MSK, un emprendimiento para la música cubana

Este joven proyecto no hace distinciones en la promoción de los músicos cubanos en el entorno digital. Su rasero es la calidad.

Cinco de los integrantes del emprendimiento MSK. De izquierda a derecha: Gretel Garlobo, Michel Hernández, Gilberto Grave de Peralta, Mirsa Martínez y Dayron Avello. Foto: Otmaro Rodríguez.

Cinco de los integrantes del emprendimiento MSK. De izquierda a derecha: Gretel Garlobo, Michel Hernández, Gilberto Grave de Peralta, Mirsa Martínez y Dayron Avello. Foto: Otmaro Rodríguez.

Desde el sonero Manolito Simonet hasta el fenómeno Cimafunk, desde el jazzista Alejandro Falcón hasta la Conga de Los Hoyos, desde el cantautor Luis Franco hasta los raperos de Golpe Seko, forman parte del catálogo de MSK, un emprendimiento dedicado a la promoción de la música cubana en el entorno digital.

Cuando comenzó, apenas seis meses atrás, tenía solo tres nombres en su catálogo; hoy tiene alrededor de 40. Y no solo de La Habana; también de Matanzas, Villa Clara, Santiago de Cuba, Pinar del Río. E, incluso, de fuera de la Isla.

“El objetivo es promover la buena música cubana, venga de donde venga y sea del género que sea –explica a OnCuba Gilberto Grave de Peralta, informático y director del proyecto, quien, junto a su esposa, la diseñadora y música Mirsa Martínez, tenía una experiencia previa en el marketing artístico con la ya desaparecida revista Habana2Go.

Con ese y otros antecedentes, pero con una idea más abarcadora y ambiciosa, nació MSK, una empresa para la que se estuvieron preparando más de medio año hasta su lanzamiento el pasado 13 de diciembre.

Logo de MSK.
Logo de MSK.

No ha sido un camino fácil, pero sí muy reconfortante, según defienden sus integrantes, solo seis y procedentes de campos profesionales diversos, aunque con la música como denominador común. Junto a Gilberto y Mirsa –encargada de la visualidad del proyecto–, están la musicóloga Gretel Garlobo, el periodista Michel Hernández, y los informáticos Ernesto Redonet y Dayron Avello, este último a cargo de las redes sociales, la principal vitrina de MSK en su todavía corta existencia, junto a su web, actualmente en reconstrucción.

“Queremos convertirnos en un referente sobre la música cubana –afirma Gretel–. Que las personas que quieran saber qué música hay en Cuba y qué artistas la están haciendo, puedan visitarnos”.

“La música cubana es muy diversa y no hay muchos espacios para promover coherentemente esa diversidad. Para la mayoría solo existe el Buena Vista Social Club, la salsa y ahora el reguetón. Eso es un déficit que tenemos a nivel global. Y justamente el hecho de que para MSK no importe el género o si es un artista novel o consagrado, es la forma de posicionarnos como un referente”, explica la joven musicóloga.

Para lograrlo, este emprendimiento privado camina en una doble dirección: por un lado, la de los artistas, que son sus clientes y beneficiarios, y, por otro, la de las audiencias, su público –el real y el potencial– que navega en Internet y al que aspiran a entregar en los próximos meses una aplicación offline.

Para los primeros, sus servicios van desde la pertenencia gratuita al catálogo hasta campañas de comunicación y análisis especializados de su presencia en las redes sociales, siguiendo paquetes más económicos o más costosos e integradores. El cliente, el músico, decide.

Además, también promueven eventos musicales en el ecosistema digital, algo que ya han hecho con buenos resultados con los festivales Potaje Urbano, de hip hop, celebrado en la localidad matancera de Colón, y Habana Ciudad Electrónica, en la capital cubana, y que aspiran a continuar.

En cuanto al público, la labor se concentra en las redes, en la creación de una comunidad de seguidores –actualmente en Facebook superan los 2,500– “para lograr que los músicos tengan una audiencia potencial cuando ingresen al catálogo”, explica Gilberto.

La ecuación es directamente proporcional y consecuente: mientras más seguidores tengan, más músicos podrían interesarse en sus servicios, y estos, a su vez, atraer más público. Para ello, se apoyan en un trabajo sistemático y coordinado que apela a diversas herramientas.

