Tropicana: bajo estrellas y arcos

Tropicana

Tropicana

Tropicana es un cabaret o night club cuya fama internacional comenzó a finales de los años 30 pero tuvo su época más significativa en la década del 50, tras la realización de la ampliación del edificio existente mediante la incorporación de nuevos salones y áreas de servicio, que se fueron realizando desde 1951 hasta 1954 por el arquitecto cubano Max Borges Recio en colaboración con el español Félix Candela.

Uno de los cabarets más reconocidos en toda América, ha sufrido pocas transformaciones si se compara con los ejemplos históricos de igual función, lo que probablemente lo sitúa como el único de los grandes cabarets que conserva los espectáculos al aire libre.

La ampliación del edificio original, realizada mediante la incorporación de nuevos elementos arquitectónicos, le añadió un indiscutible valor estético. Fue uno de los primeros cabarets cuyo objetivo era el simple entretenimiento, sin acudir a excesivas transgresiones de los conceptos morales del momento.

Tropicana: un paraíso bajo las estrellas
Tropicana: un paraíso bajo las estrellas

Las estructuras laminares de hormigón armado presentes en el edificio pueden ser comparadas con la serie que parte de las obras del italiano Pier Luigi Nervi, el español Eduardo Torroja, el brasileño Oscar Niemeyer, y los propios autores Borges y Candela, quienes contribuyeron a que dichas características arquitectónicas fueran reconocidas como uno de los símbolos de la modernidad americana. Tropicana se convirtió en un modelo que influiría en creaciones arquitectónicas notables en México, Puerto Rico y otros países del área, algunas de ellas realizadas por los propios autores.

En cuanto al espectáculo, incorpora un aporte tecnológico por el uso de los efectos especiales, pirotecnia, iluminación y tramoya en su zona al aire libre denominada Bajo las Estrellas, los que se integran a la vegetación exuberante y constituyen el marco escénico ideal para las coreografías del mundialmente famoso Rodney y sus seguidores, pues en lugar de producirse solo en el plano horizontal, se pudo incorporar actos que hasta el momento eran solo propios de los espectáculos circenses.

El salón Arcos de Cristal está caracterizado por la presencia de bóvedas laminares y arcos de vidrio que permiten que los árboles del espacio exterior sean vistos desde el salón, lo cual produce un ambiente caracterizado por luces y sombras, movimiento y, sobre todo, la percepción de un espacio donde se combinan los atributos del cabaret con los rasgos del entorno.

Tropicana conserva las esculturas originales de Rita Longa que fueron y continúan siendo su símbolo reconocido internacionalmente.

Se trata de una obra que ha sido capaz de dar un marco que responde al Movimiento Moderno y al mismo tiempo alberga una función de ocio totalmente festiva, divertida y trivial, sin hacer concesiones al mal gusto.

Desde el punto de vista estrictamente funcional, en el Cabaret Tropicana convergen el modelo europeo del café cantante y el cabaret propiamente dicho, con el night club norteamericano, por lo que llegó a constituir un paradigma de alcance mundial, pues logró integrar los requerimientos de la función histórica con los aportes de la técnica más avanzada. Puede decirse que la tecnología utilizada constituyó uno de los puntos de partida del uso de los efectos especiales en los espectáculos musicales.

El cabaret Tropicana está directa y materialmente asociado con la cultura y en particular la música popular de los años 50, cuando tuvo un valor de alcance regional, como punto de confluencia de las Américas, pero que en la actualidad ya se ha convertido en universal por haber sido el sitio desde el cual se lanzó al mundo la música cubana y una notable cantidad de artistas de otros países se convertían en estrellas internacionales a partir de su actuación en el cabaret cubano.

Declarado Monumento Nacional en el año 2002, la gestión del cabaret continúa desarrollándose en forma semejante a la original.

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