Miguel Borroto: lucidez para el béisbol cubano

Tras 12 años como entrenador fuera de Cuba, Miguel Borroto está de vuelta en los diamantes de su Isla. “Uno (…) quiere estar cerca de su Patria, maniobrar dentro de su béisbol y ayudar a darle el empujón final a los nuevos y a quien lo necesite”, asegura el mentor camagüeyano.

El mentor camagüeyano Miguel Borroto. Foto: Adelante / Twitter.

El mentor camagüeyano Miguel Borroto. Foto: Adelante / Twitter.

Miguel Borroto no va por las ramas. Sin hacer demasiado ruido, algo que lo ha caracterizado desde que comenzó a dirigir en Series Nacionales hace casi 40 años, el mentor camagüeyano dispara sus lanzas directo al pecho, con un discurso ecuánime, equilibrado y punzante.

El Jerarca, como muchos le conocen, está de vuelta al frente de los Toros de Camagüey en el principal torneo cubano, en el que dirigió desde inicios de la década del 80. Cuatro podios y más de 600 victorias avalan su retorno.

Pero al margen de números y resultados, lo que más impresiona de Borroto son sus ideas claras, la lucidez con afronta las múltiples problemáticas del béisbol cubano en la actualidad.

Poco después de arrancar su nueva etapa al frente de los Toros, Borroto accedió a conversar con OnCuba y nos dejó muchas ideas para reflexionar.

¿Por qué regresó?

Llevaba 12 años fuera del país y uno va entrando en una edad que quiere estar cerca de su Patria, maniobrar dentro de su béisbol y ayudar a darle el empujón final a los nuevos y a quien lo necesite. Por eso, cuando me llamaron, no podía decir que no.

¿Qué tanto le ha impactado la realidad del béisbol cubano y de la Serie Nacional?

Cuba siempre ha sido una fábrica de hacer peloteros, con una gran cantera de jóvenes talentosos. Ahora me he encontrado con varias promesas, chicos que necesitan trabajar duro y tiempo para desarrollarse. Al menos, esa realidad no ha cambiado después de 12 años fuera.

Por otra parte, creo que el béisbol cubano en la actualidad es más equilibrado, cualquier provincia puede ganar, y también le falta un poco de profundidad táctica, sobre todo en cuanto al manejo de los lanzadores del bullpen, la especialización.

¿Hasta qué punto nos puede estar golpeando esa falta de profundidad?

Creo que es solo uno de muchos factores que nos afectan, pero este tiene un gran peso en el juego. Yo estuve 12 años en México, un béisbol muy organizado, competitivo y con notables avances desde el punto de vista táctico. Quizás nosotros tengamos una mejor cantera –de la que ellos también se nutren–, pero nos hemos quedado atrás en la estrategia, en la proyección según cada escenario del partido.

Por eso, cuando le toca dirigir el equipo Cuba a un manager, sea cual sea, tiene problemas. Si no hay un plan de abridores, relevos largos, situacionales y cerradores en la Serie, tampoco lo habrá en la selección nacional.

Esos problemas no se resuelven en torneos internacionales. No podemos entregarle la papa caliente a un mentor para que busque soluciones a base de magia, eso no existe. Ni siquiera podemos apostar a solucionar las cosas en los entrenamientos del equipo Cuba, mucho menos esas preparaciones largas de cuatro meses que son agotadoras desde el punto de vista mental para los jóvenes.

En realidad, esas cuestiones hay que atacarlas en el sistema competitivo de nuestro béisbol. Primero hay que desarrollar la Serie Nacional y pulir los talentos para pensar después en ganar fuera, lo cual es cada vez más difícil por la presencia constante de los profesionales.

El mentor camagüeyano Miguel Borroto (izq) en un juego de veteranos. Foto: Adelante.
El mentor camagüeyano Miguel Borroto (izq) en un juego de veteranos. Foto: Adelante.

Pero muchas veces enfrentamos a profesionales de segunda o tercera línea…

Es cierto que no siempre van los mejores, pero cualquier rival tiene hombres que han jugado o juegan en ligas con la calidad concentrada.

Por ejemplo, en el caso de nuestros contrarios más cercanos en el Caribe, sus ligas tienen pocos equipos a pesar de que les llegan peloteros de todos los países. En Puerto Rico hay solo cuatro competidores; en República Dominicana, seis, en Venezuela, ocho… Eso es calidad concentrada.

Nosotros, en cambio, que jugamos solo con peloteros cubanos, seguimos con 16 en el torneo fundamental. No digo que se deba eliminar; podemos mantener la Serie con equipos en representación cada provincia, pero después hay que acabar de hacer la llamada Selectiva, con un nuevo nombre: la Liga Invernal de Cuba.

Ahí se concentraría la calidad en cuatro o seis escuadras, con un béisbol más profundo, en el que los bateadores verían a más lanzadores de calidad, y viceversa. Con un campeonato de invierno de estas características, se competiría a un nivel superior y los jóvenes podrían desarrollarse más rápido y mejor.

