“Estoy en contra del término música popular bailable”

Mientras terminaba de transcribir ésta entrevista, escuchaba en la radio su música contagiosa, de un sello único, indiscutible.  El productor del programa –para mi beneplácito- hizo un bosquejo discográfico de la orquesta cubana y  del mundo: Los Van Van.  En el éter, entonces, “El martes, Yuya Martínez, Te traigo, La Habana joven, Ay Dios, ampárame, Chapeando, La maquinaria”, distintas voces pero el sonido insuperable del habanero Juan Formell .

El vanvanero mayor, constante innovador y excelente comunicador, fundador de una orquesta irrepetible con 25 fonogramas, más de 250 composiciones; querido y respetado por su pueblo así como por bailadores de todo el universo, nos recibió en su casa para conversar acerca de los premios que próximamente le otorgarán la Academia Latina de la Grabación, LARAS y la World Music Expo, WOMEX 2013. Claro que uno se encuentra con Formell y quiere preguntarle mucho más.

2013 es un año de premios honorables, de excelencia para Juan Formell y la Orquesta Los Van Van. ¿Cómo recibió ambas  noticias? ¿Estaba en La Habana? 

Tú no te puedes imaginar la cantidad de gente que ha llamado aquí y me han escrito del mundo entero, las amistades felicitándome  no solamente a mí sino al trabajo que se ha hecho con la orquesta.  Pero la reacción inicial fue la sorpresa, una sorpresa muy grande de veras.

Yo andaba por España en una gira y recibí  una llamada de los ejecutivos de la Academia Latina de Grabaciones, inicialmente pensé que era una broma pero cuando nos contactaron otra vez comencé a creer en la noticia. No obstante cuando se publica oficialmente es cuando viene el asombro desde todos los puntos de vista, porque yo no me esperaba que se informara tan rápido, desde este mes, setiembre.

En octubre vamos a ir a Europa, concretamente a Londres a recibir el Premio de la World Music Expo, Womex 2013,  y bueno después a  Estados Unidos donde me concederán el Grammy Latino que será en noviembre. Todavía está pendiente que la orquesta esté en Las Vegas y participe en uno de los grandes espectáculos que allí se hace, por lo pronto iremos mi esposa, Yaimara, y yo.

Antes, uno de los más importantes eventos de la industria musical internacional WOMEX, un tanto desconocido para los cubanos, lo distinguió por su imaginativo enfoque, y  por introducir nuevos sonidos y perspectivas en la música bailable cubana.  ¿Realmente ha sido Ud. un visionario, un adelantado a su tiempo?

Sí, mucho.  En Cuba se han realizado muchos cambios diría que en los últimos 10 años, pero yo empecé antes, ahí está la discografía de la orquesta.  Introduje en la orquesta típica una guitarra eléctrica que mezclaba con la flauta de cinco llaves y eso viene desde la orquesta Revé y luego en los Van Van.

Entonces vino el montaje de voces, promoví el uso de los sintetizadores, la orquesta ha sido muy revolucionaria en ese aspecto de cambio de timbre, de sonido, de propuesta, o sea, lo primero que me planteé  fue cambiar los montunos con un complejo armónico totalmente diferente a lo que era la música tradicional cubana.

Claro que eso me costó muchas críticas al principio. Hubo una época en Cuba que  fue muy revolucionaria a partir de Van Van, después  la tomó en sus manos Chucho Valdés con Irakere, Adalberto Álvarez, en fin empezaron a aparecer más propuestas como José Luis Cortés con NG la banda, entre otros.

En ese período éramos muy adelantados haciendo lo que hoy se llama fusión.  Incluso, llegaron a decir fuera del país que el son se había ido de Cuba y mira si el son no se fue, que está aquí, que lo están premiando ahora. Ese es el concepto, era tan revolucionario que todo el mundo fuera de Cuba dijo que no era música cubana, y si lo era y es porque si lo baila el pueblo cubano y si la acepta es cubana.  Recuerda que la gente se enamoró de Van Van nos metimos en la sangre de la gente a un nivel que cualquier cubano la reconoce donde quiera que esté.

