Las penas del fútbol cubano no terminan. Cuando parece haber tocado fondo, un nuevo hecho confirma que aún queda abismo para rodar.
Tras la goleada (0-6) sufrida este fin de semana ante Canadá en la apertura de la Liga de las Naciones de fútbol de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe (Concacaf), otra mala noticia sacudió el ya crítico panorama futbolístico de la Isla: el escape de cinco futbolistas del equipo nacional, entre ellos su capitán y principal figura, Yordan Santa Cruz.
Junto al cienfueguero también partieron sin decir adiós los habaneros Alejandro Portal, Orlendiz Benítez, Andy Baquero y el guantanamero David Urgellés.
Santa Cruz, Baquero y Portal abandonaron la concentración de la selección cubana en Toronto luego de la humillante derrota ante la escuadra de la hoja de Maple, mientras Urgellés y Benítez ni siquiera jugaron ese partido, según reportaron medios de prensa internacionales.
No obstante, ni los medios cubanos ni las autoridades deportivas de la Isla han confirmado este nuevo abandono masivo, lo que contrasta con las ya habituales notas que informan y condenan las “deserciones” de peloteros, boxeadores y otros deportistas de Cuba.
Este escape deja al equipo cubano en una situación más que delicada para enfrentar la noche de este martes a Canadá en Islas Caimán, país que asumirá los partidos de Cuba como local en la Liga de las Naciones de la Concacaf, debido a que el estadio Pedro Marrero de La Habana no cumple con las condiciones técnicas estipuladas para el evento.
Además, eleva a 14 la cifra de los futbolistas escapados en los últimos torneos regionales. En la pasada Copa de Oro, en la que Cuba sufrió penosas goleadas en sus tres presentaciones, abandonaron el equipo Yasmani López –uno de los capitanes del conjunto cubano–, Daniel Luis Sáez, Luismel Morris y Reinaldo Pérez.
Luego fueron seis los “perdidos” en una escala en Estados Unidos de la selección que buscaba la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio. Y el número es mucho mayor si se suman los abandonos de no pocos talentos cubanos en las últimas décadas que, unidos a la inflexible y anticuada política de la Federación de la Isla, han sumido al equipo cubano de fútbol en su momento más oscuro.