Empresas de la música en Cuba ¿a perfeccionamiento?

Según un diagnóstico oficial del Ministerio de Cultura cubano, la situación actual del sistema empresarial de la música en la Isla "pasa por descapitalización financiera, el no aprovechamiento de los encadenamientos con el turismo y la preferencia por la música grabada o por agrupaciones de escasa complejidad técnica".

La cantante cubana Omara Portuondo junto al joven músico Cimafunk, en el concierto homenaje organizado por el músico Roberto Fonseca, durante la clausura del 35 Festival de Jazz Plaza de La Habana, el 19 de enero de 2020. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

La cantante cubana Omara Portuondo junto al joven músico Cimafunk, en el concierto homenaje organizado por el músico Roberto Fonseca, durante la clausura del 35 Festival de Jazz Plaza de La Habana, el 19 de enero de 2020. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Ante las críticas sistemáticas por parte de los músicos y “los problemas acumulados durante muchos años y planteados por los creadores en disímiles escenarios”, las autoridades cubanas crearon un grupo de trabajo para el perfeccionamiento del sistema empresarial de la música en la Isla.

La creación del grupo, “que deberá abordar el tema desde una perspectiva integral”, fue anunciada este miércoles durante un reunión del presidente Miguel Díaz-Canel con artistas e intelectuales cubanos, en la que fueron tratadas las principales dificultades que afectan a las empresas de la música y agencias de representación cubanas.

Según un diagnóstico presentado por Fernando León Jacomino, viceministro de Cultura en la Isla, la situación actual del sistema empresarial de la música en Cuba –que agrupa a alrededor de 20.000 artistas de todo el país– “pasa por descapitalización financiera, el no aprovechamiento de los encadenamientos con el turismo y la preferencia por la música grabada o por agrupaciones de escasa complejidad técnica”.

Además, también acusa “falta de intencionalidad” en la promoción de los músicos en los medios de comunicación”, lo que provoca que “la circulación dependa más de la popularidad que de la calidad”, así como “sobredimensionamiento de los catálogos profesionales”,y “arbitrariedad y falta de transparencia en la fijación de los porcientos que retienen las empresas” y “la coexistencia en ellas de artistas bajo regímenes comerciales y subvencionados, que produce distorsiones y dificulta el ejercicio de la política cultural”.

Por su parte, los artistas señalaron dificultades como los más de 30 años sin producirse ni circular partituras musicales en Cuba, el abandono y mal estado constructivo de edificaciones que otrora ocuparon instituciones culturales, la falta de espacios para escuchar y bailar con lo más representativo de la música cubana a precios “asequibles”, y la necesidad de organizar una contratación equilibrada y legal de los servicios técnicos a la música –audio, luces y transporte– y la relación oferta-demanda que hoy no tiene reglas claras ni es justa con los músicos que no trabajan en La Habana.

Al intervenir en la reunión, Díaz-Canel reconoció que “son muchos los problemas acumulados” y dijo que, aunque se tenga la voluntad de cambiar este escenario, la solución “no podrá ser de golpe”.

Además, llamó a utilizar instalaciones en desuso para proyectos artísticos y a “buscar las formas más creativas para posibilitar que todo el talento formado en el sistema de enseñanza artística cubano pueda desarrollarse”.

“Por un lado tenemos una enseñanza artística de la que nos sentimos orgullosos, pero que genera más talento que el que a veces podemos sostener en materia de infraestructura y hasta de empleo para las posibilidades que tiene el país”, detalló.

Díaz-Canel critica “parasitismo” de instituciones culturales en Cuba

El pasado año, durante el IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), el mandatario había criticado el “parasitismo” de algunas instituciones culturales cubanas y había considerado “inaceptable” que no se comprenda que “todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra, no a la inversa, y que el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación”.

“Sobran las insatisfacciones de artistas y creadores que deben gestionarse absolutamente todo para difundir o promocionar su trabajo, mientras quienes tendrían la responsabilidad de hacerlo ejercen una suerte de parasitismo desde la inactividad», dijo entonces y aseguró que “es un secreto a voces que ese parasitismo favorece la corrupción”.

Casi un año después, se anuncia la creación de este grupo de trabajo específico para el sistema empresarial de la música en Cuba, aunque las informaciones de la prensa oficial no detallan sus objetivos precisos, ni un cronograma de trabajo, ni un horizonte temporal para el “perfeccionamiento” anunciado.

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