Juan Formell durante la entrevista / Foto: Karla María Venereo
Juan Formell durante la entrevista / Foto: Karla María Venereo

Dicen que es primera vez que un músico y una orquesta de Cuba son distinguidos con el World Music Expo, Womex. ¿Es cierto esto? 

Mira no tengo absoluta seguridad, creo que lo había recibido Juan de Marcos González cuando el Cubanismo pero no tengo certeza, si es así encantado porque Juan de Marcos es un excelente músico. Pero no hay antecedente, Compay Segundo no lo recibió.

Este premio del Reino Unido es una feria comercial.  ¿Se presentarán en el evento?

Ellos hacen un estudio de lo más importante que ha sucedido en el mundo en muchos aspectos de la música y, nos han seleccionado con una autoridad, reconociendo –en definitiva- el trabajo con la orquesta Los Van Van. Y vamos a tocar en el Reino Unido y recibir el premio aunque todavía no sé en qué manifestación nos ubiquen porque es la música del mundo. El Womex será del 23 al 27 de octubre y haremos un concierto especial solicitado por ellos mismos.  La realidad es que la orquesta ha gustado mucho en Inglaterra así que no les cogerá de sorpresa.

Regresemos Formell a Estados Unidos, ¿reacciona el público igual que acá cuando suena Van Van?

Tú sabes que hay una gran cantidad de latinos en los Estados Unidos y esa comunidad latina nos ha favorecido muchísimo no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo.  En Estados Unidos también nos ayuda la cantidad de cubanos, no solo en Miami, también en New York, en la parte oeste, en California, Los Ángeles, San Francisco.

En los Estados Unidos a nosotros nos han respetado la promoción, a nuestros conciertos va público norteamericano y eso no es fácil porque ellos se pueden preguntar y ¿quiénes son estos? Pero no, en la Unión Americana se conoce perfectamente a Los Van Van y nos ha ido muy bien en todos los eventos.

Estuvimos dos veces en el Hollywood Bowl, anfiteatro donde trabajaron Los Beatles y los Rolling Stones, por el Festival de la Playboy.  Es muy raro ir de forma consecutiva a ese acontecimiento porque ellos te invitan una vez y luego no se sabe cuándo.  Allí acude un público mixto, porque hay que tener dinero, y además es un festival en un anfiteatro para 18 mil personas.

Recuerdo una anécdota muy interesante. En una de esas presentaciones estábamos en un lugar donde había un escenario que se movía, detrás estaba preparado el que iba a entrar y el que estaba tocando tenía que cumplir con el horario o se lo llevaban.  Había un jefe de escena que me dijo, ahí tienes un reloj grande y son 45 minutos de interpretación, cuando llegue ese momento te saco.  Te haré una seña cuando falten 3 minutos.  Yo arranqué a tocar y llegaron los 40 minutos y el  hombre me hizo la seña pero que tenía otros 10 minutos más, y nuevamente 10 más y me hizo una seña para 5 más, aquello era una locura, con todo el anfiteatro de pie.

Eso sucedió la primera vez en la Hollywood Bowl, gustó tanto la orquesta que nos programaron para el próximo año.  El animador era  Bill Cosby y la realidad es que el Festival de la Playboy tiene un nivel muy alto y eso nos valió la nominación al primer Grammy norteamericano en el año 2 mil con el disco “Llegó Van Van” porque el Grammy latino todavía no existía.

Sí el grupo ha gustado muchísimo al público norteamericano, en Nueva York hay muchos sitios que se revientan con nosotros, también hemos trabajado con House of Blues, una compañía que opera 12 salas de concierto de música en vivo y tiene teatros en Orlando, Chicago, en muchos sitios de EE: UU y ellos te rotan, son espacios de mucho prestigio y por allí han pasado las leyendas de todos los tiempos.  Los Van Van se han presentado hasta en el Carnegie Hall que es como decir la meca, uno de los sitios ilustres de los Estados Unidos.

¿Tienen programada alguna presentación este año en los Estados Unidos?

No, es que tenemos mucho trabajo.  Ya hicimos una gira como de 20 conciertos por Europa recientemente, y para el premio Womex continuaremos con otros 20 conciertos nuevamente en Europa y terminará en noviembre, pero yo no estaré hasta el final porque iré  a lo del Grammy, y después al finalizar el año estaremos en la Feria de Cali, Colombia, por cuarta ocasión, otro suceso raro porque allí no repiten a los artistas.

