El Festival Varadero Josone: Rumba, Jazz & Son de Cuba, ha hecho bailar a multides en su segunda edición, que se realiza hasta este domingo en el principal balneario de la Isla.
En su jornada inaugural, la célebre orquesta Los Van Van encendió a la multitud en la ciudad costera, situada a unos 120 kilómetros al este de La Habana, mientras que este viernes Isaac Delgado, presidente del evento, fue uno de los protagonistas junto a su orquesta.
En estas dos primeras jornadas, los bailadores cubanos y extranjeros han podido disfrutar hasta la madrugada con carteles que también incluyeron a los astros cubanos Alexander Abreu y Havana D’ Primera, Paulo FG, Alain Pérez, Yoruba Andabo y Eme Alfonso, entre otros.
Por su parte, Weedie Braimah and The Hands of Time, de Ghana, y la peruana Eva Ayllón, recientemente anunciada como una de las estrellas galardonadas con el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación, son algunos de los invitados internacionales.
“Por supuesto creo que el año que viene hay que volverlo a hacer” dijo a The Associated Press el baterista Samuel Formell, hijo del fallecido fundador de Los Van Van Juan Formell. “No podemos perder la posibilidad de tener un festival donde podemos reunir tantas agrupaciones tan importantes de Cuba e internacionales también”.
En el segundo año del festival los organizadores se dijeron complacidos por la respuesta del público y defendieron el valor de la cita para acercar al público presente en Varadero a grandes exponentes de la música cubana e internacional.
Organizado por la disquera cubana Egrem, junto a los ministerios de Cultura y Turismo de la Isla, el festival ofrece varios conciertos cada noche y la entrada para todo el evento es de 150 pesos en moneda nacional (CUP) para los cubanos y 10 CUC (unos 250 pesos CUP) para el público extranjero, lo que ha contribuido a una mayor asistencia que en la primera edición.
Los organizadores esperan atraer a más público y artistas internacionales para la próxima edición, a pesar de la complicada relación entre Cuba y Estados Unidos que suponen desafíos para su celebración.
Los viajes para los artistas extranjeros y la logística del festival pueden ser todo un reto ante las sanciones económicas y restricciones entre ambos países, confirmaron fuentes del Comité Organizador.
Aún así, la intención del evento, según Isaac Delgado, es consolidarse en el panorama musical no solo de Cuba sino de Latinoamérica y convertirse en una cita obligada para los mejores músicos de la Isla y la región, como lo fue décadas atrás el antiguo Festival de Varadero.