Selección de refuerzos en el béisbol cubano: lo que usted no vio

Lo hemos dicho, el béisbol cubano es un chiste, una comedia lamentable. Lo peor es que la pantomima sigue.

La noche de refuerzos dejó muchísimo que desear, desde la puesta en escena hasta las proyecciones de algunos managers, directivos y comentaristas. Foto: Calixto N. Llanes/JIT.

El caos se veía venir.

¿Refuerzos, sustitutos, reemplazos, equipo Cuba? No había manera de encontrar una fórmula en la que todos estos elementos armonizaran.

Nadie, en su sano juicio, había visualizado la selección de refuerzos de la 59 Serie Nacional de Béisbol como un cauce tranquilo, al contrario, todo el mundo estaba esperando por un ¿show? lleno de errores y despropósitos.

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El ¿show?

Uno piensa que el siguiente año no va a ser peor, pero siempre se equivoca. La noche de refuerzos, como espectáculo, como show, fue lamentable, mediocre, sin colores, sin escenografía, con momentos artísticos grises y totalmente innecesarios.

De nuevo, el béisbol, que debería ser el centro de todo, quedó en un segundo plano. Desde la propia concepción del momento, no se visualizó a la pelota como protagonista de la noche.

El escenario volvió a ser de cartón, inanimado, sin rastros de la tecnología. No hubo pantallas, imprescindibles en estos casos para que los presentes puedan visualizar quiénes han sido seleccionados.

Tampoco hubo pantallas para colocar imágenes de los refuerzos, para proyectar sus jugadas o gráficas con estadísticas. No hubo nada.

Los narradores, conductores o animadores, como quieran (mal) llamarles, tampoco dieron una lección de conocimiento beisbolero. Su capacidad de andar por las ramas es impresionante. Su capacidad para hablar durante toda una hora sin decir nada lo es aún más.

Más sombras que luces en los refuerzos. Foto: Calixto N. Llanes/JIT.

 

Ellos tampoco se llevaron hojas estadísticas para describir a los seleccionados, para profundizar en argumentos por los que pudieron ser elegidos, a pesar de que esos comentarios con un mínimo de datos hubieran servido para darle a los mentores, entre selección y selección, el tiempo necesario para pensar bien y no cometer errores infantiles.

En ninguna selección por sorteo del deporte profesional hay tan poco margen para deliberar sobre las decisiones. Hablamos de segundos, muy pocos segundos, cuando en todas partes se dan, como promedio, tres minutos para definir por un jugador u otro.

“Son estrategias que están pensadas, aquí no se improvisa”, se escuchó en algún momento de parte de uno de los comentaristas. En ese momento, muchos se miraron y, cómplices, se tiraron en el suelo muertos de la risa.

Por favor, si ahí no se improvisa, entonces que alguien me diga dónde se improvisa entonces. El ¿show? de los refuerzos fue, otra vez, una improvisación perenne, un despropósito como espectáculo televisivo y deportivo, detalle este último en el que no hemos caído en cuenta.

¿Dónde están los “japoneses”?

El año pasado, la Dirección Nacional de Béisbol se aventuró a colocar en la bolsa de refuerzos a los peloteros contratados en el béisbol nipón, aprovechando que ninguno de sus equipos había clasificado a la segunda ronda del torneo. Era el escenario ideal: un “japonés” para cada uno de los seis conjuntos asegurados en la fase decisiva del campeonato cubano.

Su más grave error fue colocar a esos peloteros en la lotería sin comunicarse con ellos, lo que provocó la rabieta inmediata –y justificada–de algunos. Como consecuencia, al final solo Oscar Luis Colás se incorporó al torneo, y los demás aparecieron nuevamente en la Serie del Caribe de Panamá sin tirar una bola en el clásico doméstico. Un auténtico desastre.

Pero las cosas cambian brutalmente de un año a otro en el béisbol de la Isla. Ahora, en la selección de los refuerzos, nadie mencionó los nombres de Alfredo Despaigne, Liván Moinelo y Raidel Martínez, quienes perfectamente podían ser elegibles teniendo en cuenta que ni Granma ni Pinar del Río clasificaron a la segunda ronda.

Alfredo Despaigne dinamita los refuerzos

Hubiera sido un despropósito total volver a incluirlos en la bolsa, como también fue una pifia mortal no decir ni siquiera que ellos no podían ser escogidos, teniendo en cuenta que, tras terminar en Japón y en el Premier 12, necesitan un tiempo de descanso que les impediría sumarse a tiempo para el fin de la segunda fase,

Era una explicación muy sencilla, una explicación por la que nadie se iba a molestar, ni los mentores, ni los propios jugadores y mucho menos una parte mayoritaria de la afición, que defiende y entiende la necesidad de que las estrellas descansen. Foul a la malla.

La lista fantasma de lesionados

Hay muy poca transparencia en el béisbol cubano. Da igual que cambien al comisionado 200 veces. La esencia del problema es la misma y trasciende al deporte nacional, digamos que es un problema de país.

Si los capataces de la pelota en la Isla confeccionaron una lista de hombres lesionados que no podían ser solicitados de refuerzo, tenían que haberla hecho pública, en primerísima instancia.

Ese paso se lo saltaron y –dicen– solo informaron a los mentores interesados, aunque, a juzgar por la petición camagüeyana de Yankiel Mauri (uno de los lesionados), todos no se estudiaron la lista con la misma seriedad.

