El nuevo orden del béisbol cubano

Industriales, Pinar del Río, Santiago de Cuba y Villa Clara se ganaron a golpe de victorias el título de los “cuatro grandes” de la pelota cubana, pero han perdido mucho terreno en los últimos años y no está claro si lo lograrán recuperar en algún momento.

Béisbol Ricardo López Hevia

Los Clásicos entre Industriales y Santiago de Cuba siguen siendo muy atractivos, independientemente del nivel que tengan los equipos. Foto: Ricardo López Hevia.

Todavía hay quien dice que el título de los “cuatro grandes” de la pelota cubana es meramente simbólico, o que los duelos entre novenas de La Habana, Pinar del Río, Villa Clara y Santiago de Cuba no merecen estar en la dimensión de clásicos, a pesar de la ferviente rivalidad de sus fanáticos y el palmarés exquisito de estos territorios, que poseen más de la mitad de las coronas disputadas en 60 ediciones de la Serie Nacional.

Por décadas, los enfrentamientos entre estas escuadras han reventado las taquillas del Latino, el San Luis, el Sandino o el Guillermón, santuarios por los que han desfilado decenas de estrellas e inmortales del pasatiempo nacional, y donde se han vivido varios de los choques más espectaculares en la historia de las lides beisboleras en Cuba.

Sin embargo, parece que algo ha cambiado.

Béisbol Ricardo López Hevia
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Durante los últimos tiempos, los resultados de Industriales, Santiago, Pinar y Villa Clara han caído de manera notable, al punto que ninguno de estos equipos ha ganado una Serie Nacional desde la edición 54 (2015) hasta la actualidad. Este período de siete años de sequía es, por mucho, el más largo de la historia sin títulos para los “cuatro grandes”.

Si rebobinamos el casete, podremos apreciar más claramente el fenómeno. Por ejemplo, en los años 60 del siglo pasado, cuando iniciaron los clásicos domésticos, Industriales y Azucareros conquistaron cinco de los ocho títulos disputados, y en los 70 repitieron con cinco coronas de diez posibles, ya con los Vegueros reinando en una oportunidad.

Desde 1980 hasta el 2010, el dominio de los “cuatro grandes” fue todavía más abrumador, con 26 cetros de 31 posibles, incluyendo una racha de diez títulos seguidos entre la Serie 31 y la 41. En ese lapso de 30 años, resalta el paso arrollador de Vegueros con sus cinco campeonatos en la década del 80, las cinco finales seguidas y las tres coronas —también consecutivas— que logró Villa Clara en los 90, o los diez pergaminos que conquistaron Santiago (seis) e Industriales (cuatro) de 1999 al 2010.

En sentido general, durante un período de 40 años (1970-2010), solo seis equipos fuera de los “cuatro grandes” lograron llegar a la cima de la Serie Nacional: Habana (1974 y 2009), Ganaderos (1976) Citricultores (1977 y 1984), Sancti Spíritus (1979), Henequeneros (1970, 1990 y 1991) y Holguín (2002).

Pero hay más evidencias. Vamos a enfocarnos ahora en la participación en play off, esos duelos electrizantes que comenzaron a disputarse en la 25 Serie Nacional, la del jonrón famoso de Agustín Marquetti en el Latino. Desde aquel 1986 y durante las primeras 23 campañas con series de postemporada, Industriales, Pinar del Río, Villa Clara y Santiago de Cuba coincidieron 15 veces en instancias decisivas.

Béisbol Ricardo López Hevia
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No obstante, tras la Serie 47, los “cuatro grandes” nunca más se han reunido en un mismo play off. Durante ese prolongado espacio de 13 campeonatos, por ejemplo, Santiago solo ha llegado a postemporada en tres ocasiones y no ha disputado más ninguna final desde su título en el 2008. Su sequía, el próximo 21 abril, cumplirá 12 años.

Industriales tampoco ha corrido con demasiada suerte, aunque han clasificado a instancias decisivas en siete ocasiones desde el 2008 hasta la fecha, con un título en la Serie 49, hace 4389 días. Los “Leones” han sido un poco más constantes, pero han perdido la magia en postemporada, al punto que suman seis derrotas seguidas en series de play off, por mucho su peor racha.

En cuanto a Villa Clara y Pinar del Río, han avanzado más lejos. Los “naranjas” han disputado cuatro finales con un título —recuerden el gran jonrón de Ariel Pestano en el 2013 frente a los ojos de un resignado Víctor Mesa— desde la Serie 48, y en ese mismo espacio los “vueltabajeros” han llegado tres veces a la discusión de la corona y han ganado dos veces, siempre de la mano de Alfonso Urquiola.

La última corona ganada por alguno de los “cuatro grandes” fue justamente la de los Vegueros en el 2014, la cual les dio acceso a la Serie del Caribe de San Juan, Puerto Rico, donde también subieron a lo más alto del podio. Después de ese cetro, los campeonatos en Cuba se los han repartido Granma (tres veces), Ciego de Ávila (dos), Las Tunas (uno) y Matanzas (uno), las cuatro provincias de más estable rendimiento en la pasada década.

Hace unos años, y ante el dominio implacable de los “cuatro grandes”, era imposible imaginar que el mapa cambiaría de forma tan radical. Pero paulatinamente se ha consumado el descenso de las potencias y la progresión de otras provincias, todo esto en medio de un escenario precario por el retiro de figuras legendarias, el creciente éxodo de las nuevas generaciones y el vacío que este ha creado desde la base hasta la primera categoría.

Béisbol Ricardo López Hevia
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Todos estos factores han igualado notablemente la Serie Nacional y cada vez es más factible vulnerar el poderío de los “cuatro grandes”, que han perdido, en gran medida, el toque y la magia. Si bien sus duelos todavía atrapan la atención del fanático, Industriales, Santiago, Pinar y Villa Clara no han mostrado las herramientas necesarias para lograr un rendimiento estable. Por ahora, solo han tenido rachas de buen juego que alternan con baches significativos, lo cual les ha impedido competir con novenas que han probado las mieles del éxito y han aprendido a ser más resolutivos y manejar la presión en los partidos decisivos, justamente lo que mejor hacían en sus tiempos de gloria Leones, Avispas, Vegueros y Azucareros.

En el contexto actual, hay más equipos compitiendo con posibilidades reales de avanzar a la postemporada y luchar por el campeonato, proceso que se ha dado de una forma poco convencional, porque ha aumentado la paridad, pero ha decrecido el nivel cualitativo de la liga hasta límites insospechados.

No hay manera de saber si se logrará reestablecer el orden, si cambiará la tendencia de los últimos años, si los “cuatro grandes” retomarán su paso arrollador y volverán a dominar el concierto doméstico por encima de las potencias que han surgido.

De momento, aunque han dado síntomas leves de recuperación y se mantienen peleando por regresar todos a la postemporada por primera vez en 14 años, ni Industriales, ni Santiago, ni Pinar, ni Villa Clara son considerados favoritos al título. No obstante, poner las manos en fuego puede ser arriesgado, porque en esta vida hay pocas cosas más impredecibles que un juego de pelota.

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