El exatleta cubano Roberto Hernández, considerado uno de los mejores velocistas del mundo en los años 80 y 90, falleció este lunes en La Habana, a causa de una cardiopatía que comenzó a padecer desde el año pasado. Tenía 54 años.
La enfermedad cardiovascular le había provocado varios episodios de hospitalización hasta el total agravamiento de su estado que produjo el deceso, ocurrido luego de varios días internado en los servicios de terapia del Hospital Docente Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán, informó el periódico Jit.
“Es una pérdida tremenda, todos estamos consternados”, declaró a la fuente el presidente de la Federación Cubana de Atletismo, Alberto Juantorena, a quien precisamente Hernández arrebató el récord nacional en los 400 metros planos.
Nacido en Camagüey, en 1967, Roberto Hernández se formó como deportista en Limonar, Matanzas, a donde se trasladó desde niño.
En la localidad matancera conoció a otro astro mundial del atletismo, el saltador de altura Javier Sotomayor, de quien se hizo amigo inseparable.
“Hoy es un día muy triste para mí. Se marchó un hermano, un amigo, un compañero de equipo desde que éramos niños en Limonar. Son incontables los lindos recuerdos y experiencias que vivimos juntos y que guardaré siempre conmigo, como amigo, como colega y como el extraordinario atleta que fue”, escribió Sotomayor en su perfil de Facebook.
Dueño de un amplio palmarés sobre las pistas, Hernández ganó la plata olímpica en Barcelona 92, como parte del equipo del relevo 4×400, y de manera individual obtuvo varios títulos en universiadas mundiales, copas del orbe y en los Juegos de la Buena Voluntad de 1990.
En 51 ocasiones bajó de los 45 segundos en la vuelta al óvalo, y todavía son suyos los récords nacionales absoluto (44.14 segundos), conseguido en el mitin Expo de Sevilla, España, y el sub-20 (45.05), subraya la fuente.
