Nueva Orleans desembarca en la Habana Vieja

La música de Nueva Orleans, una de los platos fuertes del 35 Festival Internacional Jazz Plaza, desbordó este miércoles las calles de la Habana Vieja, en una singular fusión con la conga cubana que hizo bailar a residentes y turistas.

Desde el céntrico Parque del Cristo hasta el barrio de San Isidro transcurrió el festivo desfile, seguido de un público creciente que se fue sumando a medida que los artistas avanzaban por la ciudad.

Fueron dos marchas en paralelo: la de Nueva Orleans, con los jóvenes de la fundación Trombony Shorty y figuras del célebre Mardi Gras a la cabeza, y la cubana, con la centenaria comparsa Componedores de batea como protagonista. Ambas confluyeron finalmente en el conocido Parque de la Ceiba de San Isidro, en un abrazo de música y alegría que demostró la indiscutible conexión cultural entre estadounidenses y cubanos.

En la primera marcha también descargó toda su energía la banda The Soul Rebels, protagonistas de la auténtica explosión musical que fue la noche de apertura del Jazz Plaza, junto a sus coterráneos de Tank and the Bangas y el Big Chief Monk Boudreaux, el Gran Jefe de las Golden Eagles, una tribu india del carnaval de Nueva Orleans que lució su colorido traje tradicional en el desfile.

A ella se sumaron, además, estudiantes del conservatorio habanero “Amadeo Roldán” unidos a los chicos de la fundación Trombone Shorty, y los bailarines y estudiantes de la compañía Lizt Alfonso, que recibieron la marcha en los alrededores de su sede, en la calle Compostela, y continuaron en ella como parte del “second line” (línea secundaria), como se conoce en la ciudad de Louisiana a los grupos que siguen a las bandas del carnaval, la atracción principal o “first line”.

“Es un honor estar aquí y ver a las personas pasándola bien como hacemos en Nueva Orleans. Por eso ha valido la pena venir”, dijo a la agencia Efe el Big Chief Monk Boudreaux, que acaparó la atención de los asistentes con su indumentaria y su carisma.

Por su parte, el músico cubano Cimafunk, quien impulsa junto a artistas estadounidenses el proyecto “Getting Funky in Havana”, resaltó las similitudes entre las tradiciones de Nueva Orleans y Cuba.

“Esto que están haciendo ellos es lo mismo que hacemos nosotros, esto es conga, lo que allá le pusieron ‘second line’. La unión de esto es raíz pura, raíz viva”, aseguró a Efe Cimafunk, una figura asecendente de la escena musical cubana, artítifice del desembarco en La Habana de este proyecto de intercambio cultural.

“Getting funky in Havana” es una de las principales atracciones del Jazz Plaza, que se desarrolla en La Habana hasta el próximo 19 de enero, y que luego del desfile de este miércoles tendrá una nueva presentación el viernes en el mítico Salón Rosado de La Tropical. Los artistas de Nueva Orleans que lo componen son parte de la comitiva estadounidense, la más numerosa entre las delegaciones foráneas con cerca de 80 integrantes, a pesar de las tensas relaciones que viven los dos países tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

“Los músicos y el pueblo de Estados Unidos siempre han querido venir a Cuba. Con suerte este evento va a abrir puertas para muchas más colaboraciones, tanto en la música como en la política, (esperamos) que los dos países se unan y trabajen juntos”, aseguró días atrás a Efe Marcus Hubbard, trompetista de The Soul Rebels, un espíritu que reinó este miércoles en La Habana.