Suenan los cueros y rompen los Tambores de Bejucal

Emilio Vega mira los tambores y siente que la cubanía va con ellos. “Estos instrumentos proceden de Bejucal”, explica el músico y productor de discos de la disquera Egrem.

Existe una tradición que brota de la música que escuchamos y se percibe un sonido particular, que sale de la clave, la campana y de «reja», melodía salida del arado criollo que los integrantes del grupo han convertido en instrumento musical.

Vega se confiesa más hombre de música citadina, aunque “este mundo de la rumba, de la conga, me gusta”. Por eso aceptó sin reparos el proyecto fonográfico de los Tambores de Bejucal y ya la placa 50 son 50 es un hecho tangible.

Un amplio repertorio, acopiado en medio siglo de trabajo artístico, se puso a disposición de Emilio. Allí, por supuesto, afloró ese sello de la agrupación, que no se parece a las congas procedentes de Santiago de Cuba o La Habana. Lo de los bejucaleños lleva el acople de las trompetas, el trombón, la clave, la campana y, por supuesto, los tambores.

“Estos son discos históricos”, explica a On Cuba Emilio Vega, quien ha producido álbumes a Afrocuba, Muñequitos de Matanzas, Clave y Guaguancó y Yoruba Andabo. “Mucha gente no conoce qué son los Tambores de Bejucal y es sumamente importante que se sepa cuál es la riqueza de nuestra música, de nuestras tradiciones. El legado histórico debe quedar para cuando los fundadores de estas agrupaciones no estén”, señala.

Pá que tú me llamas, El Kuini kuini, Coco pá Yemaya, Mozambique No 1 y Zapateo Ñáñigo nos ofrecen un viaje hacia la raíz africana que también está presente en nuestra sonoridad. A esas piezas se suman –hasta completar 13 track- una exquisita versión del Ave María, de Schubert, en la que interviene Bárbara Llanes, y el cierre lujoso de la sabrosa Suite final de Congas Tradicionales.

Para Emilio Vega existe un mercado internacional que asimila muy bien este tipo de productos, “pues es una cosa exótica con una raíz muy fuerte”. Por eso asegura que el fonograma que grabaron en los Estudios 102 de la Egrem, entre enero y junio del pasado año, tendrá un éxito indiscutible.

La razón es sencilla para todos, como sentencia Vega. “Hay continuadores de esta melodía y hay una conciencia de preservar todo esto… Soy admirador de toda la música pero cuando los tambores suenan, es inevitable bailar”.

Foto: Tomada del disco 50 son 50

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