Cuba en la Serie del Caribe: donde dije digo…

Foto: Ricardo López Hevia

Foto: Ricardo López Hevia

En marzo de 2012, el federativo dominicano Juan Francisco Puello dijo sentirse optimista de que Cuba regresaría a la Serie del Caribe, tras haberse ausentado de ella desde 1960. “Hemos propuesto que Cuba participe de manera continua en el evento”, declaró.

Dos años más tarde, el proyecto se hacía realidad con la participación de Villa Clara en la justa celebrada en la venezolana Isla Margarita. En ese momento, el comisionado del béisbol caribeño dijo: “Desde 1999 lo estábamos intentando. A veces no se pueden esconder las emociones y los sentimientos; hoy me siento muy bien con que Cuba haya vuelto a este torneo”.

Sin embargo, hace apenas unas horas Puello habló en otra dirección. Aseguró que la mayor de las Antillas no será invitada nuevamente al clásico del área, y que su última presencia tendría lugar en la próxima edición, señalada para la primera semana de febrero en Culiacán, México.

“Ellos, los cubanos, han participado como invitados, pero no son parte de la estructura de la Confederación de Béisbol del Caribe, así que no seguirán participando a menos que cumplan con los requisitos de convertirse en una liga profesional igual a las demás”, advirtió el federativo.

La salida de Cuba forma parte de un plan de medidas que incluiría la posible integración de Nicaragua, Panamá y Colombia; la creación de un torneo similar con equipos asiáticos como Taipei, Corea y Japón; y el acomodo de la fecha de competencias a fin de no coincidir con los entrenamientos de primavera de las Grandes Ligas.

Como se recordará, en junio de 2016 se conoció que Cuba había presentado su carta de solicitud para ser miembro en pleno de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe. No obstante, el proceso no fructificó.

Según señaló Puello al respecto, la Isla “todavía tiene una situación muy especial en la relación con el gobierno de Estados Unidos; eso significa que para poder ser miembro con pleno derecho a la confederación, como tenemos relación con el béisbol de las Grandes Ligas, nosotros tenemos que resolver el problema con la oficina que trata asuntos con el extranjero para que Cuba pueda pertenecer como miembro”.

He ahí una de las razones de fondo por las que el béisbol insular podría quedar fuera otra vez del concierto caribeño. Pero otra (a mi modo de ver) no menos importante, es que la progresiva depauperación cualitativa del pasatiempo cubano ha incidido en una merma del interés por ver a sus peloteros en escena.

El gran aburrimiento (con perdón de Bogomil Rainov)

Vivimos tiempos en los que la palabra gratuidad desaparece de los diccionarios. Los torneos pagan premios en metálico, pero hay que pagar por el derecho de tomar parte en ellos. Y esa filosofía tiene que acabar de asimilarla la entidad que rige los destinos de este deporte en Cuba.

Eso se entiende. Lo que no logro comprender es por qué nos exigen que la Serie Nacional se profesionalice. ¿Acaso el profesional no es aquella persona que se gana el sustento a través de una actividad laboral específica? ¿Es así? Pues entonces parece que Puello y su gente no se han enterado de que la pelota cubana cumple sin problema alguno el requisito.

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