Evaluando al prospecto: brillo cubano en las granjas de MLB

Más de 25 peloteros cubanos han sido incluidos en los rankings de los 30 mejores prospectos de sus respectivas organizaciones. En OnCuba repasamos detalles de los talentos antillanos más relevantes en el sistema del béisbol profesional de Estados Unidos.

Sumar a Andy Pagés, uno de los peloteros cubanos ubicado en el ranking de los 100 mejores talentos de MLB, añadiría mucho poder al equipo cubano del Clásico. Foto: Andrew Woolley/Four Seam.

Hace un par de semanas fue actualizado el ranking de MLB Pipeline que evalúa a los prospectos de las distintas organizaciones de Grandes Ligas, quienes se desempeñan en los equipos afiliados pertenecientes a las Ligas Menores. Como es costumbre, se generó un nuevo Top-100 general, se seleccionaron a los mejores 30 talentos de cada franquicia y a los 50 prospectos internacionales más valorados, en cada caso con presencia cubana en las listas.

Un total de 25 peloteros nacidos en la Isla se ubicaron entre los 30 mejores de sus respectivas organizaciones, con protagonismo marcado para Andy Pagés (puesto 64 del Top-100) y Miguel Antonio Vargas (87), los dos prospectos antillanos más apreciados en el sistema profesional de Estados Unidos. Ambos pertenecen a Los Angeles Dodgers (Pagés en Doble-A y Vargas en Triple-A) y por sus resultados en la actual temporada van dando tarea de pensamiento a la gerencia y pidiendo tiempo de juego.

Pero hay otros talentos que han captado la atención en sus equipos por sus variadas herramientas, de hecho, tenemos a 11 jugadores incluidos en el Top-10 de sus respectivas franquicias, siete de ellos seleccionados entre los cinco mejores. Tales son los casos de Oscar Luis Colás (número dos de su organización), Yoelqui Céspedes (4) y Norge Carlos Vera (5) con los White Sox, Pedro León (3) con los Astros, Cristian Vaquero (5) con los Nationals, y los mencionados Pagés (4) y Vargas (5) con los Dodgers.

Cierran este listado de prospectos ilustres Jairo Pomares (sexto en el ranking de San Francisco), Edgar Quero (octavo en los Angels), Bryan Ramos (octavo en los White Sox) y Roberto Campos (noveno en Detroit).

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Como podemos apreciar, la franquicia del sur de Chicago está plagada de talento cubano con cinco jugadores entre los 30 mejores, aunque en sentido general tienen más de una decena de promesas antillanas en su sistema. Le siguen de lejos, Seattle, Marlins, Orioles, Dodgers y Rockies, todos con dos peloteros de la Isla en sus respectivos Top-30, mientras otras diez organizaciones están representadas con un solo prospecto cubano en las listas actualizadas.

Por otra parte, no podemos olvidar a los seis jugadores que forman parte del Top-50 del mercado internacional, entre ellos Kenni Gómez (Houston Astros), quien no está incluso entre los mejores rankeados en sus organización y ya ha mostrado herramientas que le dan valor a su ficha.

A continuación, les proponemos analizar a los mejores talentos cubanos en cada categoría del sistema MLB.

La Clase de entrada y sus cinco representantes cubanos

Un total de cinco jugadores cubanos se encuentran en la categoría más baja (Clase A) con equipos afiliados, pero ello no quiere decir que no sean valorados. Por ejemplo, el cienfueguero Edgar Joel Quero es el octavo prospecto de los Angelinos, que lo tiene fichado como el mejor receptor de las fincas, y lo mismo aplica para Roberto Campos, quien se ha consolidado en el Top-10 de los Tigers luego de obtener en el 2019 el mayor bono de firma internacional (2.85 millones) jamás dado por la franquicia de Detroit.

Quero (19 años) batea a ambos lados del cajón y posee una notable habilidad para hacer contacto y discriminar pitcheos, lo cual le permite llegar con frecuencia a la inicial de forma gratuita. Aunque su perfil está más orientado al contacto, la fuerza al bate se ha visto desde su debut, por lo que puede evolucionar satisfactoriamente en este sentido. Por las valoraciones que ha recibido, y si todo se concreta, su camino rumbo a las Mayores está marcado, solo falta recorrerlo.

El otro jugador de la clase en el Top-10 de una organización es Roberto Campos. No podría ser diferente para quien fue un objetivo prioritario de Detroit en el período de firmas internacionales del 2019, cuando lo firmaron con un bono millonario. Ese detalle pudo generar dudas al principio, pero el cubano demostró su valía desde primer turno al bate como profesional, saldado con un jonrón en el complejo de la Liga de Florida.

