Una ronda de película

La jornada fue un tremendo suspenso. Túnez y Australia derrotaron a Francia y Dinamarca, pero las águilas de Cartago se quedaron fuera de los octavos por un gol. Argentina noqueó a Polonia y México a Arabia Saudita, pero los aztecas regresarán a casa, desde donde verán a la albiceleste y a los polacos.

Mathew Leckie fue el héroe de la clasificación australiana a octavos de final del Mundial de Qatar. EFE/EPA/Rungroj Yongrit

Brian de Palma estaba en la sala de masters. Incognito. Nadie lo sabía, pero dirigió la transmisión del Mundial. Una jornada de pantallas divididas atrajo al viejo cineasta. Y casi interviene en la dramaturgia de los partidos. Si no, de qué otra manera se explica que los canguros más afectados por el cambio climático de los últimos 20 años, hayan apagado la dinamita roja. Se metían el explosivo en la bolsa y así lo neutralizaban. Canguros mutantes. Y las águilas de Cartago se acordarán que, hasta en el fútbol, vuelan más que los gallos.

Todo iba demasiado tranquilo, demasiado naturalista hasta casi la hora de los dos primeros partidos de la jornada, pero Deschamps, desde el comienzo, había provocado al cineasta estadounidense con esa alineación donde un volante de contención era un lateral izquierdo, y el frente de ataque lo formaban mediocentros junto a un delantero debutante con la selección. Entonces vino el giro de guion.

Kazhri, el 10 tunecino, condujo el balón desde el centro del campo y de zurda batió a Mandanda. El australiano Leckie, también con la siniestra, accidentaba la meta del danés Schmeichel en un contragolpe. El reloj girando a la inversa en Qatar.

Kazhri se fue lesionado después del gol, como un héroe trágico que se entrega hasta las ultimas consecuencias. La muerte por la gloria. Francés de nacimiento, es el segundo jugador del Mundial que le anota a su país natal. Leckie, dio saltos por el verde hasta casi la rendición de unos daneses que les pusieron pólvora falsa durante todo el rodaje, por miedo a que volaran los costosos estadios. Al final, salieron del set por la puerta de atrás, hasta una próxima audición de la Copa.  

En Francia, tuvieron que salir Mbappé y Griezmann de sus camerinos para ver si paraba la torcedura. A ocho segundos del final, de derecha, “El Principito” anotaba el empate. De Palma siendo hijo de Hitchkock, pero en su capricho de la ficción dentro de la ficción, la acción se anuló con un simple juego de cámaras. Y triunfa Túnez. De Palma siendo De Palma.

En la segunda sesión de filmación, le pidieron de favor que respetara el historial de los protagonistas hasta el momento: Argentina al ataque, Polonia a la defensiva, México sin colores y Arabia Saudita dando la hora con los Rolls Royces del príncipe.

Messi hacía de Messi, creaba jugadas y finalizaba otras, aunque se encontró con Szczesny, quien decidió interpretar a Buffon o Casillas como todo un actor de método. El juez, para convencerse que lo del meta polaco iba en serio, se inventó un penal. El momento “tracho” de la filmación. Algunos dicen que ocurrió por presiones del productor ejecutivo, Infantino. Y de Palma, en venganza, se impuso a través de la fuerte mano derecha del arquero, que atajó su segunda pena máxima del Mundial, mientras Messi fallaba por segunda ocasión desde los 11 metros en sus cinco participaciones en la Copa.

Luego de siete atajadas en el primer tiempo y 225 minutos sin permitir gol, Mac Allister, de un remate mordido, venció al imbatido cancerbero de la Juve. Un absurdo a ver si los polacos reaccionaban y el choque se animaba.

En la doble imagen, a los aztecas se les salía el rojo, el verde y el blanco. Con esos filtros se veía todo el choque. A balón parado se cantan rancheras en esta película que decididamente era mexicana. Primero un córner y luego de tiro libre donde había un cobrador zurdo con la máscara de Chávez. Debajo quizá estaba Roberto Carlos, Rivelino o Diego Maradona. Le anularon hasta tres goles a los aztecas, que entraron en línea muy tarde en esta Copa. Al Dawsari, el mejor de los saudíes en todo el torneo, se descubrió como el asesino casi al final del metraje.

México cayó eliminado pese a derrotar a Arabia Saudita. EFE/EPA/Abedin Taherkenareh

Hasta el último minuto de los cuatro juegos de hoy, un gol podía cambiar el orden o los clasificados para octavos. Un segundo valía la vida. La sorpresa llegó con la cruda muerte de Dinamarca, y dejó a los espectadores en shock. A México no lo salvó la tradición y se quedan fuera de la ronda de 16 por primera vez desde 1978. Argentina goza en el cruce ante Australia y Polonia, luego del sufrimiento, poco le importa emparejarse con Francia. Más que fútbol, hoy hubo suspense. Veremos si mañana hay secuela.

 

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