Primera Línea, oxígeno para la industria musical cubana

Una nueva posibilidad para que la música cubana y la industria que la representa se abran camino a nuevos mercados, aprendan de las más efectivas formas de promoción y comercialización dentro y fuera de la Isla, y renueve sus esquemas de funcionamiento, se abre ahora con la realización en La Habana del primer Fórum Internacional de Música Primera Línea.

Esta cita, que se efectuará en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso del 14 al 17 de este mes, tiene como objetivo propiciar el intercambio de conocimientos, experiencias y la colaboración entre artistas, productores, empresarios y otros profesionales de la industria musical, cubanos y extranjeros, y de paso mostrar el desarrollo alcanzado por ese sector en los últimos años y sus potencialidades con vistas al posicionamiento en el mercado internacional.

Primera Línea, insertado en el III Festival Habanarte, es posible gracias a Womex, la más importante feria profesional de música dirigida a todo tipo de profesionales del sector, en estrecha colaboración con el Ministerio de Cultura de Cuba, el Instituto Cubano de la Música, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales Egrem) y la Empresa de Promociones Artísticas y Literarias Artex S.A.

El programa de Primera Línea contempla 14 conferencias que versarán sobre temas relacionados con el comercio de la música digital, estrategias de producción y promoción, búsqueda de oportunidades para la inserción en nuevos mercados, tecnología, y en especial la actualización de proyecciones de negocio para el sector a propósito del nuevo escenario creado tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.

También habrá una serie de presentaciones artísticas sin carácter competitivo en las que solo agrupaciones cubanas mostrarán a un jurado lo más interesante de su repertorio buscando captar intereses de contratación; y visitas dirigidas a centros de vital importancia para la música y cultura cubana en general como los estudios de grabaciones de la EGREM y Abdala, la Universidad de las Artes (ISA), el Conservatorio Amadeo Roldán, las sedes del Ballet Nacional de Cuba y el Conjunto Folklórico, además de conciertos en vivo en espacios habituales de la ciudad.

Para entender el verdadero alcance de un encuentro de esta naturaleza es necesario puntualizar brevemente algunos detalles concernientes a las características de la industria musical cubana, en qué punto se encuentra y cuáles son sus perspectivas reales de crecimiento.

En medio de la revolución de las nuevas tecnologías ( en la que Cuba no acaba de insertarse de forma definitiva), la industria musical de la Isla se ha visto obligada a plantear nuevas estrategias para acceder a nuevos mercados signados por el consumo digital de música.

El asunto se ha tornado en un punto crítico para la “supervivencia” de la música cubana en momentos donde cualquier persona con sencillos software puede, incluso en casa, grabar música y ponerla en internet a disposición de todos. El consumo de música directamente desde la web, ya sea online, descargada, incluso pirateada, ha revolucionado hasta límites antes inimaginables los sistemas de promoción y ventas, y en este particular Cuba está muy atrás.

Para que se tenga una idea: la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI por sus siglas en inglés) en su Informe Mundial de la Música señala que el año 2015 cerró marcado, entre otros puntos, por “la ventaja en la venta de los formatos digitales por sobre los soportes físicos”, aspecto que en medio de una explosión mundial en el consumo de música son “el reflejo de una industria que se ha adaptado a la era digital”.

Cuantitativamente esto se traduce en que la venta de música vía internet alcanzó la fabulosa cifra de 6 700 millones de dólares, mientras que el formato físico quedó en los 5 800 millones.

Es un reclamo de los músicos cubanos insertarse en el mercado global de la música aprovechando todas las herramientas posibles, principalmente las nuevas tecnologías, un pedido que las autoridades culturales del país respaldan pero con acciones muy lentas en comparación con la dinámica del mercado. A esto sumar que no se debe perder de vista las ofertas dirigidas al público nacional.

En este contexto Primera Línea se perfila como una oportunidad para “oxigenar” a la industria musical cubana, sus conceptos y métodos de trabajo, estrategias a diferentes plazos, y generar desde la realidad de la Isla los medios para ser parte del dinámico mundo de la producción, promoción, comercialización y consumo de la música.

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