Adiós al morbo de los USA Knockouts

La rivalidad hueca entre las escuadras no hizo más que quedar en clara evidencia después del repaso boxístico que los Domadores de Cuba le propinaran a los USA Knockouts en el Coliseo de la Ciudad Deportiva en el match de ida por los cuartos de final de la IV Serie Mundial de Boxeo (WSB).

Desde el pesaje ya los Domadores ganaban, la báscula delató al boricua Jantony Ortiz (52 kg) que andaba de sobrepeso, 1-0 para los de casa, y Gerardo Cervantes se ahorró tener que sudar en el cuadrilátero. Así caía el primer pedazo de la torre de babel que presentaron los norteños, escuadra que no se sabe aún por qué razones no vino acompañada de su entrenador principal, el cubano Pedro Roque. A su mando, otro entrenador de la tierra, Mariano González.

Pelea a pelea:

60 kg: El estropeo del celofán corrió a cargo de Lázaro Álvarez y Luis Arcón. Pleito de invictos. El cubano por seguir como número uno de la división en el ranking de la WSB, el venezolano de los USA por emparejar rápido el cotejo entre los dos planteles. En un inicio, Álvarez comenzó algo pasivo, quizás tanteando demasiado a su contrario, dejo que Arcón comenzará los intercambios, que llevará el ritmo de pelea, que se creyera que alguna sorpresa podría bajar de la noche.

Pero más allá de la cara airada de guapetón de barrio y los efusivos gestos de alarde después de cada entrada en la corta distancia, el morocho no mostró más nada, mejor dicho, no pudo hacer más nada ante un Lázaro que poco a poco, round a round, fue carburando y empujando a Luis a su primer fracaso en la lid. Por momentos el pinareño aceptó el reto, asimiló la invitación a cruzar guantes en el medio del encerado hasta que se percató que de allí solo sacaría irritación y embobecimiento de los abrazos de su oponente.

Luego, lo llevó a su tierra, la riposta, le dijo que lo atacara ahora, que lo buscara por todo el ring para después cuando su guardia estuviera descubierta y su rostro fuera un manjar, él, doble campeón mundial, decidiría que su invicto había llegado a su fin y que Lázaro Álvarez seguiría mandando en los 60 kilos de la WSB.

69 kg: Decían que el venezolano Gabriel Maestre era la carta de triunfo más segura de los visitantes para este tope de ida, pero la verdad no le vi nada, solo patalear en el piso como una fiera herida cuando recibe el crudo impacto de una bala de máuser en plena boca de estómago. Quizás la potencia del gancho de zurda de Roniel Iglesias propicie ese mismo efecto, quién sabe. Si una vez que lo desenfundó en el tercer asalto contra Maestre buscando separarlo, le dobló las piernas, lo acostó en el ring e hizo que el juez principal, en agitado conteo, llegará hasta el número diez sin detenerse.

No hay dudas, el campeón olímpico después de su regreso al ruedo no ha tenido rivales, anda destrozando defensas y mandándolas a chapistería, dejándolas chatas y sin arreglo. Roniel resolvió su pleito con total desenfado, desde que cruzó las cuerdas no dejo boxear a Maestre, le pegó como y cuanto quiso, sin clemencia, haciéndolo retroceder en cada paso al frente, poniéndolo en ridículo con sus amagues y sus juegos de pies, hasta que se cansó y lo mandó a dormir con un sopapo a la barriga.

81 kg: Desde el 12 de mayo de 2012, Emilio Correa Jr. no boxeaba en una pelea oficial, ahora regresaba para enfrentar al brasileño Michel Borges de Souza. El subtitular olímpico de Beijing 2008 había sido el designado para reemplazar a Julio César La Cruz, titular de la división que no andaba en óptima forma para enfrentar estos cuartos de finales.

Después de casi dos años de ausencia, Correa reapareció. Ya no es tan ágil como antes aunque preserva su habilidad de golpear y salir con astucia, ahora presume de un cuerpazo macizo y unos músculos que intimidan, su derecha sigue siendo potente y su arma predilecta la defensa de fortín que forman esas murallas que lleva en cada antebrazo.

Con esto se encontró el pobre Borges, que además no tenía mucho para mostrarle a Correa después de tanto tiempo. El habanero, tranquilo, sin presión alguna por su retorno, se dedicó durante los cinco asaltos, a demostrarle a su rival que hay veces que la nostalgia de la lejanía se suple con la probidad del sacrificio.

+ 91 kg: En el cierre Yoandi Toirac no tuvo problemas para doblegar en toda la línea a Mohamed Sallah. El prospecto ejecutó su mejor presentación en la WSB, claro, el portento se Sallah, era solo eso, una estatua de marfil negro, que no se movía, que cuando lo hacía terminaba después balanceándose encima de Toirac y recibiendo una andanada de golpes en su rostro.

Incluso, Yoandi llegó a bailar en el encerado, cargando en la punta de sus zapatillas toda la armazón de su cuerpo, la verdad que lucio con clase, demostró repertorio y capacidad de aguante. A la postre, no tuvo mucho trabajo, su rival no lo exigió demasiado.

Mirando al horizonte:

La vuelta de este match será el próximo día 12 de abril en la ciudad de Salem, Massachusetts. Con esta barrida a domicilio los Domadores casi que pueden ir pensando en las semifinales y tomar el viaje a los Estados Unidos como un mero trámite burocrático que deben cumplir.

En esa etapa, ya espera la escuadra de Rusia que alcanzó su boleto a la ronda de las cuatro franquicias finales al desbancar a los Otams ucranianos.

 

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