La orquesta tiene demasiado trabajo y estamos inmersos además en lo que puede ser el próximo disco. Asimismo hay un plan muy ambicioso con  el ánimo de celebrar  el año próximo el aniversario 45 de Los Van Van y  el Centro de Arte de París, Francia, nos propuso hacer un concierto con un trabajo de última tecnología en luces y hacer un repertorio bien amplio.

VIVO FELIZ EN MI TIERRA.

¿Cómo ve el proceso de apertura de qué los músicos cubanos que están en el exterior vengan a presentarse  aquí?

Creo que eso es muy importante. Inclusive yo tengo un hijo, Juan Carlos, que vive en New York.  El mismo me lo comentaba y me decía: papá yo he estado nominado 2 veces al Granmy y trabajo en lugares pequeños, yo no he probado eso de tocar para 20 mil personas, eso es en Cuba y a partir de ahí es que el mundo te empieza a reconocer. Y me comentó yo tengo que venir hacer un trabajo aquí y lo vamos hacer. El compone y toca muy bien la guitarra y yo lo voy a incluir en el próximo disco, haremos dos temas de su autoría.

Eso de que los músicos vengan aquí es muy bueno, mira a Descemer Bueno que es un suceso en su tierra, tremendo compositor, tremendo músico.  Y yo creo que eso hace falta. Está regresando mucha gente, no te lo imaginas.  Regresan y hacen un tema, lo dejan grabado.  Es lo que te decía al principio el son no se fue de Cuba está aquí, hay que venir a la fuente.

Yo también siempre dije si yo me voy del país, está bien a lo mejor gano mucho más dinero pero me va a costar mucho trabajo hablar del carnicero –va esa mulata linda y le da mucha más carne- y de todas esas historias.  El cubaneo ese se te va, se te agota.

¿Esa es una de las razones por la que usted no emigró?

“No, no hay muchas, fundamentalmente mi madre.  Yo tengo 5 hijos y voy a tener otro, de diferentes matrimonios y siempre pensé no estar separado de la familia, aunque Juan Carlos vive en New York y Vanesa en Miami, pero una de las causas era no separar a la familia tanto.  Mi mamá era una señora que vivió hasta los 94 años y no quería moverse, ni andar en un carro y me dijo yo de aquí no me muevo, y yo no me moví porque la hubiera matado.  Yo tengo otro hermano pero no es igual, esa fue una causa.

Y también perder el vínculo, si lo pierdes no tienes nada de qué hablar. Me caracterizo por hacer crónicas de todo lo que veía, del pan, del carnicero, de toda la gente que venía para La Habana, de todo, con crítica, esa fue otra de las causas. Pero además están regresando los músicos para acá.

Con la orquesta yo viajé buena parte del mundo y yo decía para que me voy a ir de aquí, si aquí yo soy feliz, he hecho mi vida aquí y no me pesa.  Aquí hay gente muy linda, y lo quieren a uno como tú no te puedes imaginar.

LA COMPOSICIÓN Y EL MAGISTERIO

¿Por qué seleccionó el bajo?

Mi papá quiso, el tocaba el piano, flauta y yo toqué un poco de flauta y aprendí a tocar un poco de metales y en el piano hago algo, también cogí la guitarra que es con la que compongo todavía.  Mi papá fue el que me lo sugirió porque no quería que yo tocara, que fuese músico, el pasó mucho trabajo, y entonces me decía si vas a estudiar música coges el bajo que siempre hay que llevarlo en todas las estructuras.  Si vas a hacer un trío ahí tiene que estar, en la orquesta grande hay un bajo y el bajo es el que domina una orquesta.  Y es verdad que es el que domina una orquesta, yo incluso compongo a partir del bajo. Y el bajo me gustó, es verdad que te sientes como si fueras el dueño del negocio.

A usted se le considera como un verdadero maestro de su arte y género sin embargo no conozco que las escuelas de arte en el archipiélago lo hayan invitado a ofrecer máster class…

No, no y ya no puedo ya, porque soy diabético hace más de 24 años y se me fueron deformando los dedos, tanto que adquirí los denominados dedos resortes y estoy operado como tres veces pero, qué va, no resolví para el tacto del instrumento.  Seguí componiendo, escribiendo, en definitiva es la parte más importante de mi trabajo, el concepto de cambiar la armonía de los montunos, de hacer cosas diferentes en la sonoridad todo eso está escrito y en mi época no había computadora todo era a mano.

