Zucchero en el corazón de los cubanos

Los cubanos tenemos un poquito de todas las culturas, somos ese ajiaco multicolor que nos definía nuestro Fernando Ortiz. Desde África, los chinos de la lejana Asia, los moros…, todo se transfigura en una misma esencia. No es de asombrar entonces que cada año festejemos durante una semana lo grandioso de la cultura italiana y su mágica trascendencia en lo que somos.

Para suerte de los capitalinos, desde el 26 de noviembre y hasta el 2 de diciembre, el cine, la literatura, la fotografía, las artes plásticas y la música hechas en Italia, descubrirán para nosotros lo mejor del arte. De esas oportunidades excepcionales en el panorama cultural de la Isla.

Así llegó a La Habana el popular músico Zucchero y sin quitarse apenas el polvo de un largo viaje agradeció esta ocasión de cantarle a Cuba, una idea que lo desveló por  más de 20 años.

Se confiesa un admirador de la sonoridad cubana, pues “me gusta la musicalidad que tienen, muy particular. Para mí es la fuente del ritmo, tienen un gusto muy personal”. Y entre los nombres que no faltan en su lista están los imprescindibles Omara Portuondo, el Buena Vista Social Club, Pedrito Calvo, Los Van Van. 

Mas no tarda en descifrar su fórmula secreta para mantenerse por tantas décadas frente a los más importantes escenarios del mundo: la unión de varios géneros en una misma melodía, “las composiciones tienen el sonido italiano ma también un poco de blues, de rock, de latino, es un sonido muy universal. La colaboración con muchos artistas grandes como Bonos, Sting, Pavarotti, me ha permitido ser conocido no solamente en Italia sino en el resto del mundo, sobretodo por las giras con buenos músicos”.

La ansiada visita también reconoce otros atractivos. La presentación en Cuba del CD La Sesión Cubana vislumbra la esencia artística que une a los músicos desde cualquier rincón del mundo, esta vez con el corazón latino de los que aprecian la sonoridad italiana como única. Producido en julio y con la participación de grandes como el desaparecido Pucho López, Jorge Reyes, Elmer Ferrer, Sexto Sentido y otros, la producción fonográfica tiene un exquisito repertorio encabezado por la internacionalmente conocida La Guantanamera, de Joseíto Fernández.

En un inicio “no estaba en la lista porque es una canción muy popular, bellísima y con muchas versiones en todo el mundo. Yo no podía hacer un disco como el del Buena Vista Social Club con canciones tradicionales cubanas; mi música tiene influencia y los cubanos son diferentes a mi rock, mi blues.
“Mas cuando estaba en el estudio con los músicos cubanos yo entendí el feeling y cuando tocamos La Guantanamera, todo el mundo decía qué linda. Es una versión diferente pues está cantada en italiano. En Europa, ahora mismo, es el primer single del CD”.

El próximo 8 de diciembre, en el parque Cubanacán del Instituto Superior de Arte, ISA, tendrá lugar el tan ansiado concierto como premier del disco, que pretende además iniciar un periplo por todo el mundo para expandir las potencialidades de la música cubana. En el espectáculo de más de dos horas de duración estarán invitados David Blanco y Buena Fe, junto a 15 artistas de la Isla.

Pero esta no será la única presentación de Zucchero en nuestro país, el concierto de clausura de la fiesta de las artes italianas en el Teatro Nacional de Cuba contará con su talento y a él se unirán su coterráneo, el tenor Darío Balzanelli, así como Paulo FG, Pedrito Calvo, Eduardo Sosa, Carlos Alfonso, Laura Ulloa y la compañía Havana Compás.

Aun cuando dice haber esperado 22 años para tocar en Cuba, Zucchero asegura que se entregará al público como nunca. Para los que conocen su música correar las letras será una forma de validar un talento a prueba contra el tiempo, para los que apenas conocen su nombre será un excelente descubrimiento para apreciar los valores universales de sus composiciones. 

 

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