Clásico Mundial 2017: Hasta que por fin, “los yumas”

Los estadounidenses avasallaron al hasta entonces invicto Puerto Rico en la final del Clásico. Foto: @WBCBaseball.

Los estadounidenses avasallaron al hasta entonces invicto Puerto Rico en la final del Clásico. Foto: @WBCBaseball.

Estaba por pasar, porque el béisbol es el deporte de las probabilidades. Ambas semifinales habían sido reñidas en extremo –una de ella, incluso, decidida en extrainnings–, y la gente cruzaba los dedos para que eso no manchara la final. Pero el destino pintó el cielo de Los Ángeles con el color de la paliza, y el animoso Puerto Rico la recibió de manos de un Estados Unidos que dejó todas sus fuerzas para la última jornada de combates. 8×0. Horror. Fue como si hubiéramos pagado las entradas para ver cantar a Bruce Springsteen, y en el centro del escenario, sonriente, apareciera Diván.

Mi Top Five

1-Marcus (Judas) Stroman, un hijo de puertorriqueña, le pagó con creces a Jim Leyland. El mentor le había dado la oportunidad de la revancha después de recibir un inusual castigo en su apertura previa ante el Team Rubios, y el pequeño de 5’8’’ no se anduvo con chiquitas esta vez. Tanto es así, que a la altura del séptimo episodio todavía no le habían pegado ningún hit. El de los Azulejos trabajó con una autoridad pasmosa desde el comienzo mismo del partido, y cuanto retiró el primer capítulo con tres rolatas anodinas dejó claro que la historia del día 17 no iba a repetirse. Fue una clase de hegemonía total. A todas luces, cuando lanza, Stroman es uno de esos tipos que no se acuerdan de su madre.

Stroman no concedió libertades a los boricuas. Foto: @WBCBaseball.
Stroman no concedió libertades a los boricuas. Foto: @WBCBaseball.

2-A veces la pelota se siente generosa –como anoche–, y los errores quedan sin castigo. En alarde de deplorable terquedad, el manager estadounidense mantuvo en la alineación a Arenado y Stanton, y a la altura de la sexta entrada ya tenían entre ambos cinco ponches y un toque de bola fallido. Para nada contaron Alex Bregman, Daniel Murphy o Paul Goldschmidt. Admirable hace veinte años al timón de los Marlins, a Leyland le ha pasado factura la lejanía de los diamantes. Perdió el swing, como dicen los golfistas. Pero eso sí, ganó.

3-Ian Kinsler es un gran pelotero. Ha conquistado Guantes de Oro, ha vivido la experiencia del Juego de Estrellas, y desde anoche puede blasonar de haber decidido un Clásico Mundial. A la altura del tercero y con Lucroy en el camino, el veterano le cazó un envío a Seth Lugo y lo metió en los graderíos del izquierdo, confirmando lo que dicen los estudios de Statcast sobre el ángulo de salida de sus conexiones, uno de los más elevados en la MLB (su promedio de 2015 a la fecha es de 17.8 grados, solo superado por los de Kris Bryant, Brandon Belt y Chris Davis). Luego vendrían más carreras, muchas más, pero el golpe mortal había sido obra del primero en el line up.

4-En medio del marasmo ofensivo de una escuadra con tres regulares por debajo de .200, Brandon Crawford y Eric Hosmer sacaron la cara por el béisbol más cotizado del planeta. El torpedero se redimió de un mal comienzo al campo y en el partido de la víspera ofreció un concierto de garantías con el guante, mientras sobresalía madero en ristre al promediar .385 (10 en 26). Hosmer, por su parte, lo imitó en materia de average y aportó esa explosividad que lleva dentro, derivada de su sangre cubana. Sin el concurso de estos dos, los Estados Unidos habrían tenido que seguir esperando por el trofeo del campeonato.

5-Lo dicho anteriormente en este espacio: por el bien del evento, hacía falta que a sus organizadores no les fuera mal. Los fracasos en las citas precedentes habían calado hondo en ellos, y este triunfo oportuno podría contribuir a perpetuar un torneo imprescindible. Finalmente ganaron “los yumas”, lo celebraron entre gritos y brincos y un águila imperial, y habrá muchas mentalidades que cambiarán de ahora en adelante con respecto al Clásico Mundial. En la próxima edición, a no dudarlo, habrá lluvia de estrellas.

G: Stroman. P: Lugo. HR: Kinsler.

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