Serie 58: Explorando números

Del actual torneo cubano Del torneo llama mucho la atención la irregularidad de los conjuntos. Todos son bestias negras, y a la vez, todos son muy mansos.

Los números de esta 58 Serie Nacional pueden dejarnos datos curiosos, como que Holguín se ubique entre los mejores cuatro equipos de la primera y la segunda ronda, y aun así no clasifique a la postemporada. Foto: Otmaro Rodríguez

Los números de esta 58 Serie Nacional pueden dejarnos datos curiosos, como que Holguín se ubique entre los mejores cuatro equipos de la primera y la segunda ronda, y aun así no clasifique a la postemporada. Foto: Otmaro Rodríguez

Yorbis Borroto mandó una fuerte línea al izquierdo contra los envíos del diestro Frank Luis Medina, pero la pelota dibujó un fugaz recorrido directo al guante de Denis Laza. Ese out sirvió para mantener a Industriales en la lucha por la clasificación a la postemporada y, de paso, para dejar con vida a la 58 Serie Nacional, cuyo tenue cauce competitivo se limita al mano a mano entre Tigres y Leones, candidatos al último boleto rumbo a los play off.

Del torneo llama mucho la atención la irregularidad de los conjuntos. Perfectamente una novena puede barrer en dos subseries seguidas y después perder seis desafíos en línea. Todos son bestias negras, y a la vez, todos son muy mansos.

Por ejemplo, Industriales permitió 69 carreras, 82 jits y 24 extrabases en seis duelos consecutivos contra Holguín y Villa Clara a finales de noviembre, quizás su momento más crítico del campeonato.

Después de esa debacle, barrieron al líder de la Serie (Las Tunas), vencieron en los duelos contra Leopardos y Tigres, y tienen balance de 7-2 en los últimos nueve juegos. Es un cambio de ánimo demasiado drástico.

Esto le puede suceder a cualquiera de los contendientes. Holguín comenzó la segunda ronda remando a contracorriente y resurgieron de la nada, para caer de nuevo en el abismo ante los Leñadores, durante la peor subserie del evento.

Los Gallos espirituanos cantaron bien alto al inicio de esta etapa y ahora no cantan ni cuando sale el sol, al punto de que llevan cinco compromisos particulares perdidos de manera consecutiva.

Del resto, el rendimiento de Villa Clara también ha oscilado (juegan para 500 en la segunda etapa), Ciego de Ávila no ha encontrado la estabilidad y Las Tunas ha ganado más, incluso, jugando con reservas por lesiones y sanciones.

Serie 58: Barridas que van y vienen

A estadio lleno

Nunca he confiado demasiado en los reportes de asistencia a los juegos de la Serie Nacional, básicamente porque se basa en la apreciación de una o dos personas y no en un conteo real de la venta de boletería.

No obstante, nadie puede negar que, pese las inmensas lagunas cualitativas de todos los equipos, los estadios se han llenado con frecuencia en la segunda ronda del campeonato, al punto de que es posible que se alcance el millón de asistentes a los parques.

Hasta el momento, luego de 36 fechas (12 subseries) en la presente etapa, un total de 929 147 fanáticos han asistido a los estadios, a un promedio de ocho mil por juego y de 25 800 por jornada, según los datos que ofrece el portal del béisbol cubano.

El conteo lo lidera el Sandino villaclareño, donde la fiebre de Paret y sus Leopardos está en el punto cumbre. Más de 200 000 han visitado el feudo naranja en 18 desafíos, con un pico de 16 853 personas el pasado 6 de diciembre, en duelo contra Industriales.

La mayor concurrencia de la segunda etapa se dio en el Latinoamericano hace solo cuatro días, cuando los Leones recibieron a los Tigres avileños para intentar obrar la remontada. Un gran total de 21 685 fanáticos se presentaron en el Coloso del Cerro y disfrutaron del éxito azul.

