Imparable el boxeo cubano en Veracruz

El boxeo cubano no defraudó a sus parciales y desierta esperanzas rumbo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el 2016.

El boxeo cubano no defraudó a sus parciales y desierta esperanzas rumbo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el 2016.

A Santiago Amador pocos lo daban como favorito para dominar la división de los 49 kilogramos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz. Ni siquiera sus entrenadores se aventuraban en vaticinar un triunfo del joven nacido hace 23 años en Matanzas. Tal vez solo él confiaba en sus posibilidades. De ser así, falló.

Amador resultó el único pugilista de la Isla que volvió con las manos vacías de México. Solo la vacante dejada por Yosvani Veitía en esa categoría le abrió las puertas a este constante fajador para representar a su tierra. Sin embargo, le resta mucho por perfeccionar.

El yumurino fue testigo del loable desempeño de sus homólogos en suelo azteca. Allí el boxeo cubano hizo de las suyas, en un año que puede calificarse como el mejor de la última década.

El título de los Domadores en la IV Serie Mundial (WSB, por sus siglas en inglés), en posición de debutante, las coronas alcanzadas en varios torneos en Europa, los excelentes dividendos en el Campeonato Mundial Juvenil y en la segunda Olimpiada de la Juventud en Nanjing, China, así como el despertar de varias figuras dentro del equipo nacional y la elección de tres de sus efectivos entre lo más sobresaliente del deporte en este 2014, son elementos que matizan el desempeño de la disciplina en el transcurso del período.

Nueve boxeadores cubanos subieron y descendieron felices en Veracruz, conscientes de haber participado en una competencia de poco caché, pero que los reafirma como los amos de este deporte en la región.

La noche del 28 de noviembre fue perfecta. Robeisy Ramírez (56 kilogramos), Yasnier Toledo (64), Arlen López (75) y Erislandy Savón (91) habían transitado invictos las rondas clasificatorias y llegaban al gran día como los favoritos.

El cienfueguero Ramírez, rey olímpico en Londres en 52 kilos, dejó atrás los malos ratos y sentenció al dominicano Héctor García con decisión dividida de los jueces. Ahora solo le resta la faja de campeón mundial para sumar todos los principales títulos que otorga la entidad rectora internacional.

Otro que subió al centro del podio de premiaciones y que también cuenta con experiencia foránea a todos los niveles, fue el camagüeyano Toledo, dos veces subcampeón universal. Su depurada maestría, junto a sus movimientos de torso que hacen fallar constantemente a sus contrarios, fueron recursos esenciales en la obtención del primer escaño sobre el boricua Danielito Zorrilla, en una división que siempre se hace engorrosa por la cantidad de contendientes que presenta.

El guantanamero López, de 21 años, y de exiguo roce foráneo, demostró estar preparado para exámenes superiores como la figura principal del peso. Ganar era importante en pos de reafirmar la confianza en sus posibilidades y no defraudó. En duelo disparejo de principio a fin venció al azteca Misael Rodríguez para convertirse en el rey del área.

Por su parte, Savón, otro oriundo de la provincia más oriental de Cuba y seleccionado como el mejor boxeador de la WSB, impuso su ritmo y evidenció estar listo para cada uno de los empeños de cara al futuro, en busca de emular con su tío Félix Savón, uno de los grandes fajadores amateurs de la historia. El venezolano Alfonso Flores salió cabizbajo del encerado.

El segundo programa final aconteció un día después, en la noche del 29 de noviembre y también fue perfecta. Yosvani Veitía (52), Lázaro Álvarez (60), Roniel Iglesias (64), Julio César La Cruz (81) y Yoandi Toirac (más de 91) cerraron por todo lo alto la presentación del boxeo cubano en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

El espirituano Veitía, ahora en su nueva división, demostró su progresión en las últimas temporadas. En la tierra de Benito Juárez no tuvo contemplación en sus enfrentamientos y en el match decisivo vapuleó de forma unánime al cafetero Ceiber Ávila.

Lázaro Álvarez, doble monarca mundial, también se dio banquete con el anfitrión Lindolfo Delgado, entretanto otro vueltabajero, Roniel Iglesias, monarca olímpico, desbancó al bahamés Carl Heid, un viejo conocido.

Julio César La Cruz, capitán de la escuadra y dueño de una magnífica esgrima boxística, no se amilanó ante las rechiflas del público y volvió a derrotar al colombiano Juan Carlos Carrillo. Y el joven habanero Yoandi Toirac lo imitó contra el local Edgar Ramírez.

El denominado buque insignia de nuestro movimiento deportivo escribió con letras doradas su actuación, y de seguro en solo unos pocos días nombres como el de Santiago Amador se escucharán en reiteradas ocasiones en la Finca del Wajay. Allá andarán en busca de pulir detalles técnicos, ganar en pegada, ser más exactos en el golpeo, aumentar la velocidad de manos y pies, y pensar en el futuro para revalidar el título en la V Serie Mundial de Boxeo.

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