Yo he escrito para orquesta de cámara, para las jazz bands famosas que habían acá como la Orquesta de Música Moderna que llevaban una sesión de metales impresionante: 4 trombones, 4 trompetas, 4 saxofones.  Escribo con una facilidad grandísima, es decir me concentré en escribir y dejé de tocar el bajo y no es que fuera el mejor ni el más malo pero si lo toqué con una personalidad definida.  Llegó un momento que de tu oír el bajo sabía que era yo el que estaba tocando, era un estilo de trabajo.

Lo cierto es que en Cuba no me han invitado a dar máster class  pero me dieron el título de Doctor Honoris Causa del Instituto Superior de Arte, ISA. He dado clínicas en el extranjero referentes al songo, -ritmo que yo creé- que tiene una forma de tocarlo muy específico. También daba clases sobre todo en Puerto Rico de cómo se escribía la música, la sincopa, los tiempos débiles, los fuertes, una cantidad de cosas con el bajo en la mano.  Ahora tengo un plancito para dar esas prácticas pero sin tener el bajo en la mano. Tengo pendiente también escribir un libro con un escritor, por supuesto, una autobiografía.

EL INNOVADOR. INCONFORME CON LA EXPRESIÓN DE MÚSICA POPULAR BAILABLE

Formell, cuándo se enrola con Elio Revé y su orquesta comienza el  Changüí-shake considera que ¿esa es su primera innovación en la música cubana? 

Si, pero eso fue casual.  En esa época había una serie de ritmos, eran ritmos foráneos que si los mezclabas como se me ocurría lograban algo diferente, uno era el shake, el otro era el ye yé, onda go go, habían varios ritmos de ese tipo. Yo le puse el changüí-shake para diferenciarlo del changüí de Guantánamo y era bien diferente.

¿Hay discos con ese género?

Si, lo primero que yo grabé con Revé fue “Qué bolá qué bolón, Fifí, Teté y Bobó, El martes”, hice varios números, luego cuando me separo de Revé ya sí creo eso y le volví a poner un nombre mezclado, el songo pero ya el songo estaba más pensado porque estaba utilizando el son cubano con su estructura, con lo que es introducción, el montuno, y hago un opcional entre los dos montunos, todo eso.  Yo me regí por el modelo del son cubano y lo mezclé.

¿Y el pocueté de él hoy no se conoce?

Esa fue una cosa que se me ocurrió, ese fue un ritmo que yo hice mezclando también cosas pero sobre la conga oriental. Entonces el maestro marca el ritmo con las manos y tararea, ya eso le dejé de tocar pero se usa a veces, el hijo mío –Samuel-  que creció con la orquesta a cada rato lo toca y me hace cosas del pocueté, del songo, porque actualmente lo que se toca es timba, es la timba para tener fuerza.

Y Juan Formell cambia el tono y el ritmo de la conversación 

Ahora están cometiendo un error gravísimo –te voy a explicar- porque hubo una época de mucha promoción hasta que lograron fuera de Cuba llamarle salsa a todo y eso  a nosotros nos comenzó a molestar.  Si le van a poner un nombre debería ser son porque la salsa es eso: son,  incluso, la salsa que tocan en New York y Puerto Rico es una salsa más light, más suavecita, aquí tú la tocas en La Tropical –el salón musical bailable por excelencia en Cuba- y la gente no la baila. En medio de toda esa idea de hacer diferentes ritmos de momento yo vengo tocando fuerte y se convirtió en timba.  Y todo el mundo decía vamos a tocar timba, vamos a tocar timba para acabar con el concepto de la salsa.

Ahora hay otro concepto que rompió con eso, porque siempre hay alguien que mete la pata, que no sé de donde sale y aparece música popular bailable.  El término bailable está demás, toda la música es bailable hasta la clásica porque sino Tchaikovski no hubiese escrito la música de “El lago de los cisnes”, eso es baile.  Se baila la polka, se baila el pop, se baila el bolero, se baila el danzón, se baila la balada, todo se baila, entonces por qué la de nosotros es música popular  bailable.  Eso no tiene sentido, tu puedes decir música  popular cubana, si le quieres decir un nombre, que es el  correcto, o decimos la timba cubana, por qué no, quién dijo que no se puede decir la timba cubana.

