Final Serie 59: Embrujo en el Palacio de los Cocodrilos

Matanzas logró su segunda victoria de la final contra Camagüey gracias a una gran labor monticular combinada de Yoenni Yera y Jonder Martínez.

Yoenni Yera fue un enigma para la tanda agramontina. Foto: Gabriel García.

Yoenni Yera y Jonder Martínez hechizaron a la ofensiva de los Toros de Camagüey, cuya defensa, para colmo, naufragó en una especie de maldición con el guante, y los Cocodrilos de Matanzas tomaron la delantera (2-1) en la final de la 59 Serie Nacional de Béisbol.

Todo le salió a pedir de boca a los yumurinos, quienes supieron aprovechar los rugidos del Victoria de Girón, estadio que pocos equipos han logrado vulnerar durante la temporada. El Palacio de los Cocodrilos fue nuevamente un bastión para la novena de Armando Ferrer, ubicada ahora a dos triunfos de cantar el alirón.

OnCuba repasa los detalles más importantes del tercer duelo de la gran final beisbolera de la Isla.

Lo mejor

Jonder Martínez, ya sin tanta velocidad pero con las mismas herramientas que lo llevaron a convertirse en uno de los mejores lanzadores de Cuba, liquidó tres entradas de relevo y aseguró la segunda victoria de los Cocodrilos en la final.

El derecho no protagonizó un show ni nada por el estilo, pero su trabajo efectivo, sin florituras, da un tremendo respiro al pitcheo matancero, que ahora tiene al intransitable zurdo Yamichel Pérez listo para abrir el cuarto encuentro de la discusión del título.

El puente de mando de los Cocodrilos no dudó en entregarle la bola al experimentado serpentinero, quien respondió a la altura del momento y dejó al staff yumurino en muchas mejores condiciones para afrontar el próximo duelo.

Si Jonder no hubiera cumplido, probablemente Armando Ferrer y compañía se habrían encomendado en Yamichel para asegurar el éxito, quedándose sin un abridor claro de cara al siguiente desafío.

Lo peor

En el mismo primer inning Ariel Martínez, el mejor bateador de la postemporada, se lesionó al deslizarse en busca de un elevado de foul. Tras el partido, el cuerpo médico de Matanzas confirmó que el máscara tiene un esguince en el ligamento colateral interno de la rodilla derecha, una lesión más común entre los futbolistas y muy peligrosa.

De acuerdo con el reporte de los galenos, Martínez tiene una inflamación aguda y habrá que esperar por su evolución, pero, a juzgar por el tipo de lesión, lo más probable es que no volvamos a verlo en los diamantes durante esta final.

El esguince deja en duda, además, la participación del receptor yumurino en el venidero Preolímpico de las Américas, así como su incorporación al circuito japonés con los Dragones de Chunichi.

Los agramontinos no aprovecharon la cantidad de hombres que acumularon en circulación. Foto: Gabriel García.

Esta mala noticia dejó en un segundo plano otras acciones negativas del pleito, como la pobre oportunidad ofensiva de Camagüey. Los agramontinos embasaron cuatro veces al primer corredor de la entrada, pero no pudieron aprovechar ni eso ni el descontrol de Yera.

Por otra parte, es también cuestionable la decisión de la dirección camagüeyana de mandar a la lomita, con diferencia de tres carreras, a dos serpentineros que, independientemente de su talento, vienen de largos procesos de rehabilitación por lesiones importantes en sus brazos de lanzar.

José Ramón Rodríguez y Carlos Pérez no tenían el rodaje competitivo que demanda una final nacional y eso pesó a la postre, pues Matanzas anotó par de carreras en ese inning y abrió el choque.

El mentor Miguel Borroto justificó su decisión al terminar el duelo y dijo que no vio del todo claro las opciones de victoria, y por ello ni prolongó la faena de Frank Madan ni apostó por Frank Luis Medina, los relevistas más recurrentes del equipo desde que empezó la postemporada.

La clave

Los Cocodrilos llevaban 13 capítulos consecutivos sin anotar carreras en la final. Desde el jonrón con bases llenas de Javier Camero en el primer desafío, la ofensiva yumurina se había sumido en pozo y se le acumulaban las dudas, pero apareció Eduardo Blanco para despejar los fantasmas.

El patrullero central del plantel matancero terminó con la mala racha al largar un importante doble de dos carreras que abrió el marcador en el tercer episodio. Ese batazo marcó el punto de quiebre de un partido que solo se abrió en las postrimerías.

Yera encontró siempre la forma de sacar los outs importantes sin recibir daños. Foto: Gabriel García.

El héroe

Nuestro voto se lo entregamos a Yoenni Yera, quien dilapidó seis entradas sin anotaciones en su cuenta. El zurdo afrontó dificultades con el control y regaló seis boletos, pero tan solo le pegaron dos jits y no dejó que ningún corredor le llegara a tercera base.

