Boxeador cubano Guillermo Rigondeaux señala su futuro

Tras la controvertida victoria frente al tailandés Sod Kokietgym (63-3-1, 28 nocauts)  en el  evento especial de Top Rank en la Arena Cotai de Macao, China, el titular universal cubano de las 122 libras, Guillermo Rigondeaux (14-0, 9), ya lanzó un reto al mexicano Leo Santa Cruz para combatir lo antes posible, incluso en septiembre, según  la propuesta de Caribe Promotion, firma que rige la carrera del pugilista antillano.

El bicampeón olímpico y su colectivo técnico dejaron claro su ambición de  unificar cetros con el azteca. “El Chacal” posee los fajines  de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), mientras que su posible rival Santa Cruz ostenta la corona del  Consejo Mundial de Boxeo (CMB). El otro dominador es el español Kiko Martínez, por la Federación Internacional de Boxeo (FIB), quien  igualmente entra en las especulaciones.

El duelo bien puede concretarse en el noveno mes de este año tras el fácil, rápido y polémico triunfo del santiaguero en su última aparición, el pasado 19 de julio. Allí  poco tuvo que sudar pues en el mismo primer acto, cuando apenas se corrían las cortinas y el tiempo no llegaba al segundo minuto, mandó a la lona a Kokietgym con un demoledor gancho de izquierda del cual no pudo incorporarse el asiático.

Antes del inesperado final, el derrotado ya había visitado la lona quejándose de un cabezazo accidental, y al reiniciarse las acciones echó por tierra sus horas de vuelo en esta disciplina y entró de forma muy ingenua.  Rigondeaux ni corto ni perezoso atacó como felino al fin, y lo envió de nuevo al tapiz para decretar el fuera de combate. La acción totalmente lícita despertó un sin números de comentarios negativos, algo común para el criollo al culminar cada presentación, gane o pierda.

Este duelo representó su fin bajo el amparo de Top Rank, y ahora es agente libre luego de las constantes disyuntivas con el promotor Bob Arum, supuestamente porque no convence al público.

Hace un tiempo, “Rigo”  mencionó que  Top Rank hizo un homenaje a todos sus campeones y no lo invitaron. “Me molesta la falta de respeto de su jefe Bob Arum. Todo es una gran falta de respeto. Que se ponga serio conmigo o que me devuelva el contrato. Yo me he ganado mis títulos con mucho esfuerzo y no voy a dejar que nada ni nadie me los venga a echar por tierra”. Y finalmente eso ocurrió.

El enjambre de críticas y complejidades llega por su sistema estratégico basado en una defensa férrea, pelea de riposta  y golpes precisos pero aislados. Evidencia de la esgrima boxística que posee, y puesta de manifiesto además ante los muy avalados Nonito Donaire y Joseph Agbeko.

La depurada técnica  y el dominio de todas las distancias, así como que en ocasiones se hace impenetrable por sus rivales, hacen de Rigondeaux  uno de los fajadores más evadidos en la actualidad. Súmele que le cuesta llenar las instalaciones, y las bolsas en ocasiones no suelen ser tan jugosas como la de  otros exponentes, incluso con menos caché.

Sin ambages, se puede sentenciar que no es del gusto de las empresas publicitarias ni de los aficionados que disfrutan de los constantes intercambios, y de cara al futuro las tiene bien difícil para asegurar contratos suculentos con HBO o Showtime.

No obstante, la mayoría de los entendidos concuerdan en que a pesar de todo es uno de los mejores del planeta onza por onza, y lo creo desde hace varios años. Su paso por el amateurismo dejó una estela de triunfos que pocos ostentan, y no muchos exhiben, sin chovinismo alguno. Antes de los 20 años ya era campeón bajo los cinco aros, y si no hubiese cambiado la vereda, bien pudo haber sido el primer tetracampeón estival de este deporte.

Sin esos golpes demoledores que le exigen, sin ese rival que lo exprima, sin un gran cúmulo de topes que lo avalen, la llegada tarde al sistema profesional condiciona este elemento y cada asalto de sus presentaciones acreditan su categoría.

Guillermo Rigondeaux pasea, baila, disfruta sobre el ring. Deja los argumentos boxísticos de sus contrarios fuera de los escenarios competitivos, y aunque la crítica para nada constructiva rodee su entorno, solo resta esperar la aceptación de su próximo rival para unificar más la categoría, porque la derrota entre las cuerdas parece una quimera, aun cuando conflictos comerciales caigan como una sombra sobre su desempeño.

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