Es un término, además, que se afianza en las escuelas de arte.  Allí a los muchachos no les dejaban tocar música cubana, entonces como estaban becados decían vamos a la Casa de la Música a escuchar una timba, vamos a “timbear” y se quedó la expresión.   Yo dije vamos a utilizar la palabra de timba, por qué no, pues lo desmayaron y ahora es música popular bailable.

Por favor, ponlo ahí que estoy en contra del término de música popular bailable.

EL BAILADOR

¿Cómo brota en Juan Formell la magia de hacer bailar? Por qué ese marcado interés por el bailador?

El bailador es una expresión que es muy importante en la música nuestra porque en Cuba no se baila por bailar, tiene que haber un texto, –eso es otra cosa-, tiene que haber una historia y a mí se me ocurrió que los bailadores formaran parte de la historia y de acuerdo a  eso ver bailar a la gente, y con su expresión corporal tú sabes lo que tienes que hacer, la cadencia con qué tienes que tocar, eso es cuando uno está pendiente.  El bailador es muy importante en la música popular.

Históricamente Miguel Matamoros, Ignacio Piñero tenían textos que eran increíblemente preciosos, se comunicaban a través del bailador. Los otros días yo estaba oyendo esto, mira qué hermoso, y mi tararea

Cuando llegué mi prieta
le voy a dar un consejo,
que me de mi maleta
que me voy pa’La Habana
La Habana es La Habana
y no es cuestión de jarana.

Eso es precioso, claro que es bailable, eso se cae de la mata.  Ellos pensaban y miraban al bailador.

Yo he cambiado la cadencia, se me ha ocurrido algo con el ritmo de la conga que es más aprisa, o El buey cansa ‘o que es más lento  y, eso es mirando al bailador, uno se da cuenta que la gente ya no quiere bailar tan rápido y aparece un soncito como La Habana no aguanta más.  A  veces no, es mucho más rápido por eso yo digo que el bailador es muy importante.

Formell yo creo que ha Ud. no le ha pasado pero qué siente un músico cuando está en un escenario, empieza a tocar y el público no se mueve

Y el rostro le cambia:  “Muchacha, eso es… cómo decirte”.

Es como si tú cantarás y no te aplaudieran.  Es horrible. Y eso le puede haber sucedido a todo el mundo, pero déjame decirte que también uno tiene que ser arrestado.  Yo recuerdo una vez que yo hice un número que se llamaba Deja la bobería, y comienza llegó la información, ese fue como uno de los primeros rap que se interpretaron acá y la gente se quedó inmóvil, como diciendo y éste para que nos toca eso.  Era una idea que se me ocurrió, una propuesta mía.

Nos fuimos para una gira larguísima como de tres meses por Europa y cuando llegamos a los 3 ó 4 días vamos a tocar a La Tropical y Juan Cruz que era el animador del lugar me dijo, Maestro no va abrir con el plato fuerte, ¿cuál? dije yo enseguida y respondió, eso de la bobería.  Con esa arrancamos y La Tropical completa cantando “Llegó la información, es un baile muy sencillo…Entonces, me eché a ese impresionante público en el bolsillo, o sea tú tienes que ser atrevido también.

Con El buey cansa ‘o me pasó algo parecido.  Escribí el número, lo grabamos y fíjate a la orquesta no le gustó ni lo entendió, a la orquesta.  Y nos fuimos a una gira por el país y se lo dejé aquel programa de la televisión cubana que se llamaba Para bailar y lo pusieron, a la semana siguiente lo repitieron, y lo solicitaban; y me tragué a la gente otra vez.  Así son las creaciones que te vienen solas, pensando siempre en el bailador, son intuiciones.

Eso es psicología.

Psicología, si tú no estudias al público, estás perdido. Entonces, lo que tú me decías, hay gente que sí, cuidado, que prueban una cosa y la  gente, el público, no le gusta y no lo baila y ahí se quedan.