El patrullero de 18 años es un jugador fuerte (6´2 de estatura y 200 libras de peso), con un swing bien fluido y poder hacia su mano, pero se le ven condiciones para pegar igualmente al campo contrario. Su swing, que nace desde atrás de su cabeza, se alarga mucho y trae consigo que en ocasiones llegue tarde a los picheos de velocidad, aunque acumula un buen momento de fuerza en el proceso.

Campos salió de Cuba con 13 años y desde entonces ha pasado la mayor parte del tiempo preparándose en República Dominicana bajo la guía del otrora grandesligas Alex Sánchez, aunque a partir del 2021 ha tenido la oportunidad de probarse en Estados Unidos, donde ha pegado 11 jonrones en poco más de 300 turnos oficiales.

Junto a Quero y Campos, también resaltan en Clase A el portentoso lanzador matancero Sandy Gastón (prospecto 13 de los Rays), el torpedero Alexander Vargas (16 en los Yankees) y Yanquiel Fernández (16 en los Rockies), a quienes iremos descubriendo progresivamente.

Clase A  Avanzada, un paso más arriba en la escalera

Subiendo de nivel en el sistema de Ligas Menores, encontraremos jugadores más familiares para el fanático cubano, pues algunos de ellos llegaron a debutar en Series Nacionales. Tales son los casos del santiaguero Oscar Luis Colás (segundo prospecto en la organización de los White Sox), el villaclareño Yosver Zulueta (19 en Toronto) y el capitalino Víctor Labrada (25 en Seattle), quienes se desempeñan en Clase A Avanzada junto a Jairo Pomares (sexto en San Francisco), Bryan Ramos (octavo de los White Sox) y Víctor Mesa Jr. (14 en los Marlins).

De este grupo, profundizamos en Colás, a quien se le comparó con Yoennis Céspedes luego de tres temporadas en Cuba e igual número en las Menores de la NPB (béisbol profesional japonés). Ya firmado con Chicago, el indómito ha dado señales de tener un poder similar al patrullero granmense, aunque con tasas de contactos superiores.

Reconocido en múltiples círculos como el “Ohtani Cubano” por sus habilidades como lanzador y bateador, Colás parece haber dejado atrás sus intenciones de ser un jugador de dos vías y ahora está dedicando toda su energía a desarrollarse como jardinero y toletero. Se estima que, de mantener su progresión, deba lograr sostenidamente 30 cuadrangulares por temporada cuanto aterrice en las Mayores.

También genera muchas expectativas, Jairo Pomares, uno de esos jugadores que parecen haber alcanzado madurez con cara de niño. En sus dos primeras temporadas como profesional tuvo promedios de .324 y .334, y el pasado curso pegó 20 jonrones y 48 extrabases en 77 juegos entre Clase A y A Avanzada.

Es un bateador zurdo que, además del promedio ofensivo por encima de la media, la velocidad del swing produce muchos más contactos fuertes y a velocidades de salida que no son totalmente esperados con la edad (21 años).

¿Trabajo por delante? ¡Mucho! Aún tiene que mejorar la disciplina en el plato (33.1% de ponches en lo que va de temporada) y reencontrar el ritmo que lo ha llevado a promediar por encima de .300 en las dos temporadas anteriores, pero es una de las apuestas más seguras a futuro y eso los Gigantes lo tienen bien claro.

Y qué decir de Bryan Ramos, la joya de 20 años de edad maneja como un consagrado todas las herramientas de bateo. Su proyección en el rectángulo ofensivo, la capacidad para producir barrels (batazos con la velocidad y ángulo de salida que maximizan sus chances de ser jit), el control preciso de la zona de strike y la producción hacia todas las zonas del campo son tareas vencidas.

En la madurez física es probable que pierda velocidad, por lo que su posición defensiva podría terminar en alguna de las esquinas de los jardines, pero eso no debe condicionar su futuro. Tiempo al tiempo, ¡llegará!

Doble-A, paraíso de prospectos

Para muchos especialistas, Doble-A es la categoría más exigente dentro de la escalera de las granjas, pues en ella se concentran la mayoría de los prospectos de calidad y no abundan jugadores descartados de MLB ni otros que hacen carrera en las Ligas Menores con muy pocas opciones de llegar al Big Show.

Cuba cuenta con cuatro peloteros de alto calibre en este nivel, liderados por Andy Pagés (cuarto prospecto de los Dodgers y el mejor ubicado de la Isla en el Top-100), a quien le siguen Yoelqui Céspedes (cuarto de los White Sox), César Prieto (12 en los Orioles) y Malcom Núñez (13 en los Cardenales).

De estos nombres, a Malcom le está costando bastante la adaptación en la presente temporada (promedio de .188, OPS de .691 con cinco jonrones), aunque en diez partidos menos que el pasado año ya ha superado su total de empujadas (22 por 19), extrabases (12 por 11) y de boletos (32 por 21) en Doble-A. Esta campaña, a pesar de que ha experimentado un ligero descenso de su OPS y su slugging (de .371 a .348), ha logrado mejorar su promedio de embasado (de .330 a .343) tras aumentar radicalmente su tasa de boletos.

