Trump, la caricatura y el artista que mira La Habana

Ares en su estudio en Centro Habana. Foto: Claudio Pelaez Sordo.

Ares en su estudio en Centro Habana. Foto: Claudio Pelaez Sordo.

Como Arístides Esteban Hernández apenas es conocido. Si se dice que es psiquiatra de profesión, seguro lo será menos. Pero todo cambia si se habla de Ares, su nombre artístico. Caricaturista, ilustrador y pintor autodidacta, tiene la medicina y su especialidad como herramientas esenciales en su obra.

Desde su mirador centrohabanero, Ares contempla la ciudad. Sueña con cortar de un tajo el edificio que le impide, desde su torre, mirar el mar. Interpreta La Habana y en cada trazo está la pluma mordaz y precisa de uno de los mejores humoristas gráficos de nuestro tiempo. Su trabajo recorre diversas manifestaciones porque es un empedernido pintor, un mago de la ilustración infantil y un constante hacedor de libros.

En su vida ha obtenido más de 131 premios. Tiene 21 libros de su autoría y otros 80 llevan su sello como ilustrador, pero él no lleva la cuenta. Es un asiduo caminante que no pierde tiempo y, a pesar del calor, lanza en su andar continúas preguntas para encontrar respuestas desde el arte. Una de ellas: ¿cómo crear nuevos sitios permanentes para el humorismo gráfico cubano? La respuesta es un nuevo espacio en La Habana Vieja, en el que trabaja de conjunto con la Oficina del Historiador de la Ciudad. Muy cerca de La Catedral confluyen tres proyectos comunitarios en un mismo lugar, entre ellos el Estudio Ares: la casa del humor, que incluye un lugar para taller, una galería y ambiciona poseer una biblioteca de humor gráfico. Aunque falta aún mucho por hacer, en el Estudio se han realizado ya seis exposiciones.

“Lo que he hecho son muestras de humor gráfico, entre estas, una en la Bienal pasada dedicada a las caricaturas en la prensa cubana de los años 50 sobre Fidel, la cual se llamó Alta fidelidad. Estamos promoviendo un taller de teatro para este mes, y tengo ahora esta exposición de caricaturas sobre el presidente de EE.UU., Donald Trump”, cuenta Ares.

Agente Naranja es el título de esta muestra integrada por 20 trabajos de 13 caricaturistas cubanos como Adalberto Linares, Ramiro Zardoya, Lázaro Miranda, Osmani Simancas o Ángel Boligán; junto con dos extranjeros: el mexicano Arturo Kemchis y el belga O Sekoer.

“Invité a dos caricaturistas cubanos que están trabajando fuera del país: Simancas, que publica en el diario brasileño Journal a tarde y Ángel Boligán, radicado en México donde trabaja para El Universal. También a dos colegas extranjeros. Hubiera podido invitar a más de ellos, pero quise que predominaran las caricaturas hechas por cubanos.

“La idea era hacer una muestra de humor gráfico con ese tema, y luego busqué los nombres de los artistas. Yo pensé que el título era bastante original, pero buscando en Internet encontré que ya un rapero en los Grammys llamó a Trump Agente Naranja. Lo usé porque guarda relación con su postura respecto al medio ambiente y su conservación”, agregó el caricaturista.

Ares asegura que la mayoría de las caricaturas están publicadas en medios impresos o en sitios de Internet relacionados con el humor gráfico o con la prensa. No se incluye ninguna de su autoría porque estuvo enfocado en la organización del evento.

¿Por qué Trump?

Es un personaje que genera muchas noticias, algunas relacionadas por supuesto con Cuba. Además, creí cómodo encontrar varios trabajos sobre la misma temática. Generalmente organizo exposiciones personales, pero en este caso es colectiva. Me parecía que era un tema con el cual se podía lograr una buena exposición de este tipo. Quería un poco narrar la manera en que la gente ha visto el período presidencial de Trump hasta ahora y cuál es la visión que se tiene, desde la caricatura cubana, de su gobierno.

La caricatura es una de las expresiones del periodismo, y es una manera muy cómoda de comunicar y establecer un vínculo más fácil con quien recibe el mensaje. El espacio está en una zona donde confluyen muchos jóvenes y también extranjeros, y a veces algunos no quieren meterse en cosas muy profundas. Por eso me pareció la manera más cómoda de comunicar ideas y de que la gente viera determinadas opiniones o rasgos del gobierno de Trump expresados a través del humor gráfico.

Ilustración de Ángel Boligán.
Ilustración de Ángel Boligán.

¿Cómo fue el proceso de agrupar estas obras?

Aún tengo muchísimas obras que me enviaron colegas, pero tuve que seleccionar. El trabajo fue agradable porque permitió visibilizar este tema desde el humor gráfico dentro de Estudio Ares. Las obras no son tomadas literalmente de los medios dónde están publicadas; incluso, algunos artistas trabajaron específicamente solo para la exposición. Algunas fueron retomadas por los artistas y trabajadas nuevamente para la expo.

Es diferente trabajar la caricatura para una exposición porque su espacio natural es el de la prensa, y es una expresión que surge para esta y que está cabalgando entre la plástica y el periodismo, pero vinculada con los acontecimientos políticos. Pero no hay por qué restringirla solo a la prensa. La manera en que se recepciona una caricatura en una exposición es diferente a la manera en que se hace en un periódico.

