Camagüey llega a su primera final 29 años después

Los Toros de Miguel Borroto barrieron (3-0) a los Leones de Industriales en las semifinales de la pelota cubana. Los agramontinos dominaron una serie en extremo cerrada gracias a la oportunidad de sus bates y la profundidad de su staff de lanzadores.

Los Toros dieron una gran demostración y son los primeros finalistas de la 59 Serie Nacional de Béisbol. Foto: Otmaro Rodríguez.

Camagüey no está viviendo un sueño. No, para nada. Aunque muchos estén en las nubes, aunque muchos todavía no lo puedan creer, los Toros de la Llanura son los primeros finalistas de la 59 Serie Nacional de Béisbol luego de barrer (3-0) a Industriales en un cerradísimo mano a mano en semifinales.

La luz larga de “El Jerarca” Miguel Borroto en la conducción de la nave, la oportunidad de una artillería que no perdonó a la hora cero y el certero trabajo del cuerpo de pitcheo más talentoso del país, fueron las claves que dieron a los agramontinos tres éxitos de infarto sobre los Leones.

Los Toros primero silenciaron las atestadas tribunas del Latinoamericano, que no es un premio minúsculo a juzgar por las exigencias del escenario. Y para rematar, regalaron un triunfo memorable a sus parciales en el parque Cándido González, repleto en las gradas y rodeado por un mar de fanáticos sedientos de victoria.

Industriales batalló, pero no pudo en ninguno de los tres partidos contra los Toros. Foto: Otmaro Rodríguez

Cada choque fue un enigma, suspensos de largo aliento que siempre encontraron desenlace en los tercios conclusivos. En esas instancias, los agramontinos demostraron mucho tino y sangre fría para manejar las tensiones y salir airosos con batazos y outs claves.

Ya lo dijo Miguel Borroto al término del match: “Industriales pudo ganar los tres juegos”. Esa frase ilustra a la perfección qué tan cerrado resultó el duelo, en el cual los Azules quedaron siempre en la orilla y perdieron los tres choques por margen de dos carreras o menos (9-8, 7-5 y 3-2).

En el pleito del adiós, por ejemplo, la novena de Rey Vicente Anglada se mantuvo delante en la pizarra durante dos tercios, pero en el séptimo episodio vieron esfumarse su renta. El refuerzo indómito Santiago Torres, quien durante todo el año ha castigado a los Leones, volvió a ser verdugo con un jit que empató el partido y un robo de bases para la historia.

Después, el santiaguero anotó desde la intermedia con el batazo más importante de la noche, un doble de Yorbis Borroto que hizo realidad la remontada y sentenció definitivamente a los capitalinos.

La otra carta de la baraja que también influyó muchísimo en los destinos del juego fue el pitcheo de Yariel Rodríguez, quien dio pruebas definitivas del poderoso arsenal que lo llevará en este 2020 hasta el béisbol profesional japonés.

Yariel Rodríguez fue uno de los héroes en la última victoria de los agramontinos sobre Industriales. Foto: Leandro A. Pérez.Presumiendo de velocidad y fuerza, el diestro agramontino salió airoso en un estelar duelo contra el prometedor Bryan Chi. Yariel caminó seguro, con rectas de 94 millas a la altura del octavo episodio, cuando ya archivaba más de 100 lanzamientos. De rescatarlo se encargó Lázaro Blanco y Alexander Ayala, autor de un fildeo notable en la antesala que selló el partido y la serie.

“Yariel tiene una constitución física muy fuerte. Al final mantuvo su rango de velocidad estable, pero decidimos traer a Lázaro Blanco en el noveno porque no queríamos un mañana, queríamos ganar hoy”, sentenció Borroto en medio de las celebraciones.

El mentor agramontino presumió de pitcheo y no se guardó ninguna pieza, de hecho, por momentos dio la impresión de manejar a lo loco un staff plagado de brazos de calidad. Sin embargo, sus apuestas le dieron resultado y siempre encontró al hombre indicado para dejar a los Leones a las puertas de remontadas que nunca concretaron.

Para Industriales, el match fue el clásico querer y no poder. Los Azules presionaron a los Toros, mantuvieron los juegos pegados, a veces empataron, a veces tomaron ventajas mínimas, pero a la postre no lograron dar la estocada decisiva.

Su paño de lágrimas durante toda la temporada, el cerrador Andy Rodríguez, no se comportó como el enigmático tirador que había golpeado a los agramontinos y al resto de los equipos en la campaña regular. Al final, el diestro de Guanabacoa, pieza clave en la mitad de las victorias de Industriales, ahora perdió dos de los tres partidos semifinales.

La barra taurina está disfrutando en grande con los triunfos de su equipo. Foto: Otmaro Rodríguez.

Por otra parte, la ofensiva de los Leones falló en turnos importantes con corredores en circulación, aunque es válido reconocer que la defensiva camagüeyana realizó un trabajo notable por detrás de sus lanzadores, lo cual terminó por hundir a la artillería capitalina.

De esta forma, los Toros enterraron de un plumazo las nueve victorias en 12 salidas de los Azules en la campaña regular, algo similar a lo que los mismos industrialistas hicieron en su último campeonato, hace una década, cuando liquidaron a los Gallos espirituanos en la postemporada luego de perder los seis desafíos de la clasificatoria.

Los agramontinos, que no ganan un campeonato desde el éxito de Ganaderos en 1976, esperan en la final por el vencedor de la serie entre los Leñadores de Las Tunas y los Cocodrilos de Matanzas, que marcha con ventaja de 2-1 para los occidentales. Curiosamente, la última vez que Camagüey llegó a una definición de la corona fue contra los Henequeneros yumurinos, por lo que podría reeditarse el duelo decisivo de la temporada 1990-1991.

Han pasado 29 años desde aquella batalla, ganada por los matanceros en cinco partidos, con victoria final de Carlos Mesa en el Cándido González. Desde entonces, los agramontinos nunca más han disputado un título nacional, por lo que ahora, tienen ante sí una oportunidad dorada.

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