Por su parte, César Prieto fue promovido hace poco tiempo a Doble-A y está en el inicio del proceso. Hasta el momento solo ha participado en diez partidos (promedio de .295), pero lo logrado en Clase A Avanzada (OPS de 1.000 con siete jonrones, 13 extrabases y 20 empujadas en solo 25 choques) nos invita al optimismo con el infielder cienfueguero, quien se ve con una complexión física mucho más sólida.

En cuanto a Pagés (slugging de .436 con seis jonrones, 20 extrabases y 29 empujadas en 47 partidos) y Céspedes (.503/9/20/24 en 39 choques), parecen dueños de la situación. Ellos están incluidos en el Top-5 de sus respectivas organizaciones y existen argumentos de sobra para dicha ubicación.

Pagés resalta por su fuerza al bate, esa es su carta de presentación a todo color. Pero si solo se distinguiera por eso no estaría clasificado como el prospecto número 64 de todas las Mayores. El patrullero de 21 años destaca por su capacidad por encima de la media para reconocer los picheos y adaptar su mecánica ofensiva.

Según MLB Pipeline, se estima que podría alcanzar sin dificultades los 30 jonrones por temporada de continuar su evolución proyectada, lo que, aparejado a una velocidad promedio y un brazo prodigioso, le presagian un puesto en una de las esquinas en cualquier equipo de Grandes Ligas.

El menor de los hermanos Céspedes, por su parte, ha sumado más de 20 libras de peso para ponerle más fuerza a las conexiones y eso poco a poco sale a relucir. Su poder desde el lado derecho del cajón es envidiable, aunque debe trabajar aún mucho en sus swines fallados. Se ponchó el 27.8 % de los turnos en el 2021 mientras solo recibía base en un 5.3 %.

En el 2022 las cosas no han mejorado en este sentido, pues ha sido retirado por la vía de los strikes el 27.2 % de sus comparecencias y solo ha recibido tres boletos en 173 viajes al plato. Este último detalles, en gran medida, ha provocado que su promedio de embasado sea relativamente bajo (.295). Dichos elementos son una clara muestra de que le resta mucho trabajo por delante, pero nadie dude de que este árbol dará frutos.

Triple-A, antesala a la tierra prometida

Aunque muchos de los peloteros que juegan en Triple-A conservan muy pocas papeletas para escalar a las Grandes Ligas, en este nivel también confluyen varios talentos con habilidades y herramientas que pueden abrirle las puertas del Big Show en algún punto de sus carreras.

Tales son los casos de dos cubanos que militan en franquicias de la costa Oeste. Hablamos de Miguel Vargas (quinto prospecto de los Dodgers) y Pedro León (tercero en los Astros), quienes van mostrando la adaptación esperada en la categoría.

Vargas ha ido ascendiendo por los distintos niveles con un rendimiento muy estable. Esta temporada, su primera en Triple-A, tiene OPS de .873, con 21 extrabases, 34 remolques y 46 anotadas (líder de la categoría) en 52 partidos.

“El mejor bateador del sistema de Ligas Menores de los Dodgers”. Así es catalogado “Miguelito” por MLB Pipeline, que reconoce también su habilidad para conectar por todas las bandas y su calma en el plato para esperar los pitcheos correctos o tomar las bases por bolas. Además, destacan una capacidad “in crescendo” para pegar con fuerza, devolver lanzamientos de recta rápida y hacer contactos de calidad con bolas rompientes.

La otra joya cubana en Triple-A es Pedro León, quien sigue sumando para subirse al cielo de los Astros, la única franquicia con más de 20 cubanos en su sistema actualmente. El patrullero promedia .222, pero ese indicador no dice todo lo que debe saberse sobre su desempeño.

León tiene OPS de .821, ocho jonrones, 32 empujadas y 33 anotadas, números que reflejan su participación en la producción del conjunto. Con corredores en posición anotadora, su average OPS se eleva a un 1.025, con seis dobles, un triple y cuatro cuadrangulares, mostrándose oportuno en la mayoría de las ocasiones.

Dueño del mejor bono de firma de la clase 2020-2021 (cuatro millones de dólares), León se convirtió en un aliciente para los Astros luego de la perdida de sus primeras dos selecciones del draft amateur del 2020 y 2021 por la sanción relacionada al robo de señas. De acuerdo a varios reportes, el cubano tiene las mejores herramientas del sistema de granjas de Houston, destacando su paciencia en el plato y una habilidad inusual para su experiencia a la hora de hacer ajustes en el plato.