“No se trata de publicar por publicar –sostiene Dayron–, sino de promover intencionadamente la música cubana en todo su amplio espectro, lo mismo a través de noticias y promociones propiamente, que de frases, preguntas y concursos que buscan resaltar la cubanía, o incluso de memes, porque el humor siempre es importante. Y también aprovechamos el rico patrimonio musical de Cuba, que nos permite recordar a figuras legendarias o fechas importantes, algo que hasta ahora ha tenido muy buena acogida y contribuye a la educación del público. De hecho, el post nuestro con un mayor alcance fue sobre Benny Moré.”

Ser y estar

MSK surgió en un contexto propicio: el del incremento de la conectividad y el uso de las redes sociales en la Isla. Apenas días antes de su lanzamiento comenzó de manera oficial en Cuba la conexión a Internet por datos móviles en los teléfonos celulares, algo que ha disparado el acceso de los cubanos a la web global.

Este escenario, sin embargo, es aún desaprovechado por muchos músicos. Y aunque a priori ello representa una oportunidad para un proyecto como MSK, no es cosa de coser y cantar.

“Invertir en la promoción es tan importante como invertir en un buen instrumento”, opina Gretel, quien confirma lo difícil que puede ser convencer a algunos artistas, incluso entre los ya establecidos, para promoverse en las redes.

“Piensan que, porque su música se pone en la radio o porque grabaron un programa de televisión como 23 y M, se están promoviendo bien. Y no se dan cuenta de que el escenario cambió”, lamenta.

“Hay otros –continúa– que sí han ido insertándose en Internet, pero eso tampoco es suficiente. El hecho de que tengas un instrumento no quiere decir que sepas tocarlo, y lo mismo sucede con las redes. Tener acceso a ellas en el celular no significa necesariamente que sabes cómo utilizarlas. Por eso, nuestra labor es también de educación, de hacer conscientes de eso a los músicos.”

Ante las reticencias, la respuesta “es la aplicación de un método científico para promoción, divulgación y fortaleza de su identidad en el espacio digital”, asevera Gilberto, quien sostiene que el hecho de que “el artista ya sea un consagrado o tenga un trabajo sostenido en redes sociales no significa que no pueda tener un espacio en MSK.”

“Tenemos diferentes módulos y servicios, y lo que queremos es que cada artista cree sus propios planes –comenta–. Lo mejor es que nos adaptamos a cada circunstancia: si se trata de un músico famoso, que está consolidado en el medio y tiene una página con miles de seguidores, podemos hacerle un análisis de su audiencia, de la efectividad de sus mensajes, y así ayudarle a evaluar en qué estado está y a definir estratégicamente futuros trabajos, giras y presentaciones de discos allí donde cuenta con un público mayor”.

“Y si es un artista novel, o uno con poca o ninguna experiencia en las redes, entonces podemos aplicar una estrategia más completa, con un diseño de su imagen, de los mensajes, con un seguimiento a su calendario de presentaciones. Tenemos para todos”, agrega.

No obstante, al menos en una primera etapa no cerraron la puerta a las incorporaciones gratuitas a su catálogo, “como una manera de ayudar a los menos promovidos y también porque nos interesaba crecer en volumen de artistas”, explica Gretel.

Ello los ha obligado a un arduo trabajo de selección, por las muchas solicitudes recibidas, tanto por Facebook y Whatsapp –donde cuentan con grupos–, como por email y hasta cara a cara. La calidad ha sido el rasero.

“Hemos sido muy cuidadosos –asegura Gilberto–, porque no se trata solo del músico sino también del prestigio de MSK. Buscamos proponerle a la audiencia un artista con un determinado estándar de calidad, y si no lo tiene es una pérdida para el proyecto, de lo que hemos logrado en estos seis meses. Y eso a la vez podría repercutir en la no incorporación de otros artistas. Por eso hacemos un estudio de su obra, de su proyección en redes sociales, sin apresurarnos.”

Sin embargo, aspiran a dar un salto a otro nivel. Y con ellos, los artistas.

“Estar en catálogo garantiza que la gente te vea, y por ahora es gratis –acota Dayron–, pero en la medida en que vayamos creciendo, en que aumente el tráfico que ya tenemos ganado en las redes y se potencie la web, va a ser más beneficioso para el artista estar. Y eso va a exigir también un costo. Además, pretendemos mostrar más que una información básica, también videos, música, y eso entraña un trabajo más creativo y diferenciado.”

Dos de los integrantes de MSK: Gilberto Grave de Peralta (izq), su director, y Dayron Avello, a cargo de sus redes sociales. Foto: Otmaro Rodríguez.
Dos de los integrantes de MSK: Gilberto Grave de Peralta (izq), su director, y Dayron Avello, a cargo de sus redes sociales. Foto: Otmaro Rodríguez.

