El eterno rival de Víctor Mesa

Misterio resuelto. Sin la lucidez detectivesca de Poirot, como sugerí la víspera, sino con una conferencia de prensa que se pudo convocar hace varias semanas para evitar las iras desatadas por este innecesario novelón primaveral. A despecho de una legión de maldicientes, Víctor Mesa tomará el timón del barco azul y acaso encontrará consuelo para aquel sueño frustrado y confeso de jugar con la escuadra de la capital. Suyas serán las decisiones en un equipo que, pese a la progresiva agonía de la pelota nacional, sigue estando en el altar de los afectos y el corazón de los desprecios insulare