¿Cree usted que ese tránsito a una liga más competitiva tendría que llevar también un cambio en la política de pago?

Lógicamente. Una liga invernal necesita mejores atenciones, mejor implementación, mejor calzado. Como es un grupo selectivo, el Estado debe pensar en cifras superiores que conduzcan a la estabilidad desde el punto de vista económico, sueldos decorosos que acaben de una vez con los problemas de los muchachos, y que estos no tengan que guardar los muslitos de pollo para llevárselo a sus hijos.

Yo he visto que algunos trabajadores en Cuba ganan hasta 30.000 pesos al mes y me pregunto por qué nuestros mejores peloteros no pueden aspirar a eso. Yo no digo que le quiten nada a quienes ya tienen esa política salarial, pero hay que pensar en la importancia del béisbol para el país. Es mucho más que un juego: es el espectáculo más lindo y más grande de Cuba.

No creo que nadie se oponga a ese reconocimiento a los jugadores, al contrario, creo que todo el mundo lo va a aplaudir, porque tendrá repercusión directa en el espectáculo. Si hay más motivación, va a ser mejor el juego y los estadios se van a llenar.

Los músicos, los mejores músicos, creo que no podrían llenar un estadio 90 días seguidos. Sin embargo, con la pelota, si es buena, el parque se desborda 90, 100 o 120 juegos. Ese poder que tiene el béisbol, no lo tiene nada más en Cuba.

¿Qué más cambiaría de la pelota cubana?

El organismo central del béisbol, la Comisión Nacional, debería incorporarle a nuestro proceso competitivo, un sistema de cambio de peloteros, algo parecido a un Draft. Con eso, todos los mentores designados pueden pactar movimientos de peloteros de una provincia a otra según las necesidades de cada cual y pensando siempre en el desarrollo del hombre, en evitar el estancamiento de alguien con talento que no va a jugar si se queda donde está.

Por ejemplo, si yo tengo cuatro receptores a un mismo nivel, puedo utilizar a uno de ellos para obtener una segunda base en el hipotético caso de que esa sea la posición que necesite reforzar en mi elenco. A lo mejor hay otro equipo que tiene dos camareros buenos y busca un receptor, entonces se da el cambio.

Este es un mecanismo que la Comisión debe estudiar, y que sería totalmente controlado por ella, a nivel nacional. En ningún caso, puede quedar al nivel de los comisionados provinciales, porque entonces puede pasar lo que estamos viendo ahora. A veces hay jóvenes con perspectivas y sus comisionados no les dan la carta de liberación. Entonces se quedan estancados y buscan una vía para salir, que por lo general es dejar el béisbol o irse del país.

Ninguna provincia puede vetar a un joven.

Serie 59: Temporada de regresos

Ahora que ha comenzado la Serie Nacional, ¿piensa que Camagüey tenga para discutir por el campeonato?

Desde que entré en el equipo les dije a los muchachos que el béisbol camagüeyano está dormido en el tiempo, pero talento tiene. Haciendo un esfuerzo, rompiendo la inercia, pasando la primera etapa y escogiendo unos buenos refuerzos, se puede ganar.

Todos estos años que han pasado tenemos ejemplos de equipos que no habían ganado, pero lo hicieron por primera vez y después han vuelto a discutir. Granma fue campeón dos veces, Ciego de Ávila tres, y por último Las Tunas.

En esos casos, vi una buena dirección de Carlos Martí, Roger Machado y Pablo Civil, quienes, como denominador común, hicieron un esfuerzo y, en la medida de la posible, aplicaron una táctica de pitcheo similar a la del béisbol profesional con los hombres que tenían disponibles.

Esa es una de las claves para ganar campeonatos hoy en cualquier liga, y buscaremos aplicarla aquí en Camagüey.

A la cantera de jóvenes de la provincia usted ha sumado hombres muy experimentados como Odelín, Marino Luis y Leslie Anderson. ¿Cuánto les pueden aportar ellos?

Tienen mucha carretera. Odelín y Marino conocen a la perfección las características de la liga y serán un soporte importante para los más jóvenes, consejeros, líderes con carácter que empujen dentro y fuera del terreno. Además, se han preparado bien, están en forma y nos trazamos un plan para sacar lo mejor de ellos en situaciones específicas. Con su experiencia, pueden ser decisivos en momentos puntuales.

En el caso de Leslie es diferente porque lleva más tiempo fuera, pero tiene mucho que enseñar por todas sus vivencias en el béisbol profesional. Queremos que se sume pronto al equipo, ya todos sus papeles migratorios están en orden y también ha sido aprobado por la Federación Cubana y la Dirección Nacional. Solo falta el visto bueno de la más alta dirección deportiva del país, y espero que se resuelva para la subserie con Holguín, que comienza este domingo. Creo que depende del presidente del INDER.

Salir de la versión móvil