Se murió Álvarez Guedes: ¡no jodas chico!

Álvarez Guedes acaba de hacer su peor chiste: morirse…

El humor, el relajo, el choteo cubano está de luto. A los 86 años de edad, en su casa de Kendall, un suburbio de Miami, murió rodeado de sus familiares Guillermo Álvarez Guedes, a quien realmente le sobró el Guillermo para ser reconocido…

Cuando se haga la historia del humorismo cubano, Álvarez Guedes tendrá un espacio garantizado, entre otras razones, porque tenía una gracia para hacer chistes que contados por otros serían soberanos pujos, pero contados por él era imposible no reírse. Incluso en aquellos años en que uno lo escuchaba casi clandestino, en cassetes copiados hasta el infinito, de cintas mordías por el uso y abuso, que pegábamos con pintura de uña…

Un típico jodedor cubano, aún sin verlo uno sentía en aquellas grabaciones la complicidad de quien hace cuentos de relajo en una reunión de amigos, como lo más natural del mundo. Parece que era algo genético, pues su hermana Eloisa fue también una cuenta-cuentos con una bis cómica insuperable.

Aunque venía escuchándolo desde que tengo uso de razón, yo vine a ponerle rostro a Álvarez Guedes hace apenas un lustro, cuando tecleé su nombre en YouTube y lo vi en algunos sketchs, aunque pienso que su fuerte era el coloquial cara a cara con su público. Quizás fue una suerte de precursor del “stand up comedy” a lo cubano, y tuvo el mérito de gustar en ambas orillas, aunque algunos se sintieran incómodos –e incluso culpables- porque hasta sus chistes políticos daban risa.

Álvarez Guedes nació en 1927 en el poblado matancero de Unión de Reyes, donde comenzó su carrera como actor hasta llegar a la radio a fines de los años 40. Luego llegó a la televisión, gracias al productor y animador Gaspar Pumarejo, y por su carisma y gracia se destacó en sainetes y comedias musicales, espectáculos de cabaret, e hizo un tándem memorable con Rita Montaner, la Única, tanto en la radio como en el teatro y la televisión.

Pero aparte de su intensa carrera actoral, en 1949 creó el sello discográfico Gema Records, que lanzó a imprescindibles como Rolando Laserie, Celeste Mendoza o Elena Burke. En 1953 hizo el espectáculo musical El Solar, en el cabaret Montmartre, con Beny Moré, Olga Guillot y Carlos Pous, y coreografía de Alberto Alonso. Por su sello pasaron también Chico O’Farrill y Bebo Valdés.

Entre sus ídolos destacó a Leopoldo Fernández, célebre por sus personajes Pototo y Trespatines, Alberto Garrido y Enrique Arredondo, recordado por su Bernabé. También guardaba buenos recuerdos del showman Germán Pinelli, y del Bárbaro del Ritmo, Beny Moré, con quien trabajó mucho y cuya música no se cansaba de escuchar.

El 23 de octubre de 1960 se fue de Cuba en el mismo avión que se fue Celia Cruz, directo a New York. Luego se instaló en San Juan, Puerto Rico, donde tuvo gran protagonismo en el nacimiento del Gran Combo y el lanzamiento de los cantantes Danny Rivera y Luisa María Güell. Nunca quiso regresar a Cuba.

En total grabó 32 discos de chistes, escribió la novela Cadillac 59 (2000), apareció en películas como “Dios te salve psiquiatra” (1966) y “Que todo quede entre cubanos” (2008), y sus espectáculos unipersonales lograban llenos memorables. Hasta el 2011, fue la estrella de la revista radial “Aquí está Álvarez Guedes”.

Descanse en paz Álvarez Guedes. Y que se preparen en el Más Allá para morirse nuevamente… de risa…

 

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