Yera encontró las vías para salir de los malos momentos, apoyado sobre todo en su capacidad para ponchar. En total, dejó a siete camagüeyanos con la carabina al hombro, virtud que le permitió colgar cero tras cero.

Vital en el trabajo del zurdo fue la confianza del alto mando yumurino, que dejó caminar a su as y no se precipitó a la hora de echarle mano al bullpen.

El villano

Aunque se anotó la derrota, nadie debería apuntar los cañones contra Yariel Rodríguez y señalarlo como el villano de la tarde en el Victoria de Girón.

El derecho agramontino pidió la bola luego de atravesar por un incómodo proceso febril, sostuvo su velocidad sobre las 92 millas y fue dominante durante dos tercios, pero afrontó dificultades ante la tanda baja yumurina y no tuvo respaldo al campo.

Justamente, su defensa bien podría cargar con el cartel de villano, sobre todo Alexander Ayala y Yorbis Borroto, quienes fallaron tres veces con el guante y esas marfiladas costaron par de carreras que alejaron demasiado a los Toros. Con cuatro anotaciones abajo, los agramontinos se vieron obligados a jugar al batazo y no tuvieron ni gota de suerte.

Las reacciones

Armando Ferrer: Ha podido verse la calidad de Yera, quien no caminó más por los boletos. También recibió el apoyo de la ofensiva, que no fue abundante, pero sí productiva. Supimos combinar nuestros jits con los errores de Camagüey y salió la victoria.

No me gusta comparar épocas. El tiempo de Henequeneros hace 30 años y el de este equipo son totalmente diferentes. Quizás el punto en común entre los dos conjuntos es la agresividad y la combatividad, siempre estamos luchando en el banco, los peloteros se apoyan, los suplentes, los titulares, todos están implicados y enfocados en lograr el objetivo

Yoenni Yera: Hemos logrado una victoria crucial para el equipo y la afición matancera. Me preparé bien, vine a practicar después del viaje y salió el trabajo. Es cierto que regalé varios boletos, pero no me preocupé por eso, me enfoqué en lograr los outs importantes, nada me podía sacar del paso.

Jonder Martínez: Por mi longevidad lo que puedo tirar son dos o tres innings, pero estoy mentalizado en cumplir con esta función. Aspiro a ser campeón con Matanzas, este sería el mayor regalo en mi penúltimo año. Camagüey tiene bateadores peligrosos y muy ajustados en la postemporada, por eso intenté colocar los lanzamientos donde quería para hacerles daño y dominarlos.

Yasiel Santoya: Llevamos unos cuantos años llegando a los play off y dando muy buenos partidos, pero creo que ahora estamos más unidos, muy contentos jugando beisbol y podemos conseguir el título.

Por mi parte, hoy tuve más paciencia en el home, no me enfoqué solamente en conectar. Es cierto que pegué un jit de dos carreras al final, pero antes cogí dos boletos y pude anotar.

Miguel Borroto: Ha sido un partido reñido. Yera estuvo en una tarde inmensa, no le pudimos combinar para anotarle. El lanzador nuestro estaba para dos carreras, así podíamos luchar la victoria, pero no salieron las cosas. Cometimos cuatro errores y así no se puede aspirar al triunfo en un juego cerrado.

Yariel Rodríguez: Estaba con fiebre, pero sabía que el partido era importante para nosotros y pedí la bola. Me cuidé de todos los bateadores, en una tanda como esa no te puedes descuidar en ningún momento, porque un simple boleto te mete en complicaciones.

Tengo que agradecer a la dirección porque tuvo la confianza en mí, lamentablemente no pudimos sacar el partido. Tampoco hay que volverse loco, un día le toca ganar a uno, otro día a otro. Esto no se ha acabado, creo que estamos empezando todavía.

Lo que viene

El cuarto partido será de vida o muerte para los Toros. Una derrota los colocaría al borde del abismo y sin garantías de regresar a sus predios para el final del match, el peor de los escenarios posibles

En cambio, si salen airosos, no solo asegurarían la definición en el Cándido González, sino que también se quitarían de encima a Yamichel Pérez y quedarían con mucha ventaja en lo que a pitcheo se refiere para enfrentar el resto de la serie.

Los agramontinos dependerán en la lomita de Frank Luis Medina, quien realizará su primera apertura de la postemporada. Las opciones de los Toros dependerán en gran medida del rendimiento del pinareño, pues si este sale mal tienen menos profundidad en el bullpen.

Los Cocodrilos, por su parte, asumen este cuarto examen con menos presión y confiados, porque contarán con los envíos de Yamichel Pérez, quien no ha perdido ningún choque en los últimos tres meses.

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