Cubanos campeones con uniforme europeo

Lorenzo Sotomayor, boxeador cubanoazerí. Foto: página oficial Juego Europeos

Lorenzo Sotomayor, boxeador cubanoazerí. Foto: página oficial Juego Europeos

El que presentan como azerí (de Azerbaiyán) en realidad es de Pinar del Río. Al que nombran como francés, nació en La Habana. Los dos cubanos, miembros de la larga lista de “atletas emigrados” —el calificativo  más usado ahora  en la Isla— han saltado a las noticias tras ganar sendas medallas de oro para sus países de acogida en los Primeros Juegos Europeos.

El primero es Lorenzo Sotomayor, campeón nacional de boxeo en Cuba en 2009, y el otro es Iván Trevejo, subcampeón olímpico de espada en los Juegos de Atlanta de 1996, que a los 43 años —19 después de haber conseguido esa presea de plata para su país de nacimiento— retornó al podio internacional con pasaporte galo.

Sotomayor salió por el aeropuerto José Martí hace dos años, gracias a una carta de invitación de un entrenador amigo, pinareño también, según confirmó a OnCuba un funcionario de la Federación Cubana de Boxeo. El joven boxeador le ha dicho a la prensa que es sobrino de Javier, el recordista mundial de salto de altura, pero nuestra fuente lo niega: “No es ariente ni pariente”, dice en tono burlesco.

De todas formas, el peleador de 64 kilogramos no necesitó ‘palanca’ familiar para imponer su clase en el gimnasio azerí, y en el Viejo Continente, pues poco después de su salida, en 2015, conquistó el tradicional torneo Memorial Strandja, de Bulgaria. Tampoco demoró en conseguir el nuevo pasaporte, pues las exrepúblicas soviéticas lo entregan en un santiamén para los exponentes del deporte de los puños, que es pasión y negocio allí.

El hecho, al parecer, preocupó mucho a las autoridades deportivas cubanas, que pocas semanas atrás firmaron un pacto con la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) para frenar  “adopciones express” de  miembros o exmiembros de selecciones cubanas, sin el visto bueno de la federación isleña.

Pero a Lorenzo la medida no le da ni frío ni calor. Hasta el mismísimo presidente de la República euroasiática, Ilham Aliyev, acudió a la ceremonia de premiación para celebrar la magnífica faena de los boxeadores azerís, entre ellos el recién llegado Sotomayor que en la final superó sin problemas al italiano Vincenzo Mangiacapre, presea de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. Azerbaiján ganó el torneo de boxeo abrumadoramemte y finalizó segundo en la clasificación general por países.

La presencia cubana en el ring de los Juegos Europeos no se redujo al pinareño Sotomayor. El exdirector técnico del equipo nacional, Pedro Roque, compartió también el pastel en nombre de los entrenados en Bakú. Había aterrizado en el país petrolero proveniente de Estados Unidos, luego de la cancelación de su sorprendente contrato como principal preparador de las selecciones norteamericanas

Roque fue sustituido de manera sorpresiva de su cargo como seleccionador principal de la escuadra boxística cubana, luego de ser elegido por la AIBA como el mejor entrenador del mundo en 2009 y haber concluido su participación en el Mundial de Milán con una presea de oro, una de plata y dos de bronce. En EE.UU había prometido recuperar el liderazgo de ese país en Mundiales, Juegos Panamericanos y Olímpicos, pero no pareció convencer en dos años y su sueño se ha trasladado ahora para Azerbaiján, donde empezó con muy buen pie.

La proeza del “abuelo”

Iván Trevejo, reverdeciendo laureles. Foto: OA
Iván Trevejo, reverdeciendo laureles. Foto: OA

Una de las mayores sorpresas de los Juegos Europeos fue la actuación del veterano Iván Trevejo, en plan de reverdecer los laureles cosechados por él en la final olímpica de espada, en los juegos de Atlanta 1996. Por un toque de último segundo, el ruso Alexander Beketov lo venció 15-14. Diecinueve años después, y con 43 de edad cumplidos, el habanero sació su “sed de venganza” en otro escenario.

Lo que sabemos de Trevejo es que en 2002 tomó la decisión de abandonar la selección cubana y desde entonces se movió por España y Francia, e incluso terminó alejado de la competición durante varios años, en medio de contextos personales difíciles. Ya con los papeles de su nuevo país, y casado con una francesa con quien tiene un hijo, regresó a la esgrima como coach, pero decidió empuñar otra vez la espada como atleta activo en 2011, para ayudar a Francia a conseguir la medalla de bronce por equipos en el Mundial de 2013.

En los Juegos de Bakú logró una secuencia de triunfos frente adversarios a los que les doblaba la edad y tras conseguir el éxito ha dicho que ahora pone sus ilusiones en representar a Francia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, 20 años después de su primera aventura olímpica.

Trevejo y los otros cubanos han hecho historia bajo nuevos uniformes. Es una realidad creciente de la que ellos son parte.

El equipo francés de esgrima fue una muestra de pluralidad de orígenes. El primero es Iván Trevejo. Foto: Inside the Game
El equipo francés de esgrima fue una muestra de pluralidad de orígenes. El primero es Iván Trevejo. Foto: Inside the Game
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