Clásico Mundial 2017: Oh Captain, my Captain!

Alfredo Despaigne. Foto: Ricardo López Hevia / Granma.

Alfredo Despaigne. Foto: Ricardo López Hevia / Granma.

Hoy quiero dividir mi comentario en nueve entradas, como si fuera un juego de pelota. Total, de eso se trata por estos días en toda Cuba, una vez que la vuelta a la papa normada (WTF?) dejó de ser noticia.

1er inning – En la previa del choque, el comentarista le dice al camarógrafo: “Por favor, Amadito, ayúdame para que se vea este poster”, y lo muestra. Un momento después, el comentarista dice que van a hacer un pase EN VIVO en el terreno, y que allá están el lanzador Lázaro Blanco, el periodista Aurelio Prieto y, atención, el camarógrafo Amado López. O sea, que este Amadito (como Dios) estaba en dos lugares a la vez. ¡Bravo por él!

2do inning – Tanto tiempo esperó Lázaro Blanco para su apertura, tanto se debatió sobre el asunto, tanto estiraron y encogieron la pita de alguien que solo iba a tirar 65 lanzamientos, que el granmense encaró el juego con el prearranque por las nubes. Carecía de dominio de la zona. Le costaba retar a los contrarios. Embasaba, embasaba, embasaba. Ni siquiera duró tres entradas completas, pero la suerte de los campeones evitó que le hicieran rayitas en su casilla de carreras.

3er inning – No bien empezaron los australianos a enseñar sus armas, se escuchó de inmediato la palabra mágica. Esa que lo resume todo cada vez que jugamos contra profesionales de nivel. Dígase “oficio” y ya se dijo cuanto se necesita decir sobre los adversarios. Si el hombre coge un rolling, tiene oficio. Si da un cuadrangular, también. Y yo pregunto: Oficio, ¿cuántos crímenes de lesa narración se cometen en tu nombre?

4to inning – Cuando Blanco abandonó el montículo había dos corredores en el circuito y par de outs. Entonces, en jugada tan sorpresiva como un sacrificio de dama a inicios de partida, el mando nacional llamó a Yoani Yera. Estaban disponibles Liván Moinelo y Vladimir García, pero el convocado fue Yera. Que es abridor y nunca ha destacado por su flema para esta clase de contiendas. Yera, es cierto, ponchó al bateador de turno, pero luego se decidió dejarlo para abrir la cuarta entrada, y aun la quinta. Estaba bolón, estaba flojo, pero tal parecía un animal sagrado sobre el box. Era intocable, y así lo fue hasta que admitió una anotación y dejó el rancho ardiendo para el arribo de García.

5to inning – Los Aussies dieron un recital de ineficacia. Cuesta mucho imaginar que “un gran equipo” (como lo dijo quien lo dijo) fabrique solamente tres carreras con 13 indiscutibles y seis bases por bolas. Máxime si entre los hits de marras hay tres dobles y un jonrón. Horror. Dejaron a dos corredores en bases en el primer capítulo, de nuevo dos en el segundo, tres en el tercero, dos más en el cuarto, otros dos en el quinto, uno en el séptimo y dos en el octavo. ¿Y en el sexto se fueron en blanco? Para nada: ahí tuvieron su gran ocasión con jugadores en las esquinas y sin out, pero tampoco produjeron. Únicamente en el noveno, ante Lahera, no embasaron a nadie. Es decir, conectaron más hits que nosotros, recibieron el doble de boletos, nos duplicaron inclusive en extrabases, y perdieron. Merecían los pasajes de regreso.

La celebración de los cubanos. Foto: Ricardo López Hevia / Granma.
La celebración de los cubanos. Foto: Ricardo López Hevia / Granma.

6to inning – Aunque a decir verdad, en todas partes cuecen habas… y dislates. Antes de que los australianos rompieran el empate a cero contra Yera, Cuba había tenido la oportunidad de irse delante. Fue en el cuarto episodio, que combinó base a Cepeda, pelotazo a Saavedra y sencillo de Gracial. Con bases llenas y uno fuera, venía a batear Carlos Benítez. El mismo Benítez que en la gira por Asia había caído en un slump profundo. Benítez, que apenas llevaba un hit afortunado en siete turnos en el Clásico. Benítez, quien ya se había ponchado en el partido con un aparatoso swing que mandó el bate a las tribunas. Y teníamos emergentes para utilizar (Alarcón, por ejemplo) pero bateó Benítez y sacó una rolata por el box, y la amenaza se frustró por la vía de la doble matanza, y el pitcher celebró con vehemencia pero, ingrato, jamás le agradeció el favor al cuerpo técnico cubano.

