Maykel Blanco, el líder de la orquesta Salsa Mayor, es un músico cubano que no teme a la competencia de sonoridades en boga.
Sus años de experiencia en escenarios cubanos y extranjeros, lo han hecho comprender que la salsa es un género que en Cuba necesita más conciertos en vivo donde convocar masivamente al público.
Por eso, emprendió en 2016 la organización de un evento que pretende reforzar la música popular bailable y reconquistar al público joven, cautivados actualmente por otros estilos.
El Festival de la Salsa en Cuba llega ahora a su tercera edición, que tendrá lugar del 21 al 25 de febrero en el Parque Metropolitano de La Habana.
Blanco dijo a OnCuba que creó el Festival por una necesidad que tenían los artistas dedicados a ese género musical.
“Me di cuenta de que en muchos lugares del mundo existen festivales relacionados con la música y la cultura cubanas, y nosotros aquí no teníamos un festival con esas características. Me parecía algo irracional.
“Muchos extranjeros llegaban a Cuba con el deseo de encontrar un festival ‘madre’, que era totalmente inexistente. Los cantantes y compositores teníamos el deseo de disponer en nuestro propio país de un proyecto que permitiera a los cubanos disfrutar espectáculos con la presentación de tres o cuatro agrupaciones diarias, muestras de DJs, y de otras manifestaciones artísticas que se pudieran sumar, como las comparsas”, añadió.
Superados los obstáculos que supuso realizar el primer festival hace dos años, llega ahora una tercera edición con un nivel organizativo más alto, fruto de mayor experiencia y reconocimiento.
“Estoy convencido de que este Festival ha ayudado a hacer crecer la música cubana, que continúa expandiéndose por el mundo con la calidad que nosotros nos merecemos.
“El Festival de la Salsa está reactivando espacios parecidos que existieron en Cuba hace muchos años y no se han reeditado completamente debido a diferentes razones, como fue el Festival Internacional de la Canción de Varadero”, mencionó.
Según el organizador del evento, uno de los objetivos fundamentales es mostrar productos musicales interesantes que puedan agrupar en un mismo lugar a cubanos y extranjeros por igual.
“Me parece que estamos logrando eso. No queremos hacer lo que se hace en otros eventos donde la diferencia entre cubanos y extranjeros está muy marcada”, comentó.
Para Blanco, el Festival de este año incluirá una orquesta más por noche, a diferencia de las dos primeras ediciones, y propondrá al público cuatro agrupaciones diarias. Entre los músicos que han confirmado su participación se encuentran pesos pesados como José Luis Cortés y NG La Banda, Alexander Abreu y Havana D’Primera, Papucho y Manana Club…
El artista señaló, además, que la salsa, el son, la guaracha, o cualquier género que tenga raíces sonoras cubanas, deben hacerse con mucha calidad, sin que sus exponentes sientan amenaza por otros estilos que prevalecen en el mercado.
“Cualquier movimiento musical que surja es válido, dígase reguetón o cualquier otro. Si el público responde favorablemente ante estas novedades, es porque deben tener algo positivo. Y lo que nos queda a los salseros ante esta avalancha, es concentrarnos más en hacer bien nuestro trabajo. Si logramos esto, habrá siempre espacio para nuestra música.
“Tenemos que lidiar con la realidad de que en los últimos años la salsa ha carecido de proyectos frescos. Pero el país está teniendo nuevamente un auge musical muy bueno, y está apareciendo gente nueva con muchas inquietudes, capaces de hacer buenas cosas y oxigenar la cultura cubana.
“No obstante, hace falta más sangre joven que movilice, incluso, a los más consagrados del género. Hay que tener en cuenta que la salida al mercado de un proyecto novel nos debe poner en alerta a los más veteranos, no podemos achantarnos”, dijo.
En este sentido, el artista advirtió que las propuestas salseras deben ir de la mano con los nuevos tiempos, porque cada generación propone lo que quiere y lo hace saber a través del consumo.
“Es muy difícil que un muchacho de 15 o 20 años quiera imitar las tendencias de cantantes de 60 años de edad. Debemos concientizar que las cosas ocurren porque cada época es única y cada generación tiene sus prioridades. Sin embargo, lo único que puede estimular a un joven cubano a hacer salsa, en detrimento de otros géneros, es el amor por la música, sobre todo la música cubana.
“Cuando yo conformé mi orquesta existían otros géneros de moda; pero me lancé con lo que me gustaba y no me arrepiento. Salsa Mayor está en uno de sus mejores momentos, sigue creciendo artísticamente, y hemos logrado mantenernos durante todo este tiempo.
“Siento que mi orquesta y el resto de las agrupaciones salseras cubanas estamos defendiendo la música del país y poniéndola muy en alto. Y creo que nuestro trabajo es un esfuerzo más en defensa de la cultura cubana”, concluyó el salsero.