Andrés Ayón: "Me tenían en el olvido, de cansado nada"

Él golpea como un martillo sobre las cabezas de los lanzadores que hacen sus rutinas diarias en el estadio Changa Mederos de la capital. Me asomo por una cerca lateral buscando a Andrés Ayón, el último de los cubanos exaltados al salón de la fama de la liga Mexicana, quien tiene una estatuilla allí, al lado de los inmortales Martín Dihigo, Adolfo Luque y Orestes Miñoso. Es el mismo que ganó cuatro veces el premio al mejor lanzador de la liga, el que lanzó un juego perfecto y dos sin hits ni carreras, aquel que logró en su vida más de 300 victorias.