Romper “los clanes”, mirar al futuro

Para MSK no hay distinciones en la música, siempre que sea buena, pero la realidad sigue sus propios derroteros. Por eso, en su todavía joven catálogo predominan unos géneros sobre otros, una correlación que su equipo busca transformar.

Por el momento y contrario a lo que podría pensarse, la llamada “música alternativa” –electrónica, rock, hip hop, fusión– marca la pauta por encima de tendencias más comerciales. Pero no están cerrados a ningún género, incluso al controvertido reguetón, “siempre que no se violente la calidad”, especifica Gretel.

Tampoco se sientan a esperar porque les lleguen todas las solicitudes, una demanda en la que, confirman, predominan los artistas jóvenes y alternativos, más conectados con el universo digital y necesitados de promoción.

“Para legitimar nuestro catálogo también nos dirigimos a artistas que nos gustan y nos interesa tener, porque nos parece importante incluir tanto a músicos conocidos como a noveles”, dice la musicóloga, quien adelanta que tienen “conversaciones pendientes con figuras de primer nivel” que de momento prefieren no revelar.

No obstante, más allá de géneros y niveles de reconocimiento, los miembros de MSK ven a su proyecto como una plataforma para ampliar las preferencias de sus seguidores y diversificar el gusto musical.

“Una de las cosas que queremos lograr es romper ‘los clanes’ que hay en la música cubana, brindarle a la gente la oportunidad de conocer otra música y no permanecer en un consumo cerrado”, explica Gilberto.

“Nos gustaría contribuir a que quien sigue el rock, o la música urbana, o el jazz, o la salsa, consuma los contenidos de otros géneros a través de propuestas de calidad y que interactúe con ellas. Aunque sin invasiones ni camisas de fuerza, sino con post sugerentes, intencionados. Y si al final decide no hacerlo, podemos entonces ofrecerle un filtro para que reciba noticias o contenido solo de determinados artistas o géneros de su preferencia.”

Otra vertiente que les interesa potenciar es la relación con las instituciones, en particular, las vinculadas a la música, algo en lo que hasta ahora no han tenido dificultades “porque trabajamos sin violar nada legal y sabiendo los márgenes que tenemos para operar de acuerdo con las licencias de trabajo por cuenta propia”, aclara Gretel.

Así, han laborado en festivales como Potaje Urbano y Habana Ciudad Electrónica y formado parte de paneles en eventos como AM-PM, en el que compartieron sus experiencias en el marketing digital con otros proyectos independientes y también disqueras estatales. Pero van por más.

La musicóloga Gretel Garlobo (4-d), del proyecto MSK, habla en un panel sobre marketing digital en el evento AM-PM, en la Fundación Ludwig de Cuba, en La Habana, el 19 de marzo de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
La musicóloga Gretel Garlobo (4-d), del proyecto MSK, habla en un panel sobre marketing digital en el evento AM-PM, en la Fundación Ludwig de Cuba, en La Habana, el 19 de marzo de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.

“Queremos acercarnos a la institucionalidad porque es la que trabaja directamente con muchos artistas, a través de las disqueras, de las agencias, que no pueden llevar toda la proyección del músico por diferentes motivos y nosotros ofrecemos un servicio especializado en un escenario concreto: el digital. Somos una solución para eso, según las posibilidades de contratación de cada una de esas empresas”, argumenta Gilberto.

Otras proyecciones también apuntan lejos.

“Estamos en proceso de alianzas con realizadores audiovisuales para brindar un servicio más completo a nuestros clientes y también queremos hacer talleres con músicos para que desarrollen un mejor trabajo en las redes, porque eso va a redundar en beneficio de su carrera y de la música cubana en general”, adelanta el director de MSK.

Incluso, sueñan poder acompañar a un artista desde su nacimiento y contribuir a su consolidación. Pero mientras, siguen adelante, paso a paso, “tocándolo todo con la mano”, apelando al trabajo colectivo y adaptándose a cada escenario.

“Tenemos muchos planes, como la aplicación móvil en la que estamos trabajando, y analizamos cada cosa que hacemos –concluye Gilberto. Nos reunimos, coordinamos y replanteamos lo que sea necesario, pero sin renunciar a nuestros objetivos. Lo importante es seguir avanzando y no retroceder en lo ya ganado. Por nosotros y también para la música cubana.”

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