7mo inning – La suerte es que la oleada migratoria no se llevó a Despaigne, a quien las estadísticas avalan como uno de los tres bateadores más temibles de las Series Nacionales, junto al Niño Linares y José Dariel Abreu. En el quinto episodio, con los ángulos llenos nuevamente, el slugger hizo los deberes y le tapó la boca a muchos hablantines con un jonrón que fue a instalarse en el left field mientras él se limitaba a una mirada hacia el dugout con el índice en forma de pistola. ¡Grand Slam y sentencia! Su sexto bambinazo en estas lides, que lo iguala en la cima del departamento con el inmensurable Frederich Cepeda. Ya lo escribí hace poco en estas páginas: desde Antonio Pacheco, el team Cuba no hallaba un capitán más Capitán. “Our fearful trip is done” (“Nuestro azaroso viaje ha terminado”), podía susurrarle el viejo Whitman.

8vo inning – Siempre he sido devoto del valor, pero jamás voy a aceptar que un manager se deje persuadir por los arranques bravucones de un atleta. Carlos Martí se dirigió hasta el box en el octavo para sustituir a Vladimir García. Había un out, y el avileño le pidió que lo dejara. El mentor (esta es la parte que no entiendo) se dejó convencer, su pitcher dominó a James Beresford con un rodado al campo corto, y cuando daba la impresión de que no habría castigo para la insensatez, Luke Hughes disparó un larguísimo tubey que forzó el llamado de Moinelo. ¿Por qué siempre tenemos que traer a los relevos con el agua por encima de los hombros? El asunto es que el zurdo -quien no ha lucido bien últimamente- soportó un hit impulsor que puso 4×3 el marcador, luego le dieron otro más, y el país se llenó de espontáneos hipertensos que no respiraron hasta que consiguió ponchar al veterano Oeltjen, que venía de jonronear en el episodio previo ante García.

9no inning – Lahera fue implacable en su misión y el equipo corrió feliz en busca suya. Habían sido casi cuatro horas de tensiones, pero ahora se había garantizado ya el boleto a la próxima fase y llegaba la catarsis de los propósitos cumplidos. Ahora, tras el jolgorio, a replantearse la línea. Mucho me temo que los graves problemas de Céspedes para encarar los rompimientos fueron detectados, por lo que recurrir a Víctor Víctor Mesa no sería absurdo. Y Benítez –lo saben hasta los pingüinos de Madagascar- está de más en la novena titular. ¿Otra cosa? Pues sí: toquemos menos y corramos más. Con los Gracial, los Santos, los Céspedes, los Mesa, por favor, corramos más, que nadie lo prohíbe.

Miguel Lahera. Foto: WBC.
Miguel Lahera. Foto: WBC.

RESUMEN DEL PARTIDO

Momento clave: El ponche de Moinelo a Trent Oeltjen cuando Australia perdía por una en el octavo y tenía a par de hombres en bases.

MVP de Cuba: Despaigne, por distancia.

La pifia del juego: El capricho de mantener a Yera en el montículo con los mejores relevistas del país en el bullpen.

La frase de hoy: Le dejo tres para que usted escoja. La primera, de finísima elaboración: “No se pueden cometer errores tácticos con el pensamiento”. La segunda, más hermética: “Estamos en presencia de un juego de varios lanzamientos”. Y la otra, casi una metáfora perfecta: “Este es un atleta de bateo”.

Ganó: V. García.  Perdió: L. Wells. Salvó: M. Lahera. HR’s: A. Despaigne, T. Oeltjen.

Dejados en base: 8. Base robada: Y. Gracial. Dead ball: W. Saavedra. Bateo para double play: Y. Gracial 2, C. Benítez.

Strikes en primer envío-Bateadores enfrentados: Blanco 6-15; Yera 3-11; García 5-13; Moinelo 3-3; Lahera 0-3.  Dejados en base: 8. Base robada: Y. Gracial. Dead ball: W. Saavedra. Bateo para double play: Y. Gracial 2, C. Benítez.

Strikes cantados-Strikes tirándole-Fouls-Bolas en juego: Blanco 11-6-7-10; Yera 5-5-4-5; García 9-5-7-10; Moinelo 3-3-0-2; Lahera 6-1-2-1.

Strikes en primer envío/Bateadores enfrentados: V. Baños 7/16; V. García 1/8; L. Moinelo 0/4; M. Lahera 1/3.

Strikes cantados-Strikes tirándole/Fouls/Bolas en juego: V. Baños 12-11-4-12; V. García 4-5-8-5; L. Moinelo 2-7-4-0; M. Lahera 2-2-3-2

Rodados-Líneas-Elevados: Blanco 0-0-6; Yera 0-0-3; García 4-0-1; Moinelo 0-0-0; Lahera 0-0-1.

Puntuación del abridor: 49.

DEFENSA

Double play: Benítez-Ayala-Saavedra.

https://www.youtube.com/watch?v=DPzz3gRLDT4

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