Furia cubana en San Diego

La explosión de cubanos en las Grandes Ligas continúa y ya no se sabe cuándo va a parar. El último en lanzar su candidatura a estrella del Big Show fue el diestro capitalino Odrisamer Despaigne, quien debutó por todo lo alto con los Padres de San Diego.

Luego de atravesar un calvario en las Ligas Menores, alejado por completo de su habitual rendimiento, el otrora líder del pitcheo de Industriales fue llamado a la Gran Carpa para suplir al lesionado Andrew Cashner y dejó boquiabiertos a los más de 40 mil fanáticos que se dieron cita en el AT&T Park de San Francisco.

Odrisamer, quien formó batería con el receptor antillano Yasmani Grandal, caminó siete entradas completas y maniató a los Gigantes con una impresionante variabilidad en la velocidad, desde rectas ubicadas en las bajas noventa millas y rompientes que descendieron hasta las casi sesenta millas, con particular destaque para su cambio, perfeccionado desde sus tiempos en Cuba, donde los entrenadores José Elosegui y Julio Romero le ayudaron a pulir esa arma.

Tal contraste desarticuló a la ofensiva de la novena californiana, que cuenta con pesos pesados de las Mayores como Hunter Pence, Buster Posey y Pablo Sandoval.

De acuerdo a varios reportes, Odrisamer hizo lucir a los Gigantes como novatos, basado en una tremenda economía de lanzamientos, solo 86 en siete entradas. De ellos, 59 fueron en la zona de strike, detalle que obligó a los contrarios a abanicar sin éxito, pues le conectaron 12 roletazos, 11 elevados y apenas seis líneas.

Durante el trayecto, aceptó cuatro sencillos y no concedió boletos, con un ponche, y ningún corredor le logró pasar de la segunda base, actuación relevante en toda la medida, porque los Gigantes son un plantel de cuidado, al punto que han encabezado la División Oeste de la Liga Nacional durante toda la temporada.

Dicha actuación no era esperada por la mayoría de los especialistas, pues a Odrisamer le habían conectado con mucha facilidad en su estancia con San Antonio Missions (clase AA) y El Paso Chihuahuas (Triple-A), conjuntos con los cuales permitió 21 carreras en 31,1 capítulos, con 18 boletos y 40 inatrapables.

De cualquier forma, la sorpresa ha sido muy bien recibida en la casa de los Padres de San Diego, que por estos días atraviesa una etapa de turbulencia a raíz del despido del gerente general Josh Byrnes el pasado domingo.

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