De cualquier modo, los límites entre caricatura, pintura, ironía, sátira o comentario político de las realidades no están ligados solo en la caricatura sino que se mezclan con otras expresiones de las artes plásticas. Por eso me gusta mucho llevar la caricatura a una sala de exposición y establecer un vínculo diferente con el público que la recibe.”

¿Cómo ha sido recibida la exposición?

Creo que ha gustado bastante. Ha tenido muy buena acogida, más de la que pensaba, y la gente se ha interesado por el tema, a pesar de que no es la única sobre Trump en el mundo. Pasan muchísimos extranjeros y a los americanos, sobre todo, les gusta mucho. Yo creo que la expo puede funcionar bien en cualquier lugar, aquí o allá en Estados Unidos, porque es la visión de los caricaturistas sobre un te

ma específico; de hecho, el trabajo del humor gráfico cubano es bien reconocido fuera de la isla y hay muchas cosas que pueden ser entendidas más allá de nuestras fronteras y la práctica lo ha demostrado.

Ares, su obra y la caricatura en Cuba

¿Qué papel desempeña el humorismo gráfico dentro de nuestra realidad?

Los caricaturistas se mantienen al tanto de lo que sucede en el mundo. Los espacios de la caricatura son muchísimos más ahora con la Internet y los cubanos están publicando en esos espacios. Hay lugares para la crítica dentro del humorismo gráfico, sobre todo para promover ideas, pensamientos, y eso hay que aprovecharlo.

El humorismo gráfico tiene diferentes líneas y en todos se puede tocar nuestra realidad, se puede hablar de ella y se está haciendo. Los caricaturistas beben de ella y por tanto la reflejan en su obra. El humor gráfico está también para servir a la gente, para ponerlos a pensar, a reflexionar. Ese es su papel: ser la propia realidad vista desde los ojos de un artista.

¿Cuál es el estado de salud de la caricatura cubana hoy?

La caricatura en Cuba tiene una larguísima tradición y ha estado vinculada con los medios desde la segunda mitad del siglo XIX. Ha tenido un camino largo con altos y bajos, pero con una tradición mantenida y nombres fuera de liga. Para hablar de la situación actual hay que mencionar el Período Especial porque ocurrió una crisis del humor gráfico por la ausencia total de papel, de publicaciones y de espacio para la caricatura. Muchísimos artistas dejaron de hacer humor gráfico y se dedicaron a otras cosas dentro de las artes visuales y otros se fueron del país y continuaron trabajando desde allá.

Realmente eso laceró mucho el humor gráfico también porque no aparecieron nuevos jóvenes, pero esta situación comenzó a mejorar un poco a inicios de este siglo, cuando hay una discreta recuperación de las publicaciones o, al menos, la intención de mantener algunos eventos importantes para esta manifestación. Un buen síntoma ha sido la aparición de jóvenes, lo cual no quiere decir que no falte mucho todavía por hacer, como tocar temas importantes. Muchos artistas esperan a que se toque un tema para abordarlo luego. Nosotros debemos ir a buscar los temas y expresarlos.

Ares. Foto: Claudio Pelaez Sordo.
Ares. Foto: Claudio Pelaez Sordo.

¿Cómo sobrevivió Ares a ese período?

La gente buscó muchísimas opciones para sobrevivir. Al principio yo probé hacer caricaturas en lugares públicos o cosas para vender, pero después me di cuenta que si seguía por ahí, todo lo que había hecho se iría al piso. Decidí entonces pasar un poquito más de trabajo y hacer una obra seria.

Encontré espacios para hacer cosas fuera de Cuba y participé en Salones Internacionales. Probé con otras manifestaciones de las artes visuales, sobre todo con la ilustración infantil y la pintura, y me fue bien, manteniendo siempre el humor gráfico, aunque en los últimos tiempos lo he dejado un poco también, porque estoy en un nuevo proyecto. Realmente ahora estoy trabajando más en la línea de esta nueva exposición.

¿Cuál será el próximo trabajo?

En la exposición que propongo para el año que viene me pregunto muchas cosas, utilizo los símbolos patrios y las aldabas para llamar a despertar, a dejar entrar en algún lugar, en la gente o en mí mismo. Se salen estas nuevas cosas de la caricatura, pero no del humor, aunque el mío no es de chistes ni solo para reírse. Propongo siempre desde un humor más sosegado, de búsqueda, de pensamiento. Mi humor siempre ha sido más serio, ahí se me sale lo de psiquiatra.

Este proyecto tiene que ver con mi barrio, que en ocasiones puede ser bullicioso y terrible pero me gusta. Yo nací aquí, la gente me conoce y saben dónde vivo. Tiene que ver con él, con La Habana y con Cuba. Yo digo que esto es el Bronx de La Habana, allá arriba tengo el mirador del Bronx y desde ahí me pongo a pensar; este lugar me inspira. Tampoco me voy a fajar con Centro Habana.

Ares en Centro Habana. Foto: Claudio Pelaez Sordo.
Ares en Centro Habana. Foto: Claudio Pelaez Sordo.
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