¿Defectos? ¡Seguro! Tiene que mejorar los contactos, usar la banda contraria y resolver su deficiencia para batear en la parte alta de la zona de strike, pero su evolución demuestra que dentro de sus herramientas también está la de superarse a sí mismo.

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Otros cubanos en Triple-A que se ubican entre los mejores prospectos de sus organizaciones son Yolbert Sánchez (puesto 15 de los White Sox) y Yusniel Díaz (26 de los Orioles), dos jugadores con historias diferentes pero que ahora se encuentran en el mismo nivel de juego y con un camino a recorrer que puede ser parecido.

El de los Orioles proviene de la organización de los Dodgers, en la que estuvo muy bien valorizado. Tal es así que fue una de las piezas usadas para llevar a Manny Machado a Hollywood en el 2018 y fue recibido con los brazos abiertos en Baltimore, pero una vez allí no todo le ha salido color de rosas.

En este 2022, por ejemplo, arrancó con excelente paso (.327 con tres jonrones, nueve remolques y 11 anotadas en 49 turnos), pero ya se ha dado dos giras por la lista de lesionados en lo que va de temporada y aún está por allí esperando su regreso.

Yolbert, por su parte, tuvo un arranque explosivo en Doble-A (promedio de embasado de .507 en 51 turnos oficiales) y se ganó el ascenso. En 32 encuentros de Triple-A su línea ofensiva es de .298/.365/.371 y ha estado implicado en la producción de 23 carreras de su equipo (Charlotte Knights). Ya el pasado año había puesto sobre la mesa sus pretensiones, pues promedió.308 con nueve jonrones, y luego se mostró inmenso en la Liga Otoñal de Arizona.

En la categoría Triple-A juegan otros cuatro de los prospectos cubanos mejor valorados por sus organizaciones, quienes están entre los candidatos a jugar en las Grandes Ligas durante la actual temporada.

Clase “Rookie”, novatos que empiezan a caminar

En las categorías más bajas, por donde naturalmente se inicia el largo recorrido rumbo a las Mayores, también están ubicados varios peloteros cubanos con muchísimo potencial. Por ejemplo, en el Top-50 de prospectos internacionales están Christian Vaquero (quinto prospecto de Washington), Norge Carlos Vera (quinto de los White Sox), Lázaro Montes (13 en Seatlle), Yiddi Cappe (13 de los Marlins) y Yendrys Rojas (22 en San Diego).

Vaquero fue acreedor del bono de firma más alto del 2022 (firmó en enero pasado por 4.9 millones) e inmediatamente se ubicó entre los principales prospectos de la organización de la capital de los Estados Unidas, sin haber visto siquiera un lanzamiento profesionalmente.

El joven de solo 18 años es un jugador de cinco herramientas, como pocos. Durante su estancia en República Dominicana, preparándose para su salto a las Menores, aprendió a batear a la derecha, lo que le da una mejor perspectiva de la zona. Velocidad, fuerza que deberá crecer con el físico, contacto por encima de la media, brazo poderoso desde los jardines y excelencia defensiva en el centro de las praderas son los atributos que lo llevarán a ser la cara de las Menores de los Nats por algún tiempo.

Norge Carlos Vera es el segundo de los que están aún en la Clase Rookie, pero sí vio acción en el 2021, cuando retiró 19 entradas sin permitir anotaciones, con 34 ponches. Fue el principal prospecto de pitcheo en el periodo de firma internacional 2020-2021, tras lograr un bono de 1.5 millones con las Medias Blancas.

¿Por qué es el prospecto número cinco de la organización del sur de Chicago? Imaginen a un joven de 22 años lanzando sostenidamente entre 95 y 98 millas, incluso tocando las 100. A eso súmele una curva por encima del brazo sobre las 70 millas y la capacidad para desarrollar el cambio de velocidad, y tendrá una mezcla explosiva y ganadora desde el box.

Sus problemas para encontrar la zona parecen ir en mejora (WHIP de 0.74 en el 2021), aunque le resta mucho por recorrer en aras de cumplir las proyecciones que lo ubican como un abridor de la parte intermedia de la rotación.

En este gran grupo de más de 20 peloteros nacidos en Cuba  se reúne parte de los principales prospectos que se desarrollan en el sistema de granjas de MLB. La mayoría de ellos deben formar parte de la tercera gran oleada de jugadores de la Isla que nutrirán los equipos de las Mayores a mediano y largo plazo.

Como vemos, esta hornada de talento criollo está compuesta por muchachos que, salvo excepciones puntuales (Céspedes, Prieto, Vargas, Colás, Vera, León, Zulueta), no tuvieron acción significativa en Series Nacionales y, por ende, casi no se recuerda su paso por el béisbol cubano. De sus historias, de su rendimiento y desarrollo estaremos escribiendo próximamente.

 

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