Pequeñas Ligas, Bayamo y el fenómeno Yeison Acosta

Cuba ya puede presumir de campeón en las Pequeñas Ligas, torneo que abre las puertas al desarrollo de nuevos talentos en el deporte de las bolas y los strikes.

Yeison Acosta fue uno de los héroes en la victoria de Bayamo en las Pequeñas Ligas de Cuba. Foto: Otmaro Rodríguez.

Las Pequeñas Ligas en Cuba ya no son una mera historia del pasado. Luego de casi 11 meses de absoluto silencio respecto al Memorando de Entendimiento que las autoridades antillanas firmaron con la Little League Baseball International, finalmente pudo verse como decenas de niños invadían los terrenos y daban vida en la Isla a uno de los circuitos más prestigiosos del béisbol en categorías menores.

El estadio Juan Ealo, en la Ciudad Deportiva capitalina, fue un escenario de lujo para la final del evento, el cual, pese a desarrollarse en el ostracismo mediático, acaparó la atención de miles de fieles del pasatiempo nacional en las más diversas localidades del país.

Para la historia quedará que Bayamo, formado por jugadores de un increíble potencial físico, se llevó la primera corona de la lid, que abre un amplísimo abanico de opciones en pos del desarrollo de la base, uno de los puntos más débiles de la pelota cubana en la actualidad.

El plantel oriental avanzó como una apisonadora y no dio margen a ninguno de sus rivales en el torneo, que comenzó con eliminatorias provinciales para dar paso después a los duelos zonales.

En esta última instancia, los bayameses desbancaron a Báguanos (Holguín), Guantánamo y Camagüey, para plantarse en la discusión de la corona ante los habaneros de 10 de Octubre, a quienes también despacharon sin piedad pese al multitudinario respaldo con el que contaron los capitalinos.

Las tribunas del Juan Ealo se llenaron de esquina a esquina, por detrás de las cercas se amontonaron unos cuantos fanáticos que no alcanzaron asientos, y un tanto más allá, en las gradas del “Changa” Mederos, otro grupo de entusiastas se apostó para ver los partidos decisivos entre bayameses y habaneros.

Fue un show en toda la línea, tanto por lo que sucedió en el terreno como por el empuje de las barras, que apretaron y exigieron a los pequeños jugadores como si se trataran de experimentados de Serie Nacional. Los chicos, ni cortos ni perezosos, respondieron a la altura, a veces como si se tratan de experimentados de Serie Nacional.

Yeison Acosta: “Los Leones que se encueven”

Cuando todavía muchos no se habían acomodado, un aluminio tronó y la pelota salió volando sobre las cercas del Juan Ealo. Enseguida, las miradas buscaron confundidas si aquello se trataba de un batazo de exhibición de algún gran pelotero, pero quedaron atónitos al ver como un niño de 12 años le daba la vuelta al cuadro.

Yeison Acosta Zamora, nacido el 22 de septiembre del 2007, inauguró la gran final de las Pequeñas Ligas con un descomunal jonrón que, según dicen, no ha pegado ninguno de los grandulones que normalmente juegan softbol en el Juan Ealo todos los fines de semana.

Acosta abrió como antesalista y lideró la ofensiva de Bayamo durante el primer cotejo de la discusión de la corona, en el cual, además, lanzó cuando las cosas se enredaron para su equipo. En las postrimerías, con los capitalinos acechando, el fornido joven se encaramó en la lomita y recetó seis lapidarios ponches a 10 de Octubre.

“Este equipo está muy bueno, muy completo y La Habana que se encueve, los Leones que se encueven”, dijo a OnCuba un emocionado Yeison tras culminar el primer desafío final, lo que desató las risas de sus compañeros, entrenadores y algunos aficionados.

La premonición, como ya sabemos, se cumplió al pie de la letra, y Acosta vivió lo que cualquier chico de su edad sueña: levantar un título. “Todos los niños que estamos en el deporte queremos ganar. Este ha sido un torneo un poco tenso, pero nosotros vamos palante.

“Los entrenadores se han esforzado mucho y nosotros también, nos han estado apoyando todo el tiempo”, apuntó Yeison, quien juega pelota desde los dos años.

“Dormía con el guante. Siempre estaba pendiente del béisbol, se iba conmigo a los entrenamientos, con cuatro años empezó a jugar en la categoría 7-8 y desde el 2015 da jonrones en el beisbolito Manuel Alarcón de Bayamo. No ha parado de crecer y ama estar en el terreno”, relata su padre, emocionado tras bambalinas por el rendimiento de su hijo.

Yeison ya es del tamaño de su padre, pero en la familia prefieren tener calma y manejar con cuidado el promisorio futuro del joven. “Sus tíos jugaron pelota a nivel provincial y yo también, pero ninguno de nosotros ha apuntado tan alto. Pero eso no quiere decir que descuidemos su educación, eso es lo más importante ahora.

“Nosotros estamos enfocados en guiarlo por el buen camino y en evitar que las distracciones o las cosas negativas le hagan daño. Afortunadamente, Yeison es muy inteligente, se preocupa por sus estudios y rinde en la escuela igual que en el terreno”, precisa orgulloso su padre.

Bayamo, Puerto Rico y ¿Williamsport?

Yeison Acosta y el conjunto de Bayamo serán los representantes cubanos este año en la clasificatoria del Caribe de las Pequeñas Ligas. Dirigidos por Vladimir Vargas, la novena oriental buscará en Puerto Rico el pase a la Serie Mundial del circuito, que tradicionalmente se efectúa en Williamsport, Pennsylvania.

Dichos exámenes serán el foco de atención de este grupo de niños, que ahora sueñan con darle a Cuba los éxitos esquivos en las categorías superiores. Por otra parte, los juegos en Puerto Rico y en Estados Unidos –si logran clasificar– les permitirán probarse en escenarios de más nivel y añadir una importante página a sus respectivos currículos.

Pero más allá de los premios que vienen para Bayamo, lo más importante es reconocer el impacto de las Pequeñas Ligas en el país. De acuerdo con declaraciones exclusivas a OnCuba de Luis Hernández, director de categorías pioneriles en la Comisión Nacional de Béisbol, en todo el torneo participaron más de mil niños y los finalistas llegaron a desarrollar alrededor de 30 partidos, cifra muy superior a la de los campeonatos nacionales de las categorías inferiores.

Seguir profundizando en este certamen, que toca verdaderamente los cimientos del deporte nacional y acerca a más niños a la práctica del mismo, debe ser una prioridad de cara a cursos venideros, de manera que se logre nutrir nuevamente una cantera debilitada por disimiles factores durante los últimos años.

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