Rumba cubana en Nueva York

“La rumba de los Orishas” interpretada por la Compañía folclórica cubana Yoruba Andabo sonará en el selecto escenario del Carnegie Hall de Nueva York el próximo 30 de noviembre como parte del Festival Voces de América Latina que se inició el pasado 8 de noviembre y se extenderá hasta el 11 de diciembre en esa ciudad.

Yoruba Andabo también interpretará una versión en clave de guaguancó de la mundialmente conocida “Guantanamera” del compositor cubano Joseíto Fernández. Del mismo modo asumirán la emblemática canción “El necio” de Silvio Rodríguez, así como  la pieza “La gozadera”, una conga fusión de la autoría de Ronald González. Todos estos temas pertenecen a su más reciente producción discográfica “El espíritu de la Rumba” con el patrocinio del sello disquero Bis Music.

Esta selección de su repertorio más reciente seguramente funcionará como la mejor carta de presentación de sus 16 integrantes, quienes se desarrollan como cantantes, percusionistas y bailarines y hacen de su espectáculo la mejor muestra del abrazo de culturas sobre el que se asienta la historia cubana. 

Este Festival tiene el propósito de funcionar como palestra promocional  de la música tradicional de la región latinoamericana y su diversidad cultural, en las que también están asentadas fuertes influencias musicales de distintas regiones de Estados Unidos, un proceso de intercambio y apropiación cultural que también ha ocurrido  en sentido inverso.

Chucho Valdés es otro de los cubanos que darán lustre a la celebración de la multiculturalidad presente en América Latina junto a personalidades de la talla del brasileño Gilberto Gil y el prestigioso director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel. 

La agrupación de música afrocubana Yoruba Andabo nació en los muelles de La Habana. Coincidió el lugar de su nacimiento en  1961 con el de tantos otros rumberos legendarios cuya cimiente se gestó entre el sudor de los recios estibadores  y  el aliento salobre del mar.

De esta suerte Yoruba Andabo logró establecerse en una posición cimera dentro del panorama musical cubano por la manera coherente y respetuosa con que asumió la interpretación de la herencia africana en armonía con los demás ritmos que forman parte de la  identidad musical de la isla.

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