Desbarajuste agramontino

Pedir a Yankiel Mauri fue solo el inicio de una escalada de equivocaciones camagüeyanas en la noche de refuerzos. Todas las miradas críticas se han enfocado sobre Darío Cid, pero como mánager y voz líder, hay que cargar también de responsabilidades a Miguel Borroto.

La dupla agramontina pifió en otras tres ocasiones al pedir a jugadores que ya habían sido solicitados por otros mentores. Primero buscaron a Dayán García (en poder de Santiago), después a Yordan Manduley (en poder de Las Tunas) y terminaron con Yunieski Duardo (en poder de Industriales).

Miguel Borroto y su asistente Darío Cid tuvieron una accidentada selección. Foto: Calixto N. Llanes/JIT.

De todos ellos, llama muchísimo la atención el caso de Manduley. Si el alto mando camagüeyano había identificado al holguinero como suplente de Alexander Ayala (en el roster del Premier), por qué no lo pidieron en la tercera ronda del sorteo, justo cuando seleccionaron a Yorbis Borroto.

Esto es, francamente, incomprensible. A la dupla Cid-Borroto le pasó la cuenta no haber estado nunca antes en una selección de refuerzos, donde hay que ir con la mente fresca, las ideas claras y con mucha maldad (en el mejor sentido de la palabra), en aras de no echar por tierra el estudio y trabajo de los días previos.

“Regalarle” un pelotero a un contrario es un pecado enorme, uno que condiciona el futuro del campeonato tanto como pedir al hombre indicado para tu roster. En principio, examen desaprobado para los agramontinos.

La cadena de errores

Pablo Civil ha demostrado una capacidad innata para inmolarse. Hace diez meses, en el cierre de la clasificación de la Serie 58, se puso en el ojo del huracán por un polémico juego que, supuestamente, dejó escapar frente a los Gallos espirituanos con el único fin de perjudicar a Industriales.

Poco después, en la Serie del Caribe de Panamá, apuntó sin piedad a los errores de los jugadores y no fue capaz de reconocer ni una de sus pifias. Pero los cuentos no terminan ahí…

En la noche de refuerzos, Civil dio la nota discordante al reclamar la solicitud industrialista de Lázaro Emilio Blanco como reemplazo en la inicial de Yordanis Samón, argumentando que el pinareño no había jugado en primera base en el campeonato.

Repetimos, a esta selección hay que ir con las ideas claras y la mente fresca, pero también con todos los datos en la mano, incluso aquellos que pueden parecernos insignificantes. Civil, lamentablemente, obvió eso en cierta medida, porque Lázaro Emilio Blanco si jugó primera base (ocho juegos y 40 innings) y no era muy difícil saberlo.

Pablo Civil cambió mucho su guion respecto a su forma de dirigir en la Serie Nacional. Foto: EFE/Bienvenido Velasco
Pablo Civil. Foto: EFE/Bienvenido Velasco.

Las estadísticas de la página oficial de la Federación Cubana de Béisbol no dejan margen a las dudas. Allí se pueden encontrar, al detalle, el tiempo de juego de cada hombre en determinadas posiciones, así como su rendimiento en las mismas. Con eso bajo el brazo había que ir a la selección de refuerzos, más en esta que por primera vez se pedirían peloteros posición por posición.

Claro, uno no puede cargar de todas las responsabilidades a Civil. Al mentor tunero le entregaron una lista de inicialistas en la que no figuraba Lázaro Emilio Blanco, lo cual nos demuestra que la génesis del problema es mucho más profunda.

Jesús Barroso, director del campeonato, en el momento de la polémica, dijo: “Está reportado como jardinero (Blanco), no está reportado como que ha jugado primera base”. Con esa frase, el hombre que más debería saber de la Serie Nacional, también se inmoló, probó que no le había ojeado los números con todo el detenimiento que requería.

Además, a Barroso le faltó un auxiliar, que en anteriores ocasiones siempre había sido Carlos del Pino, estadístico de la Dirección Nacional. En esta ocasión, al parecer los mandamases del clásico decidieron prescindir de un hombre con total dominio de los guarismos, capaz de aclarar en medio minuto cualquier duda. Un error tras otro.

Vladimir García ya no es lo que era. Foto: Ricardo López Hevia.

Vladimir pasa por alto

¿Alguien además de Camilo Pérez Pérez mencionó el nombre de Vladimir García?

Me quedan algunas dudas, pero creo que sí, Rodolfo y Evián se preocuparon el diestro avileño, uno de los grandes perdedores en la noche de los refuerzos.

Ninguno de los seis managers en liza decidió hipotecar una ronda de selección con un lanzador tremendamente mermado en la segunda mitad del 2019.

Vladimir ha sido una caricatura de aquel tirador dominante y veloz: despedido por los Capitales de Québec en la Liga Canam, vapuleado en más de una ocasión con sus Tigres en la presente Serie Nacional, sancionado por una rabieta rompe puertas en el Cándido González…

Realmente, era difícil que alguien se decantara por el avileño, aunque habían esperanzas dada su experiencia en torneos domésticos.

La gran incógnita es cómo, a pesar de todo esto, ha sido incluido en el Cuba del Premier 12. Cosas del Orinoco.

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