Yulimar Rojas salta con Iván Pedroso a la cima del orbe

La triplista venezolana, guiada en todo momento por las instrucciones del “Saltamontes” cubano, ganó su segunda corona mundial consecutiva en Doha.

Yulimar Rojas, discípula del entrenador cubano Iván Pedroso, ganó el triple salto en el Mundial de Doha y quedó a 13 centímetros del récord del orbe. Foto: EFE/EPA/ALI HAIDER

Venezuela nunca había ganado un título en la historia de los Mundiales de atletismo, hasta que llegó Yulimar Rojas y se quedó con la corona en Londres 2017. Ahora, dos temporadas más tarde, la triplista ha repetido la dosis en Doha, donde ha vuelto a tener el apoyo crucial de Iván Pedroso, su entrenador y guía desde hace cinco años.

Yulimar impresionó en el Khalifa International Stadium con una secuencia de saltos espectacular, dos de ellos por encima de los 15.15 metros, una auténtica barbaridad en el triple femenino.

Su tope llegó en el segundo intento, cuando clavó los pinchos en 15.37, a 13 centímetros del récord del mundo estampado por la ucraniana Inessa Kravets en Gothenburg, Suecia, hace 24 años.

“Es algo (el récord) que me quita el sueño, pero lo dejaremos para 2020”, dijo Yulimar al periodista español Juanma Bellón, a quien le ratificó sus deseos y grandes expectativas. “Quiero ser la primera mujer que pase los 16 metros, mi objetivo es que los 15 se queden en poco y en 2020 otra cosa: ¡olympic gold medal!”

Rojas también ponderó la incidencia de Pedroso en su rendimiento, luego de años de trabajo en Fuente de la Niña, la pista de Guadalajara, España, donde el “Saltamontes” cubano ha esculpido a una verdadera extraclase del triple salto femenino.

“Iván es el eje de todo esto”, apuntó Yulimar junto a la española Ana Peleteiro (sexta en la final con 14.47), otra de las discípulas del preparador cubano.

“Mi entrenador es mi alma, mi confianza, mi fuerza. Él ha sido la persona que ha estado conmigo cuando muchos ya no creían. Siempre me dijo que podía llegar a grandes cosas y que para ganarme había saltar mínimo 15.40”, precisó Yulimar a la colega Eyleen Ríos.

La venezolana también apuntó que Iván es un padre deportivo, una fuente de enseñanza y de lucha. “Está haciendo un hueco muy grande, primero como atleta y ahora como entrenador.”

Para rematar, Yulimar dedicó su indiscutible reinado a sus seguidores en la Isla. “Esta medalla es para Venezuela y también para mucha gente de Cuba que me ha estado escribiendo y diciendo que están muy pendientes de mí y de verdad deseo que todas las personas que me apoyaron y estuvieron conmigo disfruten de este triunfo.”

Aunque se preveía que la venezolana no encontrara rivales de consideración en Doha, la jamaicana Shanieka Ricketts puso algo de presión al inicio, con estirón de 14.81. No tardó mucho en caer esa marca de la cima, aunque bien vale destacar la línea de la caribeña, plata con 14.92, a un centímetro de su registro personal.

El podio lo cerró la estelar colombiana Caterine Ibarguën, quien se subió al carro medallista en la penúltima ronda con meritorio estirón de 14.73. Si bien esta marca no se acerca a la de sus mejores días, la cafetera puede sentirse satisfecha, luego de un 2019 tortuoso, con lesiones y hasta una intervención quirúrgica hace alrededor de un mes.

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