Cinco cubanos rojos de Cincinatti

Crosley Field, de Cincinatti

Crosley Field, de Cincinatti

A los actuales Dodgers, de Los Ángeles, pudieran endilgarles el título del equipo de los cubanos en las Grandes Ligas de Estados Unidos. Cuentan en sus filas con cinco antillanos porque al sexto,  el torpedero Erisbel Arruebarruena, le cesaron el contrato durante esta temporada.

Sin embargo, solo tres han jugado en el principal equipo en un mismo momento: Yasmani Grandal, Yasiel Puig y Alexander Guerrero. La cifra pudiera llegar a cuatro si como todos esperan el camarero Héctor Olivera debuta en lo que queda de año. El quinto, Pablo Millán Fernández, permanecerá en las menores.

Otro equipo: los Orioles de Baltimore tiene en su franquicia a cinco jugadores cubanos aunque ninguno ha llegado a la gran carpa en esta campaña. Solo Henry Urrutia tuvo experiencia en las Grandes Ligas. Los antillanos restantes: Dariel Álvarez, Elier Noda, Dariel Delgado y Ariel Miranda no han podido llegar al máximo nivel.

Estas historias de hoy hacen recordar un dato bastante menos conocido: hace 55 años, en 1960, un equipo de la MLB tuvo en su roster a cinco cubanos en el máximo nivel. Un hecho inédito que no se ha repetido jamás en la historia. Aún.

Orlando-PenaLos Rojos de Cincinatti tuvieron en sus filas en 1960 a los lanzadores Orlando «El Guajiro» Peña y Raúl Sánchez así como los jugadores Leo Cárdenas, Rogelio Álvarez y Tony González.

El más longevo de todos fue el torpedero Leo Cárdenas que jugó durante 16 temporadas en las Grandes Ligas con cinco equipos diferentes aunque sus nueve primeros campeonatos militó con los Rojos. Precisamente la campaña de 1960 fue la de su debut, participó en 48 partidos y promedió para un pobre 232. Sin embargo, en 1966, con este mismo equipo, impuso récord para un torpedero de la franquicia con 20 jonrones e incluso un año antes, en 1965, ganó el Guante de Oro  de la Liga Nacional en el campo corto.

Otro cubano con vasta experiencia en las mayores fue el lanzador tunero Orlando «El Guajiro» Peña que estuvo durante 14 años en las mayores. En el campeonato de 1960 (había debutado en 1958 con este mismo equipo) apenas lanzó en nueve entradas y un tercio, y perdió un partido, con Promedio de Carreras Limpias de 2,89 y 9 ponches propinados. Con ocho equipos tuvo record de 56-77 y un buen PCL de 3,71. Fue un pitcher ponchador y controlado.

Tony González también debutó en 1960 aunque solo jugó 39 partidos con los Rojos, porque en esa misma campaña fue transferido a  los Philies, de Filadelfia, donde pasó la mayor parte de su estadía de 12 años en Grandes Ligas.

Tuvo hitos importantes en su carrera. En 1962 se convirtió en el primer jugador regular en la historia de las Grandes Ligas, que terminó sin errores cometidos en toda la temporada, con 1 000 de promedio. Jugó ese año 114 partidos en el jardín central con 273 lances sin cometer pifias. Una verdadera hazaña. Cinco años después, en 1967, bateó para un astronómico 339, y fue el mejor jugador de su posición en la Liga Nacional jugando todavía para los Philies.

Rogelio Álvarez y Raúl Sánchez tuvieron apariciones esporádicas en la Gran Carpa. Rogelio Álvarez solo tuvo dos campañas en la MLB: 1960 y 1962 (ambas con los Rojos) porque en 1961 fue bajado a Triple A. En el equipo de los cubanos solo participó en tres juegos, y tuvo nueves veces al bate con un indiscutible para un magro promedio de 111.

Por su parte Raúl «Salivita» Sánchez fue un destacado relevista en la pelota profesional cubana. Dejó su propio sello porque en toda su carrera pesó sobre él la acusación de mojar la pelota con saliva para lanzarla, razones para su apodo. Solo tuvo tres años distanciados entre sí en las Grandes Ligas: 1952,1957 y 1960. En su última temporada solo lanzó 14, 1 entradas y ganó un partido con abultado promedio de 4,91.

Cinco peloteros cubanos compartieron equipo en 1960. Quiera el destino que ahora otra vez se de la curiosa coincidencia. Los Dodgers de Los Ángeles, de 2015, pueden ser la casa del “milagro”.

 

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