Cepeda, los Gigantes, las puertas que se abren

Más que el triunfo de Pinar del Río en la Serie Nacional o la victoria de Yarisley Silva en el Mundial Indoor de Atletismo, la noticia deportiva del año en el país ha sido la confirmación de que Frederich Cepeda rubricó un contrato con los japoneses Gigantes de Yomiuri.

La posibilidad de que peloteros activos en Cuba salieran a intervenir en las Grandes Ligas asiáticas latía desde hace algunos años, pero hasta ahora nunca se había dado el primer paso, que como ya sabemos suele ser el más difícil. De ahí la relevancia de este suceso que involucra al estelar jardinero izquierdo de los equipos insulares en la última década.

El ambidextro de 17 Series, a quien la parte nipona no vaciló en calificar como uno de los mejores peloteros cubanos de todas las épocas, ha asegurado sentirse orgulloso de reiniciar este tipo de intercambio, interrumpido desde que Omar Linares transitara por aquellos diamantes de 2002 a 2005. “Voy a Japón a dar todo de mí, es una de las cosas más grandes que me han pasado en mi carrera deportiva”, dijo Cepeda a los periodistas.

Cepeda, que ha brillado en tres Clásicos Mundiales y se tituló en las Olimpiadas de Atenas’04, goza de posibilidades ofensivas a ambos lados del cajón de bateo, lo cual jugó un rol decisivo en su contratación. No obstante, los directivos japoneses han adelantado que no empezará a jugar de inmediato, pues antes deberá cumplir un período de adaptación y entrenamiento.

De acuerdo con Sponichi, el monto del contrato fue de 150 millones de yenes, más un bono por la firma de 50 millones de yenes (lo anterior equivale a 1,47 millones de USD + 490 mil USD). Es decir, que a diferencia de lo que sucede con los vínculos con la pelota mexicana –mucho más deprimida en materia salarial-, la relación con el béisbol japonés abre las puertas a la verdadera inyección que reclama el sistema deportivo doméstico.

El presidente de la Federación Cubana, Higinio Vélez, tiene muy claro todo esto, por lo cual enseguida destacó el espectro de colaboración que nace a partir del histórico acontecimiento. “Como es conocido –dijo- estamos trabajando para la inserción de nuestros jugadores en ligas fuertes de Asia y América, lo que redundará en calidad para el béisbol del patio”.

De modo que, tras acumular promedio atacante de .329, 260 cuadrangulares y un astronómico OBP de .474, el número “24” de Sancti Spíritus sale ahora a lidiar en un nivel más alto, donde hoy ya se desempeñan sus compatriotas Juan Miguel Miranda, Michel Abreu, Yuniesky Betancourt, Bárbaro Cañizares y Leslie Anderson, todos ellos con residencia fuera de Cuba.

La pelota de la Tierra del Sol Naciente es considerada la segunda más poderosa del planeta -tras la MLB norteamericana-, su campeonato elite consta de 144 partidos por escuadra, y si bien es verdad que se nutre principalmente del talento nacional, no es menos cierto que cada vez recalan allí más peloteros provenientes del continente americano.

En el medio siglo más reciente, solo El Niño Linares jugó allí con el permiso de las autoridades de la Isla. El pinareño vistió la camiseta de los Dragones de Chunichi, y su rendimiento dejó mucho que desear ante el complicado pitcheo de la liga.

Ahora toca a Cepeda sentar credenciales para el ingreso de otros jugadores que se desempeñan en el campeonato de casa. Una vez más, como en tantos eventos internacionales, Cuba cifra toda la ilusión en su madero.

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