En sentido general, el Mella tunero (179 600 aficionados), el Latino (173 015) y el Huelga espirituano (171 300) tienen aceptables promedios de asistencia, mientras el Calixto García (142 500) holguinero se ha quedado un poco por debajo de sus estándares.

La asistencia en la segunda fase de la Serie 58 ha superado por mucho los niveles del mimso período en el pasado campeonato. Foto: Ricardo López Hevia
La asistencia en la segunda fase de la Serie 58 ha superado por mucho los niveles del mimso período en el pasado campeonato. Foto: Ricardo López Hevia

La asistencia en la segunda fase de la Serie 58 ha superado por mucho los niveles del mimso período en el pasado campeonato. Foto: Ricardo López HeviaLa lista la cierra el Cepero avileño (41 700), el de menor aforo entre todos los estadios de la segunda fase. Sin embargo, eso no justifica un bajísimo promedio de 2 300 personas por duelo.

Las cifras de asistencia de esta Serie 58 superan por mucho las del pasado campeonato, en el cual, con las mismas 12 subseries cumplidas, andábamos por 679 344 seguidores, aunque con ocho juegos suspendidos.

Industriales y Las Tunas son los únicos equipos que repiten de un año a otro entre los seis mejores, por lo que sus estadios son un apropiado termómetro de comparación.

En el Mella ha crecido la efervescencia, algo lógico si tenemos en cuenta la eléctrica carrera de los Leñadores hasta el subcampeonato hace 11 meses. El feudo de los Leñadores reporta casi 60 000 fanáticos más (de 121 000 en la Serie 57 a 179 600 ahora) en los mismos 18 partidos.

Podría pensarse que el Latino también superaría sus números con Rey Vicente Anglada en el banco, pero la debacle defensiva del conjunto, la irregularidad ofensiva y la perenne desidia del pitcheo han alejado a la gente del estadio.

El pasado curso sumaron 199 038 aficionados en 18 duelos, para un promedio de 11 057 por partido. Ahora esa media se ha reducido a 7 767. ¿Extrañarán las locuras de Víctor Mesa?

La Serie que no hemos visto

Serie 58: Reordenamiento

El repunte de Industriales y el previsible vaivén de Ciego de Ávila ha dejado una ventana para la emoción en los últimos nueve partidos de la etapa clasificatoria, pero eso no es, ni de cerca, un consuelo por todo lo que nos hemos perdido por el bendito reordenamiento de posiciones tras la primera etapa.

Por ejemplo, si no se hubieran cambiado las posiciones arrastrando solo los resultados contra los clasificados, el pasado 5 de diciembre, hace poco más de una semana, hubiéramos amanecido con un empate entre cuatro equipos en la segunda posición de la tabla, a solo dos rayas de la cima.

Pero agua pasada no mueve molinos. Fijémonos en el panorama que tendríamos hoy sin el reordenamiento.

Los tuneros serían indiscutibles punteros (49 victorias y 32 derrotas), con cuatro juegos de ventaja respecto a Villa Clara (45-36), segundo lugar, mientras espirituanos, holguineros y avileños marcharían igualados (44-37) en la tercera posición. No muy lejos estaría Industriales (42-39), todavía con opciones de avanzar a la postemporada.

Como ven, tres juegos separarían al segundo lugar del último, que estaría a solo dos rayas de los puestos de clasificación. Esto dejaría abierto un amplio abanico de posibilidades para avanzar a la postemporada.

Ahora, con el formato de reordenamiento implantado, el colista –Holguín– se ubica a siete larguísimos partidos del segundo escaño –Villa Clara–, y a cuatro de los Tigres avileños, quienes cierran el grupo de los punteros con acceso a los play off.

Nadie duda que el pique final entre Industriales y Ciego de Ávila aumentará la atención en el cierre del año, pero esto es solo una pincelada comparado con la lucha que pudimos vivir en la Serie que no hemos visto.

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