Pintor cubano Enrique Martínez Celaya expone en Hispanic Society de Nueva York

“El mar de las palabras” permanecerá abierta hasta el 7 de julio. Martínez Celaya nació en La Habana, creció en Nueva Paz, España, Puerto Rico y se mudó a los Estados Unidos cuando tenía 18 años.

De niño Martínez Celaya recibió un “importante regalo de su madre”: un cuaderno que mostraba en portada el retrato de una niña pintada por Diego Velázquez. Foto: Ana Fernández/AFP.

El artista de origen cubano Enrique Martínez Celaya inauguró el jueves pasado en el Museo Hispanic Society de Nueva York la muestra personal: “El mar de las palabras”, que parte de un cuaderno de la infancia y en la que incorpora piezas realizadas por niños de Nueva Paz, Mayabeque.

Según el catálogo de la institución, situada en Harlem, en 1971 Martínez Celaya recibió un “importante regalo de su madre”: un cuaderno que mostraba en portada el retrato de una niña pintada por Diego Velázquez.

Tenía entonces seis años y medio, la misma edad que la niña del cuadro de Velázquez, de modo que “su cercanía de edad y su constante compañía lo llevaron a establecer una conexión íntima con ella”.

“Fue mi amiga y confidente porque teníamos la misma edad”, contaba el artista a la agencia francesa AFP,  a la que comentó sobre las cartas que entonces escribía a su padre exiliado en España.

Viaje a la infancia y un cuaderno escolar

De hecho, AFP describe la muestra como “un viaje a la infancia, a través de los dibujos procedentes del cuaderno escolar y la letra infantil de las cartas a su padre”. Ese viaje está signado por “el exilio, la imaginación y la pérdida”.

Años más tarde, mientras vivía en Madrid, Martínez Celaya descubrió a Velázquez a través de la colección del Museo Nacional del Prado. El artista español influyó fuertemente en su recorrido artístico.

La muestra simboliza “la separación de mi historia, de mi país y de un tiempo que nunca volverá”, afirma. 

La muestra incluye siete pinturas a gran escala de cartas de la infancia parcialmente veladas por el mar, cuatro pequeñas pinturas basadas en “La Niña de Velázquez”, una escultura de madera de un niño sosteniendo el cuaderno de primer grado de Celaya, proyecciones de elementos del cuaderno en el techo así como hileras de barcos de papel hechos por niños de Nueva Paz.

Regreso a Cuba

Porque, hace pocas semanas Martínez Celaya volvió a Cuba para inaugurar su primera exposición en la isla: “Los muertos llaman al alba” en el Museo Nacional de Bellas Artes.

Entonces aprovechó para visitar la escuela José Martí, en Nueva Paz, donde había escrito mucho de lo que guarda el cuaderno escolar que sobrevivió gracias a una abuela.

“Están muy orgullosos” de ver el resultado, dice de los niños, principales fans de la exposición que han visto a la distancia, asegura.

Durante la vista a la isla, Martínez Celaya también intercambió con jóvenes creadores en la Galería Salón Blanco del Fondo de Arte Joven (FAJ). Dicho encuentro fue promovido por el FAJ y la Fundación Los Carbonell (FLC).

Experiencia marcada por el exilio

“Esta exposición tiene una semilla muy personal, pero en realidad mi objetivo (…) es hablar de la colaboración con el niño de seis años que mira al mundo con una idea de mejorarlo, que es tan común hoy con los refugiados e inmigrantes”, concluye.

Martínez Celaya nació en La Habana, creció en Nueva Paz, España, Puerto Rico y se mudó a los Estados Unidos cuando tenía 18 años. Inició su formación artística como aprendiz de pintor a los 12 años, y estudió física aplicada, literatura, y arte en la Universidad de Cornell, la Universidad de California, Berkeley y la Universidad de California, Santa Bárbara, según la biografía disponible en su web.

Según AFP, esta expo es la primera de una serie anual que promueve el director del Museo Hispanic Society de Nueva York, el francés Guillaume Kientz, para ponerlo en el mapa de la ruta museística de la ciudad.

El mar de las palabras: Diego Velázquez/Enrique Martínez Celaya permanecerá abierta hasta el 7 de julio y se basa en la experiencia de la niñez de un pintor, marcado por el exilio.

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