Nosotros siempre dijimos que el termómetro, antiguamente era el Salón Mambí de Tropicana que era al aire libre totalmente, lo único que tenía eran grandes árboles pero ahora es La Tropical.  Una vez en el Mambí mira lo que nos pasó.  Antes de empezar a tocar cayó un tremendo, tremendísimo aguacero; nosotros estábamos bajo techo pero incluso nos salpicaba el agua, y la gente se desapareció, yo no sé donde se metió, se quedó vacío aquello.  Y Juan Cruz me sugirió Maestro comience con Van Van yo sé que Van Van y empezamos a tocar el número y salieron de 17 a 20 mil personas que no sabíamos donde estaban.  Eso no se olvida.

UN IMPERIOSO BINOMIO: SALÓN-BAILADOR

¿El Salón Mambí sería uno de los espacios a rescatar en La Habana para los bailables?

“Yo creo que sí.

¿Qué está sucediendo con las áreas bailables?

“No sé, no sé lo que está sucediendo, pero hay lugares, los hay.  Yo no soy mucho de rescatar.  El Salón Mamoncillo era precioso, próximo a la cervecería La Tropical pero por la Avenida 51, éste mismo Salón Rosado no es tan grande allí caben unas 4 ó 5 mil personas y tiene a la Avenida 41.  Al Mambí podían ir 20 mil y era para adentro, se pudiera recuperar pero ya es el parqueo del Cabaret Tropicana, no sé.

Hay lugares en La Habana, se pueden crear espacios, hay una cantidad de terrenos vacíos que se pueden convertir en áreas bailables.  No es tan difícil, le hacen un área de gastronomía, un buen escenario con su techo; si lo tienen las provincias porque no lo pueden hacer en esta ciudad.

Nosotros fuimos no hace mucho a la provincia de Santiago de Cuba, a los municipios de La Maya, Songo, Palma Soriano, con escenarios buenos y había gente hasta en las azoteas, está bien y por qué no si eso forma también de la idiosincrasia del cubano.  Todo fue riquísimo y la gente se quedó con unas ganas tremendas.

Eso quiere decir que las áreas tú las puedes crear, eso no es tan complicado, asfaltas que no vale tanto, haces una tarima quizá unos camerinos abajo, unos kioscos para la gastronomía y a tocar y bailar música cubana.

(Y Formell evoca nuevamente a Juan Cruz, se ríe con picardía y cuenta).

En el Mambí de Tropicana él subía al escenario y tenía una llanta de un carro que cuando la tiraba contra el piso del escenario sonaba tannnnn, horrible el sonido ese y decía: Atención acaba de llegar arroz y amarillo al kiosco de la comida  y alguien le decía arroz amarillo y contestaba, Noo, arroz y amarillo que es un espaguetis viejo. (Y resuena la carcajada).  Pero todo eso era un encanto muchacha, eso era lindísimo, riquísimo, una cosa tan popular como esa.

Y  esa época era peor que está, no había nada que comer en La Habana ahora por lo menos hay más mercados y esas cosas.  Entonces, no había nada y la gente era feliz y tranquila yendo al Mambí que valía un peso.  Hay que poner la cabeza a funcionar.

Hay que buscar espacios céntricos que incluso no estén dentro de las barriadas, las hay, mira ahí frente a la terminal de ómnibus donde hay un área enorme que no tiene nada, no hacen nada ahí y no está pasando nada.  Antiguamente eso era la Feria de la Juventud y ahí se puede hacer un área bailable…

Mostrando premios anteriores / Foto: K.M.V
Mostrando premios anteriores / Foto: K.M.V

*Juan  Formell, Premio Nacional de Música; Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación, LARAS; Premio de la World Music Expo, WOMEX 2013; uno de los tres Premio Mundial Especial de la Música por la World Entertaiment Organization, WEO;  y Premio Grammy a la interpretación de música salsa por el fonograma “Llegó Van Van”, varios Girasoles Opina de la Popularidad.

Juan-Formell y Los Van Van durante su más reciente presentación en La Habana
Los Van Van durante su más reciente presentación en La Habana / Foto: Roberto Ruiz
Foto: Roberto Ruiz
Foto: Roberto Ruiz
Foto: Roberto Ruiz
Foto: Roberto Ruiz

 

 

 

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