trayectoria que ha sabido ingeniárselas para mantenerse en la preferencia de un público que tiene en el género decenas de opciones de altísima calidad por las que decantarse.

Si bien el grupo ha vivido diferentes etapas, escuchar cada disco es prueba irrefutable de su fórmula. David Calzado se reinventa constantemente para no retroceder en lo que ha logrado en tantos años de trabajo. Su más reciente producción, controvertida según él, es un ejemplo de su “irreverencia” a la hora de trazar nuevos rumbos para conseguir sus objetivos.

Sobre Vivito y coleando (Egrem) conversó OnCuba con el músico, quien aseguró que “es un disco novedoso dentro del trabajo de la Charanga Habanera y está dirigido, como es habitual, al bailador, porque su base es la música popular. Desde el punto de vista sonoro es muy variado: hay timba, timbatón (mezcla entre timba y reguetón), baladas, y de manera general suena distinto, y eso es lo que me propuse porque me gusta avanzar con lo que está pasando. Soy un artista contemporáneo y me gusta gustarle al público joven.

Vivito… tiene muchas diferencias con las placas anteriores de la orquesta, pero creo que la más importante es la forma en que fue concebida. Generalmente, cuando grabo un compacto, son canciones mías con temas que me da la calle, la vida diaria, que es muy rica. La gente en su cotidianidad me ofrece algún coro y ahí me monto. Otro punto interesante es la presencia de Osmany Espinosa como autor, un sueño que había aplazado y para este CD decidí incluir cuatro temas suyos.

“Fue realmente un trabajo interesante por la manera de componer Osmany, que es distinta al estilo de la orquesta. Fue un reto hacerle los arreglos para que sonara a Charanga Habanera, sin que perdiera los rasgos del autor.

“Lo otro que marca al álbum son los invitados (El Chacal, Jacob Forever, y El Micha). También lo distingue la manera en que fue concebido. No se grabó en estudio como los álbumes anteriores, registré los temas en diferentes momentos y cuando tuve 10 me dije: ‘De aquí puedo sacar un disco’. Hice un orden y se lo presenté a la Egrem. Desde un inicio fue algo diferente y ahí está el resultado”.

Hace solo unas semanas que se dio a conocer que Vivito… y ya está nominado al Grammy Latino…

Esta es la segunda vez que resultamos nominados. La primera fue con Live in the U.S.A en 2003. Nos sentimos muy contentos por muchísimas cosas, entre ellas porque es un reconocimiento a esta última grabación que, por decirlo de alguna manera, es incomprendida por muchas personas, incluso algunas con poder de decisión han censurado algunos de sus temas y videoclips.

En este sentido creo que todo es circunstancial. Fuimos nominados a Cubadisco y no ganamos. Sin embargo, optamos por el Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum Tropical Contemporáneo. Pienso que es un muy buen disco, que a pesar de no haber tenido toda la difusión que merece, le ha llegado a la gente y tiene la calidad  para ser nominado, como muchos otros. Lo que pasa es que también a veces estas nominaciones se valen de un golpe de suerte, de que llegue al oído correcto y que el oído correcto lo comprenda.

Siento que a partir de ahora la gente se va a interesar más por escucharlo y podrán constatar que hay un material espectacular, con música comercial para pegar, y con muchísimos otros valores. Es música bailable, para divertirse, bien cubana. Esta nominación la vemos para todas las orquestas de música popular bailable, pues ha sido muy difícil que nos tengan en cuenta en un certamen como el Grammy, ya que solo Los Van Van ha logrado llevarse el premio.

David Calzado y su Charanga Habanera en mayo último en Nueva York, como parte de su gira por Estados Unidos. Foto: Tomada del perfil de la orquesta en Facebook
David Calzado y su Charanga Habanera en mayo último en Nueva York, como parte de su gira por Estados Unidos. Foto tomada del perfil de la orquesta en Facebook.

A la música popular bailable le ha sido difícil la relación con el Grammy Latino, ¿qué criterios crees que se manejen en torno a la timba cubana?

Para la música popular bailable ha sido bien complicado el acceso al certamen, sobre todo para los músicos que vivimos y grabamos en Cuba; por supuesto sin incluir a los que están firmados con disqueras extranjeras que ya tienen puntos a su favor.

Lo que sucede con la timba es que es un producto muy nacional, con frases y palabras muy cubanas. Eso, si bien es lo que la hace tan popular dentro de la Isla, crea un ruido de comunicación cuando la escucha alguien de otro país. En ese sentido Vivito… es diferente, es más universal. Ese fue otro tanto a su favor para la nominación. Esa debe ser la explicación por la que nuestra música popular bailable no tenga una mayor presencia en ese premio. Aquí se graban discos maravillosos de timba, de una calidad musical extraordinaria, y en lo que a calidad de textos se refiere.

Sin embargo, la timba, textos aparte, influenció sobremanera a la salsa internacional, incluso a lo que ahora se denomina música urbana.

Lo que sucede es que la timba lleva más de dos décadas sonando, y de cierta forma se ha quedado aferrada a sus patrones fundacionales. Tengo amigos, excepcionales músicos, que critican algunas de las cosas que hago en cuanto a contemplar otras sonoridades y estilos que están de moda. Me acusan, en el mejor sentido, de hacer concesiones, incluso de quererme separar del género.

Nada más lejos de la realidad. Lo que pretendo es actualizarlo, modernizarlo, internacionalizarlo. Siguiendo esa dirección es que la Charanga ha logrado esta nominación, por moverse atrevidamente, y en esto no hay contradicción alguna.

Pongo un ejemplo: a principios de los años 90 ya algunas orquestas de música popular bailable “rapeaban” en parte sus canciones. Sucedía con NG la Banda, la propia Charanga… Y eso influenció mucho las maneras de hacer en aquel momento. Ahora está de moda el reguetón y son muchos los géneros que se han adaptado para mantenerse. Contra eso no se puede combatir porque en toda música que tiene éxito hay un valor, sin importar la que sea.

Eso es algo que me ha ayudado a mantenerme vigente durante casi treinta años. Pienso que después de Los Van Van, es la Charanga Habanera la que más tiempo se ha mantenido ininterrumpidamente en el gusto de las personas y es resultado de un trabajo creativo constante.

La agrupación seguirá evolucionando, probando nuevas cosas, transgrediendo en varios sentidos, y para eso me apoyo mucho en los jóvenes. La inyección de sangre joven nos abre el espectro con su manera de pensar y ver el mundo, y en esa dirección mantengo una política bien estricta. Soy del criterio de que los cantantes no deben pasar de los 38 o 40 años, porque rompería con lo que esperamos de ellos.

Por eso tanta gente ha pasado por la orquesta desde su fundación. Un día el cantante José Valladares me dijo: “David, tu orquesta es un buque escuela”, y tiene razón. De la Charanga han salido muy buenos músicos e intérpretes, incluso algunos que nunca pensaron cantar en su vida. Basta mencionar a Leoni Torres, uno de los grandes de estos tiempos; Randy Malcom, que canta gracias a su estancia en la agrupación, lo mismo sucede con Yulien Oviedo… Para mí es un verdadero placer haber contribuido al éxito que tienen esos muchachos hoy.

Es que soy un atrevido en la música. Me importa que la gente me siga y me quiera. Los críticos hacen su trabajo, pero al final la última palabra es de los bailadores, del público, y para ellos es el trabajo de la Charanga Habanera”.

DAVID CALZADO y su CHARANGA HABANERA - Arriba De Lo Mal Hecho (Video Oficial HD)

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