Idalis Ortiz triunfa en camino espinoso

Idalis Ortiz intentó sin suerte marcar frente a la japonesa Sarah Asahina en la final del Mundial de Bakú. Foto: EFE/ Zurab Kurtsikidze

Después de un año y cuatro meses alejada de los tatamis, Idalis Ortiz comenzó a finales del 2017 su camino de regreso a las lides del más alto nivel, que ha sido largo, espinoso y de mucho sacrificio, porque reinsertarse en la élite mundial cuesta mucho en el deporte moderno.

Pero la judoca cubana nunca ha dejado de pelear, y antes de cumplirse un año de su retorno a la máxima competición, ya ostenta la corona centroamericana (Barranquilla 2018) y el subtítulo mundial, el cual acaba de conquistar en Bakú, Azerbaiyán, sede de una lid universal bien exigente en la división superpesada.

Ortiz, quien cumplirá 29 años este 27 de septiembre, sorteó complejos escollos en el National Gymnastics Arena y solo sucumbió en la disputa del oro frente a la japonesa Sarah Asahina, tercera en el ranking del orbe y plata en la anterior edición de la cita universal (Budapest 2017).

En el combate que definió la monarca en la división de +78 kilogramos, Idalis y Asahina fueron penalizadas en el minuto inicial por falta de combatividad, recibieron un nuevo aviso después y llegaron al tiempo extra sin opción de cometer más errores.

En ese trance, la artemiseña se llevó la peor parte al ser señalada con un tercer y definitivo ‘shido’ que encumbró a la joven asiática de 21 años, quien tomó ventaja 2-1 en los duelos directos con la caribeña.

Idalis, once del orbe, tuvo un camino excesivamente complejo en el Mundial, pues en su primera presentación el sorteo le deparó el cruce con la sudcoreana Kim Minjeong, puntera del ranking. Sin embargo, la asiática fue eliminada sorprendentemente por falta de combatividad.

Pero esa victoria no despejó el sendero de la cubana, que después desbancó por ippon a la china Yan Wang y a la croata Ivana Maranic, y por waza-ari en el tiempo extra a la brasileña María Suelen Altheman, cuarta del listado universal y tres veces medallista en estas lides. Dicho duelo fue muy físico y conservador desde el punto de vista táctico.

“Mi actuación ha sido buena. Estuve un año y cuatro meses fuera, me estoy reincorporando, y venir a alcanzar una medalla de plata es algo bastante grande. Fui a discutir el oro y, aunque desgraciadamente no lo pude lograr, me siento muy contenta”, refirió Idalis al terminar su faena en Bakú en intercambio con Joel García, periodista del semanario Trabajadores.

Ortiz agradeció a todas las personas que la han apoyado en su regreso a la alta competición, y mostró particular gratitud para con el profesor Ronaldo Veitía, quien “casi dirigió cada uno de los combates”.

Igualmente, la mejor judoca cubana de los últimos diez años demandó mayores facilidades para la preparación de los deportistas de la disciplina. “Necesitamos un poco más de inversión en el judo cubano, hacer más campos de entrenamiento y tener más fogueo internacional”.

Para Idalis, titular olímpica de Londres 2013 y tres veces medallista bajo los cinco aros, esta es su séptima presea en citas mundiales (dos oros, dos platas y tres bronces), máxima ganadora para Cuba junto a la estelar Driulis González. Además, su cuenta crece con el tercer escaño en el Campeonato Mundial de Peso Abierto celebrado el pasado año en Marrakech, Marruecos.

El otro representante cubano en la jornada de cierre de las categorías individuales en el Mundial de Bakú, el superpesado Andy Granda, avanzó hasta la tercera ronda, exento de la primera y ganador en la segunda sobre Iurii Krakovetskii (Kirguistán) por ippon. Pero en la siguiente se encontró con un inspirado mongol Duurenbayar Ulziibayar, quien le eliminó por el mismo resultado.

El triunfador fue el capitán de la selección georgiana, Guram Tushishvili, quien aventajó a Ushangi Koukari, nacido también en Georgia, aunque que compite por Azerbaiyán. La división de +100 kilogramos vivió una jornada histórica, pues se rompió la espectacular cadena dorada del francés Teddy Rinner, ganador desde el 2007 hasta la fecha de las ocho coronas del orbe puestas en disputa.

Antes de comenzar la dinastía del galo, el último hombre que subió a lo más alto del podio entre los superpesados fue el ruso Aleksandr Mikhailine, en la edición de El Cairo 2005.

A falta de las competencias mixtas, Cuba aparece en el octavo escaño del Mundial azerí, con par de subtítulos. El medallero lo domina ampliamente Japón, que ha dominado siete categorías, con cinco preseas de plata y cuatro de bronce adicionales. Las otras naciones que han alcanzado al menos una corona son Sudcorea (dos), Francia, Georgia, Irán, Ucrania y España.

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